Protesta
del colectivo ‘Fracking ez’ a las puertas del Parlamento vasco en Vitoria. / rafa gutiérrez
Publicado en El
Correo
Por Octavio Igea
11 de junio de 2015
PNV,
EH Bildu y PSE se dan “una semana” para consensuar la norma, que tramita el
Parlamento vasco desde hace siete meses tras ser reclamada por más de 100.000
ciudadanos
La
ley contra el ‘fracking’ que prepara el Parlamento vasco pende de un hilo.
Lleva cocinándose dentro y fuera de la Cámara de Vitoria más de dos años y a
apenas quince días de ser sometida a la votación definitiva las discrepancias
políticas amenazan con impedir su aprobación. PNV, EH Bildu y PSE se dieron
ayer «una semana» de plazo para alcanzar un acuerdo y pactar el texto de la
norma después de que el primer debate fracasara tras constatarse notables
diferencias. Lo que parecía ser un trámite no lo fue. La ponencia convocada por
la Comisión de Medio Ambiente, que se celebró a puerta cerrada, confirmó que
los tres partidos mayoritarios quieren que la ley antifractura hidráulica
incluya modificaciones de las leyes urbanísticas vascas para elevar al máximo
los impedimentos a las empresas que quieran practicar el ‘fracking’ y una
moratoria que paralice los proyectos que ya están en marcha hasta ocho años,
pero el tira y afloja que mantienen jeltzales, socialistas e independentistas
no permitió que se le diera el visto bueno definitivo.
La
ley contra el ‘fracking’ sería la consecuencia de una Iniciativa Legislativa
Popular (ILP) que llegó el pasado otoño al Parlamento vasco. Tiene detrás las
firmas de más de 103.000 personas que rechazan el uso de esa técnica de
búsqueda de gas en el subsuelo del territorio, al considerar que sus efectos
medioambientales y sociales serían «devastadores». La ILP está siendo analizada
por los partidos con representación en la Cámara de Vitoria desde diciembre y
hace apenas tres semanas les tocó posicionarse presentando enmiendas que
definieran el enunciado legal. El PP apoya la fracturación hidráulica y UPyD
reclama que se garantice la seguridad antes de actuar, pero no han presentado
propuestas, así que la decisión depende de las otras tres formaciones que sí se
han postulado en contra. Su apoyo sería suficiente para aprobar la ley
antifracking siempre que haya acuerdo. Si no, «la ILP puede no prosperar al
registrar más votos en contra que a favor. Presentar un texto sin consenso
previo no tendría sentido», advirtieron fuentes cercanas a la negociación.
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