Miguel
Angel Revilla, presidente de Cantabria, gobierna en coalición con los
socialistas
Ecologistas en Acción y
ganaderos de Cantabria (COAG) han interpuesto una denuncia contra el ministro
de Industria, José Manuel Soria, por obstaculizar la labor del Defensor del
Pueblo. El Defensor de Pueblo habría requerido en varías ocasiones, desde 2013,
documentación sobre el permiso “Luena” para la exploración de hidrocarburos sin
que el ministerio se halla dignado atender esta solicitud. Este comportamiento
ya ha llegado a la Unión Europea, que habría constatado el seguimiento del
caso.
Desde el punto de vista formal,
la llamada del Defensor del Pueblo es de obligado cumplimiento y el ministro
podría haber tenido una actuación contraria a la ley al denegar el
requerimiento.
Asimismo, esta denuncia no
viene sino a constatar el desprecio de Soria y del ejecutivo de Rajoy por cumplir la legalidad
cuando las normas no coinciden con el interés mostrado por el gobierno. Este
hecho no viene a confirmar otra cosa que el déficit democrático en el
comportamiento del gobierno que interpreta su mandato como de propiedad y no
delegado por los ciudadanos a través de las urnas y con cumplimiento de las
ordenanzas legales.
En cualquier caso, no es
necesario insistir en el tema ya que la conducta de Soria es sobradamente
conocida. Sin embargo, es penoso que con el actual gobierno de Cantabria siga
siendo la Asamblea de Cantabria la que informa a los paisanos sobre los diferentes
aspectos del fracking, con sol y con lluvia, y los ganaderos y los ecologistas
los que asumen el reto legal de denunciar a Soria con los costes económicos que
ello supone.
¿Cantabria no tiene Presidente que
la defienda del fracking? Tal vez esta pregunta sea demasiado presuntuosa, ya
que nos atribuiríamos la razón sobre el fracking y sus aspectos negativos.
Pero, el que calla otorga. En el caso
de que el presidente Revilla estuviera a favor de la técnica tiene que salir a
defenderlo. Va en el cargo y en el sueldo.
¿Y qué decir de los socialistas
y los “podemitas”? No es de recibo escuchar a Sanchez o a Iglesias hablar a
favor de las renovables y definirse contrarios al “fracking” mientras que en
Cantabria parece ser un tema innombrable. Si es así, que se expliquen. Que es fácil
decirlo en Madrid, donde nunca va a haber un pozo de fracking y callarlo en
Cantabria, una de las comunidades más deseadas para aplicar la polémica
técnica.
Más claro, si se predica trigo
después no se puede venir con alfalfa.
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