Publicado en El Mundo
Por Casimiro
García-Abadillo
18 de octubre de 2015
El
Tesoro de Sotogrande
«El Consejo de Ministros no es
un grupo de amiguetes, ni tiene por qué serlo; cada uno hace su trabajo y
punto». La fuente con despacho en Moncloa no quiere ni oír hablar del lío Montoro/ Margallo, que ha sido
el colofón de una semana negra para
el PP, que algún dirigente del partido ha comparado con los trágicos días en
los que España tuvo que pedir el rescate financiero a la Troika.
Montoro, es cosa sabida, no
cuenta con las simpatías de la cúpula del PP, y no sólo porque su buena
relación con Sáenz de Santamaría
le sitúa automáticamente en el bando enemigo del aparato genovés, que todavía
controla María Dolores de Cospedal.
El ministro ha cabreado a barones relevantes y a alcaldes con pedigrí, pero
también, y esto es lo más importante, a la crema de la crema del Ibex 35, cuyos
tentáculos llegan a todas partes.
Algunos prebostes populares no entendieron, y siguen
sin entender, las razones por las que los sabuesos de la Onif (Oficina Nacional
de Investigación sobre el Fraude) hicieron presa en las sociedades de Rodrigo Rato. Acusaron al
ministro de Hacienda de hacer un daño innecesario al PP y de ser, en parte,
responsable del batacazo del 25-M. Montoro responde con un argumento
contundente: «Nunca daré una instrucción política a los funcionarios de la
Agencia Tributaria».
Si el primer informe de la Onif
sirvió para destapar un entramado empresarial sustentado en paraísos fiscales,
el segundo, mucho más afinado, puede suponer un auténtico calvario para el ex
vicepresidente del Gobierno y para alguno de sus amigos. Por ello, sus
preocupaciones no tienen tanto que ver con la investigación que se sigue en la
Audiencia Nacional (caso Bankia),
sino con en el sumario abierto en el Juzgado de Instrucción número 31. La Onif
y la UCO llevan el peso de una investigación, impulsada por Anticorrupción, que
promete dar algunas desagradables sorpresas.
Según fuentes solventes, éste
segundo informe acota de manera mucho más precisa comportamientos que apuntan
claramente a la evasión fiscal, blanqueo y corrupción entre particulares.
«Lo que más nos ha
sorprendido», recalca un informador, «es lo chapucera que es la estructura
montada por Rato, además de su alergia al pago de impuestos: hacía todo lo
posible para eludir sus responsabilidades fiscales».
Otro dato relevante. La línea
de defensa del ex ministro de Economía y Hacienda era, hasta ahora, que él
nunca intervino directamente en la gestión del grupo empresarial, función que
llevaba a cabo su hermano Ramón,
fallecido en 2012.
La investigación judicial
contradice esta versión y aporta elementos que inducen a pensar que Rato tomaba
decisiones en las empresas familiares cuando era el número dos del Gobierno de Aznar, lo cual no tiene
relevancia penal, pero sí política. Rato compaginaba su labor como recaudador
principal del Reino con una frenética actividad en el mundo de los negocios.
La información que tanto la
Onif como la UCO están aportando al juez Antonio
Serrano-Arnal es no sólo cuantiosa, sino que está incorporando
nombres de socios muy relevantes en la trama societaria del ex director gerente
del FMI. Tras avalar la Audiencia Provincial de Madrid el registro del despacho
del abogado Domingo Plazas
en Sotogrande, el juez no va a tener más remedio que ampliar su radio de
acción. De la importancia de lo encontrado en el registro da idea el hecho de
que la seguridad sobre el material informático incautado y protegido con
sistemas de encriptación sofisticados haya sido reforzada por la Onif como y
por la Guardia Civil.
Esos soportes han llevado a
descubrir -información adelantada por El
Economista y confirmada por el que suscribe- que la familia del
presidente de Telefónica, César
Alierta, tiene una participación del 26% en Bagerpleta Gmbh,
sociedad propietaria del hotel de Berlín cuyo mayor accionista es Rato.
El ex ministro cobraba una
sustanciosa retribución como asesor de la compañía de telecomunicaciones, que
no declaraba a Hacienda, y de la que una parte recalaba, tras pasar por
Kradonara, en Bagerpleta.
Las fuentes apuntan a la
aparición de más nombres VIP involucrados en el complejo empresarial del ex
vicepresidente ¡Pero cómo no le van a tener tirria a Montoro en el Ibex!
Para acceder a la columna de opinión,
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