Diseño
de un pozo para fracturamiento hidráulico. Un tema polémico responde a la
integridad temporal del pozo por las altas presiones experimentadas con el
inyectado para la fracturación. Las fallas en la estructura del
pozo se relacionan con migración del gas hacia las fuentes de agua
superficiales.
Publicado en eldiario.es
Por Alicia Avilés
Pozo
3 de octubre de 2015
Garantizar
la integridad de los pozos, la evaluación exhaustiva de agua, aire y suelo, y
la obligatoriedad de garantía financiera por daños ambientales, entre las
restricciones que la Junta impondrá a la fractura hidráulica
Se
aplicarán a los proyectos ya en marcha en Campo de Montiel y Guadalajara y
estarán precedidas de un plan estratégico que busca impedir el fracking en cualquier punto de la región
En el Gobierno de Castilla-La
Mancha son conscientes de la imposibilidad de prohibir, vía legislativa, el
‘fracking’ en la comunidad autónoma, pese a que Emiliano García-Page se
comprometió con las plataformas a impedir esta práctica en la región. Por eso
han buscado una fórmula que les ayude a esquivar lo ocurrido en La Rioja,
Navarra y Cantabria, cuyas iniciativas en este sentido han sido declaradas
inconstitucionales por invadir competencias del Gobierno central. Se han fijado
para ello no solo en las medidas puestas en marcha en Euskadi, región declarada
‘libre de fracking’, sino en las recomendaciones de la Agencia Internacional de
la Energía y de la Comisión Europea. La idea no es prohibir este método de
extracción de hidrocarburos, sino restringir las medidas de prevención de tal
manera que su práctica sea casi imposible.
Para ello, la Junta ha
elaborado junto con las Plataformas Antifracking de Castilla-La Mancha una ley
donde se establecen medidas adicionales (que sí son competencia autonómica) de
protección de la salud pública y del medio ambiente para la exploración,
investigación o explotación de hidrocarburos utilizando la técnica de la
fractura hidráulica. En el borrador, al que ha tenido acceso eldiario.es/clm,
se parte del hecho de que dicha técnica plantea problemas específicos como el
riesgo de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por los
productos químicos utilizados, la emisiones de gas metano y la sismicidad.
Todos los requisitos estarán
precedidos de un Plan Estratégico de la utilización de la fractura hidráulica,
que debe incluir cuestiones como la expedición previa de autorizaciones para
esta actividad, la evaluación de los riesgos por fugas o migraciones, una
zonificación del territorio que diferencie las zonas donde quede restringida la
fractura y un detalle de distancias mínimas de profundidad y de exclusión.
Para conseguir esa autorización
previa, todas las operaciones de ‘fracking’ deben cumplir numerosos requisitos.
El primero de ellos es un estudio pormenorizado del emplazamiento, con
información geológica del mismo en cuanto a la calidad del agua, del aire y del
suelo, la presencia de metano, la sismicidad, la biodiversidad y los pozos
existentes. De hecho, se debe garantizar la integridad de los pozos mediante un
diseño y una construcción correcta. Estos además serán revidados por un tercero
independiente y cualificado para determinar su rendimiento.
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