Alguna
de las críticas que le hacen al ‘fracking’ es la contaminación ambiental que
genera y el excesivo consumo de agua que requiere. / AFP
Publicado en El Espectador
Por Redacción Vivir
14 de agosto de 2014
En una misiva,
Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente; Mary Lou Higgins, directora
de WWF, y César Rodríguez y Diana Rodríguez, miembros de Dejusticia, piden al
Gobierno una moratoria para el uso de la técnica.
“Le
solicitamos respetuosamente al Gobierno Nacional, apelando al principio de
precaución, una moratoria al uso de fracturamiento hidráulico o fracking”. Esa
es, en suma, la petición que un grupo de expertos les hace a los ministros de
Minas y Medio Ambiente y a los directores de la Autoridad Nacional de Licencias
Ambientales y la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Su propósito no es otro que
evitar que se siga adelante con esa polémica técnica con la que Colombia busca
explotar combustibles fósiles. O, por lo menos, suspender su aplicación hasta
que se tenga una certeza científica sobre su impacto en los suelos y en los
ecosistemas del país, hasta que se haya hecho un debate público donde se
expongan sus verdaderos riesgos.
Quienes
firman la misiva, entregada al pasado viernes a las autoridades, son Manuel
Rodríguez Becerra, presidente del Foro Nacional Ambiental y exministro de Medio
Ambiente; Mary Lou Higgins, directora de WWF Colombia; César Rodríguez
Garavito, socio fundador de Dejusticia, y Diana Rodríguez Franco, investigadora
principal de esta organización.
En
el documento piden, entre otras cosas, una moratoria al fracking hasta que se
cumplan ciertas condiciones. Por ejemplo: que existan estudios independientes,
con bases científicas, sobre los posibles impactos ambientales, sociales y de
salud pública de las actividades de fracturamiento hidráulico; que se lleven a
cabo análisis independientes sobre la situación de las aguas superficiales y
subterráneas en los sitios donde se planea hacer la exploración, o que un
tercero verifique que las entidades encargadas cuentan con la capacidad técnica
para evaluar los estudios de impacto ambiental.
“Consideramos
—se lee en la carta— que sólo cuando el Gobierno garantice las anteriores condiciones
y genere así el conocimiento previo necesario para una reglamentación técnica,
podrá diseñar responsablemente dicha reglamentación”.
El
sustento para hacer la petición es el principio de precaución, esencia del
derecho ambiental que opera cuando hay riesgo por una actividad humana que
puede generar algún daño y que además se considera grave, genera incertidumbre
y no tiene bases científicas. Todo ello, según los autores, se da con esta
práctica que, según el viceministro de Minas y Energía, Orlando Cabrales,
elevará sustancialmente las reservas de crudo de Colombia, tal y como ha
sucedido en Estados Unidos.
Según
dijo Cabrales hace dos semanas, para darle vía libre al fracking, del cual hay
seis contratos firmados para iniciar exploraciones en el valle del Magdalena
Medio y el Catatumbo, se realizaron talleres en los que participaron expertos y
académicos de las universidades de MIT, Stanford, Pensilvania y Texas.
”Trabajamos
durante dos años con 24 expertos internacionales para crear un marco regulatorio
que permitiera hacer la actividad de manera responsable”, aseguró.
Sin
embargo, tras revisar el reglamento técnico y otros documentos expedidos por el
Ministerio de Minas, los autores de la carta advierten una serie de dudas: “El
borrador de los Términos de Referencia no hace requerimientos de escalas
adecuados a la eventual contaminación de acuíferos”; “Se permite realizar
operaciones de estimulación hidráulica en pozos que se encuentran a tan sólo
200 metros de un pozo de agua construido con fines de consumo, irrigación y uso
agropecuario”; “El borrador de los Términos de Referencia parece permitir el
vertimiento de aguas residuales del proceso de extracción o producción a
cuerpos de agua con potencial uso humano”, y “existen serias dudas sobre el proceso
de participación que se surtió frente a este tema”.
Esas
son algunas de las razones por las que este grupo llama a que se haga un
análisis más profundo y detallado antes de implementar la práctica, que
consiste en hacer una perforación de forma vertical de 1.000 a 5.000 metros
para luego hacer una especie de fractura horizontal. Así se logra llegar a las
rocas donde está contenido el hidrocarburo y se puede extraer después de
inyectar una mezcla de agua, arena y agentes químicos.
Partiendo
de la base de que países como Francia, Australia o Bulgaria la han prohibido
temporalmente, Rodríguez Becerra, Rodríguez Garavito, Rodríguez Franco y
Higgins quieren un diálogo mucho más abierto, con más información. Más amplio y
más democrático.
Para
acceder a la noticia,
No hay comentarios:
Publicar un comentario