Publicado en Cincodías.com
15 de septiembre de 2014
“Estoy
muy decepcionado con la problemática en Canarias”
El
presidente ejecutivo de Repsol, Antonio Brufau, ha considerado hoy que la
oposición del Gobierno canario a las prospecciones para la búsqueda de petróleo
en sus aguas “solo responde a razones políticas”, ya que la seguridad técnica
estará completamente garantizada y no afectará al turismo.
Brufau
ha hecho esas declaraciones en una conferencia en el foro Nueva Murcia, en
Cartagena, donde se ha preguntado “en
qué cabeza cabe” la oposición a “disponer de la posibilidad de conocer si
hay recursos” energéticos en las costas españolas.
El
presidente de la petrolera ha recordado que en las costas de Tarragona, “que
recibe más turistas que toda Canarias”, se producen cinco millones de barriles,
y Repsol responde de todas las medidas de seguridad técnica, como lo hace en
otras zonas de prospecciones, como Alaska (EEUU), México o Brasil.
En
su opinión, nadie cuestiona el atractivo turístico que mantienen las costas de
Río de Janeiro o de Malibú (EEUU) a pesar de tener prospecciones cercanas, y la
propia costa de Lanzarote tiene prospecciones a solo unos 60 kilómetros de
distancia, en aguas de Marruecos.
“Estoy muy decepcionado de la actitud
político-social que se ha generado sobre este asunto”, ha lamentado.
También
se ha referido al método de extracción de gas y petróleo por fractura
hidráulica (“fracking“), que ha suscitado gran polémica ante la posibilidad de
generar contaminación de acuíferos o microseísmos.
Según
ha defendido, “el fracking no tiene
ningún problema”, se trata de “un paradigma de producción” que consigue
anticipar en “millones de años la llegada del gas y el petróleo a la superficie
terrestre”.
Ese
modelo, ha subrayado, se está aplicando con gran éxito en Estados Unidos, que
ha pasado de ser un importador neto de gas natural y dependiente del resto del
mundo a tener gas para exportar, por lo que ese país ha dejado de ser “el
guardián del orden establecido” en el mundo, un papel que actualmente le toca
asumir a Europa.
En
ese sentido, ha subrayado que “Europa
tiene que hacer una política energética de unidad”, ya que se trata de una
de las pocas materias en la que no hay una política común, sino que es
diferente en cada país.
“Hay
que pensar en las interconexiones”, ha insistido, y ha considerado “de otro
mundo” que los gasoductos españoles, por ejemplo, no estén conectados con
Francia, a pesar de que si le va bien al conjunto de Europa, le irá bien a sus
países.
Además,
se ha referido a la actual crisis entre
Rusia y Ucrania y ha advertido de que Europa no puede tener un solo
proveedor de energía, como ocurre con Rusia, ya que eso pone en peligro la
seguridad energética cuando se da este tipo de crisis.
El
caso de España, ha dicho, es diferente, ya que cuenta con un modelo de plantas
de regasificación que le proporcionan gas natural desde siete países
diferentes, lo que hace mucho más seguro el sistema al no depender de un solo
proveedor, y ha instado a Europa a ir en esa dirección.
En
su opinión, “España es un referente
energéticamente hablando”, pero no ha sido tenido en cuenta porque no forma
parte del problema con Rusia.
“Hoy
España puede ser parte de la solución” y el nuevo cargo de Miguel Arias Cañete como comisario europeo de Energía y Cambio
Climático puede ayudar a impulsar que nuestro país sea tenido en cuenta en ese
sector.
Por
último, se ha referido al problema del calentamiento global del planeta y a las
emisiones de dióxido de carbono y ha recordado que los combustibles fósiles son
los mayores emisores de esas sustancias, por lo que son necesarias políticas
“agresivas” de contención.
No
obstante, ha destacado que el 70% de las emisiones mundiales proceden de los ciudadanos, no de las
empresas, por lo que ha hecho un llamamiento a la responsabilidad en los hábitos de consumo y a la racionalización
del consumo de energía de los particulares.
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