Según la información publicada por The Intercept,
en base a correos electrónicos, se muestran nuevos detalles sobre los esfuerzos de
Hillary Clinton, cuando desempeñaba como secretaria de Estado, y de sus
colaboradores para exportar al mundo la técnica de perforación horizontal para
la obtención de hidrocarburos conocida como
fracking.
Dicho esfuerzo habría
consistido en trabajar en estrecha colaboración con las empresas privadas del petróleo
y el gas, presionando al gobierno de Obama para comprometer recursos del
gobierno federal, y que incluiría la asistencia técnica para la localización de
las reservas de esquisto y así poder generar
acuerdos con naciones interesadas para conseguir proyectos de fracturación
hidráulica.
Los documentos obtenidos
también revelan el papel del Departamento de Estado en invitar a dignatarios
extranjeros a enclaves de perforación en los Estados Unidos.
Los mismos documentos revelan
los planes para hacer de Polonia “un laboratorio donde probar si el éxito en el
desarrollo del gas de esquisto en Estados Unidos se puede repetir en un país
con otro tipo de esquisto y una legislación diferente”, y sobre todo poder ganar influencia en países
del continente europeo, donde los gobiernos venían expresado su oposición y en
algunos casos incluso la prohibición de la fractura hidráulica.
Chuck Ashley del departamento
de Estado y después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia,
Radoslaw Sikorski, haciera un viaje a Texas para visitar un enclave de producción
de fractura hidráulica en 2010, incidía sobre Polonia en que "el apoyo popular y
político ahora es fuerte, pero esto podría cambiar cuando los pozos de gas de
esquisto lleguen a sus patios traseros ".
La agresiva apuesta por Polonia
incluyó el pie en tierra de ExxonMobil, Chevron, Marathon Oil, la empresa
canadiense BNK Petroleum, invitando los funcionarios a la energética italiana Eni a participar también en el proyecto polaco.
La campaña también incluyó
planes para difundir la técnica de perforación en China, África del Sur,
Rumania, Marruecos, Bulgaria, Chile, India, Pakistán, Argentina, Indonesia y
Ucrania.
Para acceder al artículo de The
Intercept,
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