Publicado en USA
Today
Por Gene Karpinski
6 de julio de 2015
Un examen más detallado del informe de la EPA cuenta una historia
diferente
El mes pasado, la
Agencia de Protección del Medio Ambiente publicó un proyecto de estudio sobre los
impactos en el agua potable de la fracturación hidráulica o fracking - un
método controvertido de la extracción de petróleo y gas acompañado de amenazas
potenciales para nuestra salud y el medio ambiente en las comunidades en todo
el país.
No es ninguna
sorpresa que la industria de petróleo y gas quisiera poner la cereza al recoger
las conclusiones de este informe para defender sus huecas pretensiones de que
el fracking es seguro. El punto de la industria a la afirmación de que el
fracking no ha "provocado, impactos sistémicos generalizados sobre los recursos
de agua potable en los Estados Unidos." Pero un examen más detallado del
informe cuenta una historia diferente.
El análisis de
la EPA identificó las posibles amenazas para nuestras fuentes de agua potable
en todo el proceso del fracturamiento hidráulico, desde la boca del pozo hasta
la eliminación de las aguas residuales. Estas vulnerabilidades requieren un
mayor análisis y la regulación futura. Por ejemplo, el fracking es una práctica
de alto consumo de agua que podría aumentar la escasez de agua y poner en
peligro la calidad del agua en las zonas con una disponibilidad ya escasa de
agua, como el Oeste afectado por la sequía. A pesar de los intentos de la
industria para reducir al mínimo los casos y los efectos de los vertidos de las
aguas residuales - que pueden contener productos químicos, material radiactivo
y otros contaminantes tóxicos - la EPA estima que los derrames pueden ocurrir cientos
de veces al año, amenazando nuestros suministros de agua potable.
La EPA también
reconoció deficiencias críticas en su estudio, tales como la falta de
investigación sobre los impactos de la inyección subterránea de aguas
residuales. Además, el estudio sólo observó los impactos del fracking en el
agua; hay un montón de otros problemas con el proceso de fracturamiento
hidráulico, incluyendo grandes cantidades de emisiones de metano que
contribuyen al cambio climático.
En lugar de
justificar que fracking es seguro, este estudio pone de relieve la necesidad de
alejarse de los sucios combustibles fósiles que plantean riesgos innecesarios a
nuestros valiosos recursos naturales, como el agua y aire limpios.
Mediante la mejora de la eficiencia energética, la mejora de nuestra desmoronada red eléctrica, y la inversión en energías limpias y renovables, como la eólica y la solar, podemos construir un futuro de energía que crea buenos empleos sin las amenazas a nuestra agua, nuestro clima y nuestra salud que plantea el fracking.
Mediante la mejora de la eficiencia energética, la mejora de nuestra desmoronada red eléctrica, y la inversión en energías limpias y renovables, como la eólica y la solar, podemos construir un futuro de energía que crea buenos empleos sin las amenazas a nuestra agua, nuestro clima y nuestra salud que plantea el fracking.
Gen Karpinski es presidente de la Liga de Votantes por la Conservación
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