La fracturación hidráulica
despierta mayormente rechazo por ser una técnica invasiva sobre el territorio y por su poder de acontecer en episodios de contaminación del agua y del aire. Mientras los
defensores alaban su capacidad para obtener hidrocarburos y beneficiar la
economía, los detractores aseguran que influye en el cambio climático y en la
salud de las personas. Los hechos hasta el momento vienen a confirmar
argumentos en ambos polos de la discusión.
Sin embargo, en las últimas
encuestas en Reino Unido, el porcentaje de defensores decae dramáticamente
cuando se plantea la presencia de los pozos cercanos a las viviendas de los
entrevistados. Es decir, agrada la posibilidad de precios más baratos de los
hidrocarburos pero siempre que no se vea la extracción del gas desde la ventana de casa.
En Estados Unidos, con una legislación diferente de la propiedad del suelo, el fracking ha permitido
obtener regalías a los particulares a la vez que aceleraba su expansión. Aún así, resulta ser un tema polémico y con opiniones cada vez más contrarias por parte del público.
El rechazo con mayor difusión en el país y en el resto del mundo ha sido la prohibición en el estado
de Nueva York, con razones que se pueden resumir en el siguiente párrafo:
Martha
Robertson, legisladora por Tompkins County, dijo: "Después de estudiar
durante años los impactos del fracking en la salud pública, el Comisionado de
Salud del Estado de Nueva York, el Dr. Zucker, tenía claro que no iba a
dejar que su familia viviera en una comunidad con fracking.
No hace falta decir que la
prohibición indujo todo tipo de comentarios desde las poderosas empresas del
petróleo y el gas. Se habló de infringir los derechos de los propietarios de
tierras para obtener beneficios con la extracción y de ser un estado
insolidario con el esfuerzo energético de resto de país.
Sin embargo, detrás de las proclamas públicas vuelven a surgir las distorsiones personales. Veamos
un ejemplo. Hace pocas semanas, Rex Tillerson, CEO de Exxon, durante una
conferencia en Europa animaba a “abrirse al fracking”, justificándolo casi como
una necesidad imperiosa para la sociedad europea. Tillerson y su esposa no
parecieron mostrar esa necesidad cuando, hace poco más de un año, en las cercanías de
su esplendido rancho de cría de caballos en Texas, una compañía propuso
instalar un depósito de agua para las actividades de fracking. Ante el posible aumento
del tráfico rodado, el matrimonio no dudo en acudir a instancias legales para tratar de impedirlo.
De nuevo estamos ante el caso
de promocionar algo que sería "beneficioso para todos" y que nunca querríamos en nuestro patio trasero.
España, aunque no presenta actividad
de fracking en el momento actual, dispone de un número elevado de licencias de
exploración dentro del marco europeo. Pero, ¿Quiénes las concedieron? ¿Qué aspectos se consideraron en las distintas licencias? ¿Cuántos políticos residen en las
zonas afectadas? ¿Considerarán seguro vivir con sus familias cerca de los pozos
de fracking?.
Tal vez, deberían responder prioritariamente
los políticos tanto del PSOE como del PP, que al fin y al cabo han sido los dos
partidos que han venido promocionando la llegada del fracking a España con la concesión de licencias de exploración. Si bien, el PSOE parece hoy desechar la técnica, sería de agradecer que explicara sus razones, tanto
para apoyarla en el pasado como para negarla en el momento actual. Un papel más discreto, pero no menos favorable, ha sido el del PNV con la técnica.
Estas explicaciones son necesarias
en una sociedad democrática que cree haber llegado al grado de madurez. Aunque a
veces la sinceridad de los dirigentes pueda llegar a generar perplejidad. Es de
recordar que ante la concesión de algunos permisos de exploración en Cantabria y País
Vasco, los posteriormente arrepentidos ex presidentes Patxi López y Miguel Angel
Revilla vinieron a decir algo así como que “no sabían bien lo que firmaban”.
A pesar de las declaraciones puntuales de los líderes políticos, y de la intensa, y en ocasiones ruidosa, oposición local, el silencio parece ser habitual
entre nuestros principales dirigentes y contrariamente a lo que viene siendo habitual
en otros países europeos.
La llegada del fracking al
Reino Unido está contando con la ayuda de una convencida defensa del primer ministro David
Camerón que busca dulcificar la práctica extractiva ante la desconfianza de una parte
importante de la opinión pública. No está siendo el caso de Mariano Rajoy. Es
cierto que a nuestro presidente no le gusta prodigarse en explicaciones
públicas, pero resulta importante un tema que puede afectar de forma importante la vida cotidiana de muchas personas. Entre otras cosas, los líderes
políticos están para contestar ante los interrogantes y temores de los
ciudadanos.
El ministro Soria, durante los
dos últimos años, nos ha repetido con intensidad algunas frases
favorables a la técnica, pero respetando un aparente guión y sin ahondar en más explicaciones. En una ocasión
dijimos que no por repetir muchas veces lo mismo se termina teniendo la razón y ésta es la que parecía buscar el ministro con sus repetidas afirmaciones. De
aquello, sacamos dos puntos claros: que para el ministro no parece existir
ninguna adversidad en el fracking y que sin duda es una persona que tiene una
alta consideración de sí misma.
Pero, ¿qué nos podrían informar dos
ex presidentes como José María Aznar y Felipe Gonzalez?, que tienen la
capacidad de dar consejos a las empresas energéticas. Gonzalez, consejero en
Gas Natural, en una ocasión dijo que “ya lo sabía todo y se aburría” antes de dejar
el consejo de la compañía, para volver pasado un año. Gas Natural es una compañía
con intereses de fracking en España y es posible que Gonzalez disponga de
información con la que tranquilizar a los ciudadanos.
¿Y José María Aznar?, al fin y
al cabo es FAES, la fundación que preside , la que pareció darle el guión
energético ya hecho al presidente Rajoy, mejor dicho, al ministro Soria.
Además, nadie como el presidente Aznar para disponer de información avanzada. Mantiene una excelente amistad con George Bush, que durante su
mandato permitió al fracking esquivar las leyes del aire y agua limpias de
EE.UU, permitiendo que el actual fracking, la fracturación hidráulica de alto
volumen de agua, haya sido una realidad.
Ante los silencios, para obtener algo más de información vamos a
recurrir a una persona como David Cameron, político conservador que nunca ha
escatimado en explicaciones, y a un profesor jubilado como David Smythe.
Así, con la ayuda de ambos se
conjunta la historia que os contamos a continuación.
El
misterioso caso del fracking ausente en Witney
¿Ha dado instrucciones David
Cameron al DECC para omitir su circunscripción de Witney de las áreas ofertadas en la 14a ronda de concesión de licencias de
fracking en tierra?
A continuación se
muestra un mapa de su distrito electoral que se señala en azul, con los grupos
adyacentes esbozados en negro. Los límites de color rojo con las áreas
sombreadas marcan la superficie de la 14a oferta. La superficie se compone de
bloques de 10 kilometros x 10 kilometros, basados en la red Ordnance Survey. El este de la "isla" de Witney comprende nueve de estos bloques. Los existentes pozos de
exploración de petróleo y gas se muestran mediante los puntos rojos. El DECC anunciara la concesión de las licencias en los
próximos dos meses.
Como usted probablemente ya sabe, la
14 ronda de licencias del DECC está diseñada para abrir a la exploración todas
las áreas que tienen la más mínima posibilidad de contener crudo o gas de
esquisto. Básicamente esto significa todo el conjunto del Reino Unido, a excepción
de las zonas montañosas y de las tierras altas donde hay roca cristalina en la
superficie, y ninguna perspectiva para el fracking de esquisto. Así, las Tierras
Altas y el sur de Escocia se omiten, junto con la región de los lagos, la mayoría
de Gales y Cornualles. El mapa regional muestra la geología de Gales y el sur
de Inglaterra con una variedad de colores, con las áreas de la 14 oferta y los pozos existentes en la parte superior. Witney se presenta en
azul sólido.
Inexplicablemente, el DECC ha
omitido de la oferta de suelo una gran franja del este de Inglaterra, que se extiende
desde Witney, circunscripción de David Cameron hacia el este, hasta la costa de
East Anglia. Digo "inexplicablemente", porque no hay nada sobre la
geología de esta región que merezca su exclusión. El DECC normalmente adopta un
enfoque pragmático para la concesión de licencias, y una de las guías para la
concesión de nuevas licencias es tomar en cuenta si ha habido un interés pasado
por la industria petrolera. La evidencia de esto se muestra mejor con el historial de perforación. Por ejemplo, alrededor de Witney hay una veintena o
más de viejos pozos de exploración de petróleo dentro de una distancia de
10 a 20 km. En el este de la "zona de exclusión" en Inglaterra hay
dos islas con bloques en oferta, y aunque la densidad histórica es bastante
baja no ha sido claramente así el interés de la industria de petróleo. más allá
de la región. La propia circunscripción de Witney está densamente cubierta por
perfiles sísmicos - otro indicador de interés de exploración - y el área fue
autorizada para la exploración de petróleo en las sentencias dictadas en 1971 y
1981. Además, uno de los perfiles sísmicos regionales y de los siete británicos
compilados en nombre del DECC por la Biblioteca Geofísica en tierra del Reino
Unido atraviesa la ciudad de Witney.
La geología de superficie se
muestra en color en el mapa de arriba, y aunque esta imagen no es
necesariamente una guía confiable para la geología, a profundidades de más de
un kilómetro, más o menos, sí sabemos que las capas superiores de las rocas en
el sur-este son del Mesozoico y Terciario, y que éstas contienen varias capas
de esquisto y arcilla importantes, posiblemente adecuadas para el fracking. La
circunscripción de Witney no es una excepción.
Una investigación del FOI a
DECC sobre el motivo de la zona de exclusión del este de Inglaterra provocó la
siguiente respuesta:
"...
Las áreas incluidas en la oferta de la 14a Ronda en tierra fueron determinados
principalmente por la geología subyacente que indica al DECC que los
hidrocarburos podrían estar presentes en esas regiones.
No
obstante, cuando un interés activo se ha expresado por parte de terceros que
les gustaría explorar áreas adicionales para la prospectividad de
hidrocarburos, tales áreas se pueden incluir en la superficie que se ofrecen. Esto
incluye la región de 30 kilometros x 30 kilometros abarcando Brackley,
Buckingham y Bicester ".
Aunque esta explicación
posiblemente podría explicar la inclusión de las islas de los dos bloques más
occidentales dentro de la zona de exclusión, no explica adecuadamente por qué
la zona de Witney (un conjunto de 30 km por
40 kilometros conjunto de doce cuadras) ha sido excluido. Si la isla de los
bloques mencionados por DECC e incluidos en la oferta es realmente el tema de
" interés activo "y luego una más racional oferta de la decimocuarta oferta en
el mapa, basada en el potencial de exploración, junto con expresiones de
interés, habría sido colocar en el oeste el límite de la zona de exclusión, al
este de este bloque, en el área de Bletchley-Aylesbury.
Así razones no-geológicas deben
haber desempeñado un papel en la exclusión específica de Witney de la oferta de
la 14ª ronda. El DECC debería estar obligado a explicar su elección de bloques
en esta zona. ¿Hubo una expresión de desinterés , y si es así, ¿de quién? Los
constituyentes del norte de Yorkshire y el norte de Nottinghamshire,
actualmente bajo la amenaza de las aplicaciones de planificación de fracking,
deben estar deseando tener un diputado tan influyente como David Cameron.
Doy las gracias a Christopher
Tedd y Sandie Moore por llamar mi atención sobre el misterio de Witney.
En la actualidad el Prof. David
Smythe, profesor emérito de Geofísica de la universidad de Glasgow, vive retirado en Francia donde continua con su
investigación en ciencias de la tierra. Es responsable de un blog que tiene
como objetivo corregir algunos de los errores, omisiones y propaganda engañosa
publicados por científicos expertos en apoyo del fracking. Este artículo y
otros de interés son accesibles desde,
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