El economista
estadounidense, Robert Pollin, durante la presentación de su plan de energía “verde”
el pasado mes de junio en Madrid
Publicado en El País
Por Amanda Mars
6 de julio de 2015
Robert Pollin, profesor de la
Universidad Armherst Massachussets y codirector del Instituto de Investigación
de Economía Política (PERI), ha presentado a Podemos un programa en materia
energética con una fuerte inversión en renovables. Pollin, ha hecho informes
para el Gobierno estadounidense, es contrario al fracking (fráctura
hidráulica).
Pregunta. ¿De
dónde van a salir los los recursos para poner en marcha ese plan?
Respuesta. Es ambicioso,
pero España es un líder global en el sector eólico, así que hay una buena
trayectoria en el desarrollo de las energías alternativas, es extremadamente
innovadora. Hay cosas que se pueden fhacer mejor, pero no es empezar de cero.
El programa está diseñado sobre una idea de gasto del 1,5% del PIB anual, unos
18.000 millones. Es mucho dinero, pero no una cifra absurda. Además, el
programa, esencialmente, se autofinancia: tenemos que pagar 20.000 millones de
euros en el año 1, pero a lo largo de los 20 años se paga por sí mismo. No
pedimos recursos públicos adicionales netos.
P. El
problema de muchos planes autofinanciados es que asumen que las empresas
querrán invertir. Eso requiere subvenciones: dinero público.
R. Si por
ejemplo que tenemos un 25% de inversión pública y un 75% de inversión privada,
ese 25% se usará sobre todo para incentivar la inversión privada, son 5.000
millones de euros, aún mucho dinero. Pero veámoslo por áreas: si inviertes en
eficiencia energética, esta se paga por sí misma porque ahorra. Es posible un
efecto rebote —como se ahorran costes, animas al usuario a consumir más— pero
el potencial de este rebote es modesto en España, más que que en países en
desarrollo, porque aquí ya hay luz todo el día, aparatos electrónicos… En un
edificio como este, intuyo que podemos ahorrar un 30% de energía, con un
retorno de la inversión de tres años. A partir del año 4, son ganancias netas.
P.
También planean subir los impuestos.
R. Ahora
los impuestos medioambientales en España son el 1,4% del PIB y la media de la
UE es el 2,4%, así que si las subes a la media europea, eso solo va a pagar dos
tercios de todo el programa. No digo que necesariamente haya que hacerlo, pero
se puede usar esa flexibilidad. El problema de gravar el consumo energético es
que es regresivo: golpea más a las familias desfavorecidos. Por eso la
propuesta es que creas el impuesto pero devuelves a la gente, se vuelve muy
progresivo.
P. ¿Por
qué no han funcionado las ayudas las renovables en España?
R. Este
es el sector eólico más potente, el plan sí funcionó. ¿Fue caro? Sí. Pero lo
parece más en el contexto de la crisis. El principal subsidio era la tarifa,
que garantizaba un precio fijado alto a los productores y funcionaba como un
subsidio. Pero también puedes abaratar el coste de producción bajando los
costes de financiación. Los productores de eólica están decepcionados porque el
subsidio se cortó pero su deuda es alta con unos intereses medios del 8%. Se
pueden acercar las ayudas más hacia ese lado. Este modelo ha tenido éxito en
Alemania.
P. ¿Qué
opina del fracking?
R. No
debería haberlo. Hay muchos motivos. Si nos tomamos la ciencia climática en
serio, no podemos quemar más fósiles. A menos que reduzcamos la energía fósil
absoluta cada año, no podemos lograr la estabilización climática. Hay que
reducir la producción de dióxido también. Y esto es un pensamiento
generalizado. El fracking también
es un responsable importante de la contaminación del agua. Y ahora es barato,
pero no sabemos hasta cuándo, porque tecnológicamente es rentable cuando es poco
profundo.
P. Pero
esta batalla parece perdida en EEUU.
R. No lo
creo. El Estado de Nueva York ha prohibido el fracking, y Francia, y también
Bulgaria. No es una batalla perdida. El gas o el fracking es una suerte de energía puente: sabemos que
no es bueno pero se dice que es mejor que quemar carbón y, que para los próximos 20
años, podemos soportarlo. El problema es
que cuando las compañías invierten miles de millones para el fracking, si van a cortarlo en 20
años, no pueden recuperar su inversión. Por eso es importante estar en
contra.
Para acceder a la entrevista,
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