Publicado en The Huffington Post
Por Lynne Peeples
21 de febrero de 2015
Los
patrocinadores de la industria del petróleo y gas dan vueltas a la
investigación para modelar a su gusto el debate científico sobre la fracturación hidráulica
horizontal, o fracking. Esa es la conclusión del análisis de un grupo de vigilancia de
más de más de 130 documentos distribuidos a los
políticos por representantes de la industria.
"La
investigación y la estadística se pueden manipular para que digan lo que le
interesa decir a la persona que los utiliza ", dijo Robert Galbraith, un
analista de “Iniciativa
por la Responsabilidad Pública” organización sin fines de lucro, y coautor
del informe publicado el miércoles. Iniciativa por la Responsabilidad Pública,
se describe como un defensor no partidista de la transparencia de las empresas
y el gobierno, y recibe algún apoyo financiero de los grupos de oposición al
fracking.
“Energía en Profundidad”, el brazo de divulgación pública y
educación de la industria del petróleo y gas, presenta su lista de documentos
como prueba de la seguridad de un proceso que ha estado "estrechamente
regulado y extensamente estudiado." La industria utilizó en mayo los
documentos para persuadir al Consejo del Condado de Allegheny en Pittsburgh
para arrendar derechos mineros bajo el Parque Deer Lakes para la perforación de
gas.
El
análisis de Iniciativa
por la Responsabilidad Pública determinó que sólo uno de los estudios de la
industria era a la vez y de forma explícita revisado por expertos que abordaran
problemas de salud pública. Ese estudio fue financiado por la industria. También
estaban en la lista estudios de investigación de la industria: estudios
retraídos, presentaciones de PowerPoint de la industria y entradas del blog. Omitían
cientos de estudios científicos revisados por pares sobre el fracking y sus posibles impactos para el
medio ambiente y la salud pública.
El grupo
de la industria del petróleo y del gas respondió a las acusaciones de la “Iniciativa por la
Responsabilidad Pública” con un ataque, alegando que los opositores al
fracking son responsables de su propia cuota de engaño, con la negación y la
deflexión en tratar de alinear la investigación con sus argumentos.
"Este
informe se produce tan sólo semanas después de que [Energía en profundidad]
revelara que un trabajo de investigación científico y revisado por expertos - y
que se utilizó para justificar la prohibición de Nueva York para el desarrollo
del gas de esquisto - fue escrito y revisado por los activistas anti-fracking "
declaró a The Huffington Post, Katie Brown
portavoz de Energía
en Profundidad,
Entonces,
¿quiénes son realmente los mentirosos y los tramposos?
Las
burlas a la verdad no son fáciles de ver para los políticos o para el público.
De hecho, es una situación común a la serie de problemas de salud pública que
se remontan desde hace más de 100 años. Los expertos
señalaron que un pequeño pero ruidoso grupo de científicos, así como algunos
grupos de la industria siguen un libro prestado sobre jugadas
primero elaboradas por los fabricantes de pinturas con plomo en el siglo 20 y
ampliadas por las grandes tabacaleras en décadas posteriores. Dicen que las
tácticas están llenas de actuaciones de relaciones públicas y jurídicas
destinadas a preservar la rentabilidad.
Como
informó el miércoles, HuffPost, la ciencia manipulada puede plantear
graves daños a la salud pública. Fabricando datos, los conflictos ocultos de interés y las
conclusiones engañosas son evidentes en el intento de influir en la
investigación sobre la vacunación, los alimentos orgánicos, los fumadores
pasivos y los productos químicos industriales.
El
Fracking al parecer no es la excepción.
Miriam
Rotkin-Ellman, un científico en el Consejo de Defensa de Recursos Naturales,
destacó un estudio de 2013 financiado por la industria que llegó a la
conclusión de que vivir cerca de los pozos de fracking no aumenta el riesgo de
cáncer infantil.
"Utilizaron
malamente el intervalo de tiempo que tarda el cáncer infantil en desarrollarse.
Por supuesto, ellos no iban a encontrar ningún tipo de cáncer", dijo
Rotkin-Ellman. Señaló una refutación titulada, "La ofuscación no resulta
cómoda," posteriormente publicada por dos expertos en la misma revista que
contenía el artículo original.
"Este
es un síntoma común de la ciencia financiada por la industria - un conjunto de
conclusiones que no son compatibles con el estudio que ya se hizo", agregó
Rotkin-Ellman.
Otro ejemplo
potencialmente engañoso de desinformación llegó en noviembre de 2014, cuando
investigadores de la Universidad de Colorado publicaron un documento sobre una
técnica para trazar un subgrupo de los componentes del fluido de fracturamiento
hidráulico y así poder identificarlos en el futuro en la contaminación de las
aguas subterráneas. Ellos en realidad no se dedicaban a probar la toxicidad de
los componentes sino a identificarlos. Pero el título de la nota de prensa de
la institución declaró: "La mayor parte de los de productos químicos del
fracking no son más tóxicos que las sustancias comunes en una casa." La
cobertura mediática siguió el ejemplo, y Energía en
Profundidad declaró que la investigación apoyaba el fracking como una
tecnología segura.
Un
estudio sostenido por el Comisionado de Salud del estado de Nueva York el 17 de
diciembre, ya que el estado anunció su decisión de prohibir la explotación de
gas de esquisto, debido a los posibles riesgos para la salud pública, ha
desatado también la polémica. La industria llama al trabajo una
"violación" de la ética de la investigación científica.
Los
"activistas anti-fracking" están detrás de la letra y la revisión del
estudio, dijo Brown, de Energía en
Profundidad, "ocultando sus prejuicios de la comunidad científica y el
público en general."
En una
declaración a HuffPost, los co-fundadores de Profesionales
Preocupados de la Salud de Nueva York, el Dr. Kathleen Nolan y el Dr.
Sheila Bushkin-Bediant, defendieron el estudio. Señalaron que los revisores no
tenían conflictos de intereses financieros que revelar. Además, sus nombres -,
así como sus comentarios - estaban a disposición del público con el informe, al
igual que las afiliaciones de algunos de los autores del estudio con
"organizaciones sin fines de lucro cuya misión es reducir la exposición a
productos químicos tóxicos."
El
"verdadero foco de esta discusión", añaden Nolan y Bushkin-Bediant ,
debe estar en una biblioteca de 447 estudios revisados por pares creado por Anthony Ingraffea,
profesor de ingeniería civil y ambiental en la Universidad de Cornell, y la
organización sin ánimo de lucro, “Médicos, Científicos
e Ingenieros de Energía Saludable”.
Infraffea
dijo que el hecho de que hay "muy pocas coincidencias" entre su
biblioteca de estudios y la lista de Energía en
Profundidad, "grita que algo está mal aquí."
Ingraffea
y su equipo publicaron un informe en enero que analiza el subconjunto de
documentos científicos de la industria de producción de gas de esquisto que abordan
los efectos ambientales y de salud pública. Llegaron a la conclusión de que la
"mayoría de los estudios indica impactos negativos."
Energía en Profundidad "intentó hacer un hueco para
desacreditar alguno de esos 447 estudios revisados por pares en un claro esfuerzo por distraer
y desviar del peso significativo de todo el trabajo que muestra sobre la salud
y otros impactos graves de la perforación y el fracturamiento hidráulico",
dijeron Nolan y Buskin-Bedient.
En
general, el informe de Iniciativa por la Responsabilidad
Pública encontró que sólo 10 de los estudios presentados por Energía en
Profundidad habían sido a la vez revisados por pares y estaban vacíos de
vínculos con la industria. Y con algunos de los 10, dijo Galbraith, era
exagerado usar solo ese tramo de investigación para dirigirlo a los posibles
impactos del fracking.
Uno de
los estudios, por ejemplo, fue una encuesta de oligoelementos realizados en la
década de 1990 y principios de 2000, antes de iniciarse el boom del gas de esquisto.
"Esto
demuestra lo importante que es tener una visión de conjunto", dijo
Galbraith. "¿Dónde encaja esa información? ¿Qué es lo que dice?"
Brown de
Energía en Profundidad dijo a HuffPost que la lista de Responsabilidad
Pública era una iniciativa de ataque, "de ninguna forma es
exhaustiva." Cuando se le preguntó si el grupo de la industria tenía una
lista más exhaustiva para recomendar, Brown respondió: "Ah, no la tenemos
en este momento."
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