Publicado en El Mundo
Por Cristina Fallarás
11 de febrero de 2015
Sr. Montoro, ministro
de Hacienda del Gobierno español:
Usted tenía una
lista.
Nosotros, los demás,
poníamos mientras tanto la pasta para hospitales, transplantes e
investigaciones. En eso consisten los impuestos, en eso lo que usted maneja
como si se tratara del patio donde podría medrar ese tipo de matoncillo con
complejo de inferioridad.
Usted tenía una lista.
Nosotros, los demás,
toma millones de idiotas, poníamos la pasta para Educación, universidades,
museos y bibliotecas.
Usted tenía una lista.
Nosotros, los
sin-lista, poníamos la pasta para carreteras y transportes, para el AVE y los
aeropuertos desolados, para las comunicaciones.
Usted tenía una lista.
Nosotros poníamos
mientras tanto la pasta para policías y guardias civiles, para bomberos, jueces
y abogados, para los pobres y para su Iglesia.
Sr. Montoro, usted
tenía la lista de todos los que no arrimaron el hombro en la construcción de
esta sociedad, de todos los ricos que escondieron su dinero para no contribuir
a que el semáforo en rojo sea rojo, porque de eso se trata, de que el parque
sea parque y la quimio sea quimio. De todos aquellos que no se rascaron lo que
pudieron de las entretelas más dolorosas para que el órgano transplantado
palpitara, pero lo utilizaron, para que la red internacional import-export les
llenara la boca, pero se la llenaron.
Usted, sr. Montoro
tenía una lista pero prefirió decir Actores, decir Periodistas, decir Medios de
comunicación, prefirió nombrar a los partidos enemigos. Y ahora que ya los que
construyeron esta sociedad han sido expoliados, ahora que los que no
contribuyeron se han llevado lo que construimos, ahora que la mitad de España,
de esa España que sí puso lo suyo, pasa hambre, parece que la lista la tenemos
nosotros.
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original,
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