Publicado en NBC news
15 de febrero de 2015
SAN JOSE, California
-. Los pequeños terremotos que sacuden Oklahoma y el
sur de Kansas a diario y están vinculados a la perforación de energía, están aumentando drásticamente la posibilidad de terremotos más grandes y
peligrosos, según indica una investigación federal.
En esta región, antes estable, ahora es igual de probable que vea graves terremotos dañinos y potencialmente tan dañinos como en los lugares de mayor riesgo al este de las Montañas Rocosas, en Nueva Madrid en Missouri, y Charleston en Carolina del Sur, que tuvieron grandes terremotos en los últimos dos siglos.
En esta región, antes estable, ahora es igual de probable que vea graves terremotos dañinos y potencialmente tan dañinos como en los lugares de mayor riesgo al este de las Montañas Rocosas, en Nueva Madrid en Missouri, y Charleston en Carolina del Sur, que tuvieron grandes terremotos en los últimos dos siglos.
Aún así es un
riesgo bajo, alrededor de una
probabilidad de un 1 cada 2.500
años, según el geofísico William Ellsworth del
Servicio Geológico de Estados Unidos.
"Hasta cierto punto hemos esquivado una
bala en Oklahoma", dijo Ellsworth
después de una presentación de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Sin embargo, agregó,
"Esto no quiere decir que esperamos un gran terremoto
mañana."
Durante la sesión de 90
minutos del sábado sobre los
terremotos inducidos por el hombre,
tres terremotos de más de 3,1 grados sacudieron el
norte de Oklahoma. Los registros
federales muestran que desde el 1 de enero Oklahoma ha sufrido cerca de 200 sismos que las personas han llegado a sentir.
Estos temblores comenzaron a aumentar en 2008 y realizaron saltos
espectaculares en frecuencia en junio de 2013 y de nuevo en febrero de 2014, dijo
Ellsworth. Sucedieron en su mayoría
en áreas con perforación de energía, a menudo con la fracturación
hidráulica, un proceso conocido como fracking.
Muchos estudios
han relacionado el aumento de pequeños
temblores al proceso de inyección
de aguas residuales bajo tierra,
ya que los cambios de presión provocan
defectos latentes. El estudio de Ellsworth, que aún no se ha publicado, sugiere que un aumento
en el número de pequeños
temblores aumenta el riesgo de terremotos que los científicos consideran como
los principales riesgos
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