Merindad de Montija
Publicado en El Diario de Burgos
Por G. Arce
17 de abril de 2016
Lo que no han podido la enorme presión social y política generada en el
último lustro en torno a extracción de hidrocarburos mediante la fractura
hidráulica, lo ha logrado de un plumazo y en apenas unos meses el desplome
continuado del precio del petróleo. La semana que termina se pagó en un rango
de entre 43 y 44 dólares el barril de Brent, un nivel que hace inviable
cualquier avance en la costosa investigación y exploración inicial para poner
en marcha la polémica técnica del fracking para extraer shale gas (gas esquisto
o gas pizarra). Pese a esta circunstancia, los expertos consultados advierten
de que el mercado energético es extremadamente cíclico -de hecho la tendencia
en los últimos días es al alza de precios- y que España sigue sufriendo una
dependencia energética del exterior superior al 80%, por lo que avanzan que en
el medio plazo -algunos hablan abiertamente de un año vista- volverá a ser
viable pinchar en el suelo de Burgos para ver qué esconde.
Y no es algo que nos pille por sorpresa. La provincia,
mejor dicho su zona norte, desde la Lora hasta las estribaciones de la
Cordillera Cantábrica, reúne un total de 132 sondeos abiertos en busca de
hidrocarburos, el 16% de los que puntean el mapa de España, que han ido
prosperando con técnicas convencionales desde los años 60 al calor del precio
del crudo. Solo están activos y en explotación los primeros que se abrieron,
los de Ayoluengo, que han superado décadas de vaivenes en los mercados y de
cambios en las empresas concesionarias de su explotación, y siguen operativos
gracias a la aplicación de las nuevas técnicas.
Pese a ser conocida desde los años 40, la técnica del
fracking es nueva. Desembarcó en la provincia hace apenas un lustro, con el
precio del barril a 140 dólares y de la mano de unas compañías internacionales
con la solvencia suficiente para afrontar el proceso de exploración, la fase
que requiere una mayor inversión en estudios, maquinaria y campañas
informativas, pues, si se logra el objetivo, la explotación del gas es
barata.
Si las cuentas salían hace apenas cinco años, cuando
desde el Gobierno vasco se empezaron a vender las cuestionadas virtudes de esta
exploración, hoy son imposibles con el petróleo rozando los 40 dólares. «La
fracturación hidráulica hoy no es competitiva, las empresas han retraído su
inversión e incluso algunas (3) han desaparecido del mercado», detalla Ángel
Cámara, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas.
Solo aguantan -ajustando sus costes hasta el extremo-
las que cuentan con más músculo financiero, esperando a que se recupere en el
medio plazo el umbral entre los 50-60 dólares el barril que empezaría a tornar
rentable el regreso al fracking. «Es una técnica que sigue y seguirá
aplicándose, aunque si la situación administrativa y económica negativa
persiste, quizá terminen por tirar la toalla...», añade Cámara.
«Mientras los precios sigan a estos niveles, y lo
estarán por bastante tiempo, el fracking permanecerá aletargado, que no muerto,
y quien apueste por él ahora no sabe dónde se mete», señalan fuentes desde el
propio sector de los hidrocarburos, donde se corrobora que las cuentas no salen
actualmente si no se superan los 60 dólares barril.
Pese a las crecientes dificultades económicas, la
tramitación de los permisos de investigación sigue su curso -muy lentamente,
eso sí- en la Junta de Castilla y León y en Madrid (en los ministerios de
Industria y Agricultura y Medio Ambiente)y ninguna de las empresas interesadas
ha anunciado públicamente hasta la fecha que abandona este proceso en Burgos,
aunque las fechas de su arranque se han dilatado en el tiempo y ya se baraja
sin problema un plazo de 5 años más para saber si será rentable o no explotar
el subsuelo.
La principal interesada y la que más esfuerzos ha
hecho para ganar el favor de la opinión pública, BNKPetrolium, mantiene un
discurso de perfil bajo desde hace semanas y lo repite preguntada para este
reportaje. A mediados de marzo anunció un cambio de estrategia en España
mientras abandonaba sus permisos en Polonia.
En resumidas cuentas, vuelven a reafirmar desde la
compañía, se plantean tres salidas:asociarse con otra empresa para continuar
sus proyectos en España, reducir algunos de estos o cesar sus operaciones como
en Polonia. Por ahora no hay una decisión tomada... Lejos queda el anuncio de
invertir hasta 250 millones en Burgos y crear entre 50 y 150 empleos para
extraer ese 18% del gas pizarra nacional que se acumularía bajo nuestro
subsuelo y que en su día se valoró en 100.000 millones.
Mientras analizan su estrategia de futuro, desde BNKse
puntualiza que la tramitación de sus licencias sigue activa y no se han
planteado renunciar a las mismas. De hecho, según las fuentes del sector
consultadas, podrían continuar abiertas pese a que, si se diese el caso, la
multinacional canadiense optase por cesar la actividad de su filial española.
A día de hoy, según confirman desde el Ministerio de
Agricultura y Medio Ambiente, los permisos de investigación de Urraca -que
afectan a los términos de Medina de Pomar, Merindad de Cuesta Urria y
Villarcayo- siguen pendientes de la Declaración de Impacto Ambiental. Madrid ya
cuenta con los informes elaborados desde la Junta de Castilla y León relativos
a Estudio de Evaluación de Impacto y a las miles de alegaciones presentadas. En
principio, los trabajos desarrollados desde Burgos y Valladolid han terminado,
salvo que desde el Ministerio se requiera algún informe más.
Por lo que respecta al permiso de investigación de
Sedano, tras sumar el estudio de Evaluación de Impacto y de alegaciones, la
tramitación continúa en la Dirección General de Calidad y Sostenibilidad. Desde
la Consejería de Economía y Hacienda se informa de que el pasado febrero, a petición
realizada por la empresa en 2014, se suspendieron los trabajos de exploración
durante dos años, hasta el 10 de enero de 2017. En este espacio de tiempo deben
obtener la autorización para el sondeo, lo que requiere de la Declaración de
Impacto Ambiental.
El Ministerio de Agricultura está también pendiente
del Estudio de Impacto Ambiental del permiso Angosto-1, el que afecta a la
Merindad de Montija. Tendrá que esperar tiempo pues, según las últimas
noticias, parece que no hay voluntad ni presupuesto -por ahora- para continuar
con su tramitación administrativa.
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