viernes, 29 de abril de 2016

Confusión política en España







Publicado en The New York Times
Editorial
27 de abril de 2016 



En los cuatro meses transcurridos desde la celebración de las elecciones generales en España, un Parlamento fracturado y fragmentado no ha podido ponerse de acuerdo sobre la creación de un gobierno. Tras el fracaso del esfuerzo de 11 horas de esta semana, mediado por el rey Felipe VI, España se ha visto obligada a llamar a nuevas elecciones para finales de junio. Las encuestas muestran que la composición del próximo Parlamento podría ser incluso más controvertido, lo que llevaría a un mayor número de meses de limbo político.

Después de décadas en las que dos partidos se turnaron en el timón, los votantes en el mes de Diciembre respaldaron partidos advenedizos que prometían un nuevo comienzo, el alivio de la austeridad y el fin de los escándalos y el amiguismo de la vieja guardia. Eso debería haber iniciado un esfuerzo de los líderes políticos para elevarse por encima de las ambiciones y rivalidades personales, pero la realidad ha estado más cerca de lo que los españoles se refieren desdeñosamente como circo, o un circo.

Las dos partidos principales, el Partido Popular del presidente en funciones Mariano Rajoy y los socialistas, se negaron a formar una gran coalición, mientras que los partidos emergentes, el centrista Ciudadanos y Podemos de  extrema izquierda, cayeron en las disputas y la animosidad mutua.

España no está sola con su confusión política. Estos son tiempos difíciles en toda Europa, con la crisis del euro, la crisis de los refugiados y el creciente desencanto con la Unión Europea. Irlanda ha fracasado en varios intentos de formar un gobierno y Portugal necesitó de 53 días después de las elecciones de octubre para dar forma a una coalición; en Hungría y Polonia, los votantes han traído gobiernos xenófobos; los británicos votarán sobre si se debe salir de la UE.

Sin embargo, España no puede soportar durante mucho tiempo un vacío. La Comisión Europea está presionando a Madrid para reducir aún más su déficit presupuestario, y el próximo gobierno va a determinar la respuesta. La austeridad es una de las razones por las que el señor Rajoy perdió su mayoría, y los partidos de izquierda han hecho campaña sobre una plataforma anti-austeridad.

La democracia se puede convertir en desordenada en momentos como estos. Pero en la medida que España se enfrenta a unas nuevas elecciones generales, es importante tener en cuenta que la democracia no es la causa de los problemas, como los líderes autoritarios podrían argumentar, sino el reflejo de una nación tratando de solucionarlos. Un mensaje claro a partir de las elecciones españolas de diciembre fue el anhelo de un mejor y más honesto liderazgo. Los políticos pendencieros en España deben recordar esto.



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