De inquierda a derecha, Donald Rumsfeld, George W Bush y Dick Cheney
Hace unos días el diario El País
adelantaba algunos fragmentos de un libro basado en los diarios que George H.
W. Bush y su esposa escribieron durante sus cuatro años de estancia en la Casa
Blanca. El libro gana interés periodístico si tenemos en cuenta que el ex presidente
es el padre de George W. Bush, también ex presidente de Estados Unidos, y de
Jeb Bush candidato a la presidencia de este país en las elecciones de 2016.
La semana pasada estuvo plagada de
artículos periodísticos que en un principio recogieron las declaraciones de
Tony Blair, y que adelantándose a la publicación de dichas memorias, intentaba justificar,
de forma bastante pobre, los errores y aciertos de la invasión de Irak.
Si bien Blair reconoció la posibilidad
de error con dicha invasión, los focos se volvieron al ex presidente Aznar, que
ha hecho del tema un capítulo innombrable,
y que dio juego para que Esperanza Aguirre se “metiera en el jardín” de
dilucidar si España estuvo o no estuvo en aquella guerra.
Dejando de lado las
declaraciones de sainete de nuestros
políticos, merece la pena destacar varios párrafos que recogía el diario el
País , adelantados por The New York Times, y que versaban sobre dos personajes clave en
el mandato de su hijo George W. Bush, Dick
Cheney y Donald Rumsfeld:
Dick Cheney
Construyó “su propio imperio”, influyó “con mano dura” en la Casa Blanca de
George W. Bush “y sirvió malamente al presidente”.
“Tenía su propio imperio y marchó al son de su propio tambor. A mí me
demostró que no se puede hacer así. El presidente nunca debería tener que
preocuparse por esto”.
“Se volvió una persona muy diferente al Cheney que yo conocí. Simplemente
un 'culo de hierro'. Se escondía detrás de los tipos realmente duros, los que
querían pelear por todo y emplear la fuerza para abrirnos camino en Oriente
Próximo”.
“El verdadero error fue dejar que creara una especie de Departamento de
Estado propio. Creo que se pasaron. Pero no es la culpa de Cheney, sino del
presidente”.
Cheney fue vicepresidente de Estados Unidos bajo el mandato de George W.
Bush. Antes había sido Secretario de Defensa durante los últimos cuatro años de
Bush padre en la Casa Blanca. Según el libro de Meacham, calculó que harían
falta 17 bombas nucleares para derrotar a la Guardia Republicana Iraquí.
Donald Rumsfeld
“Rumsfeld era un tipo arrogante y seguro de sí mismo”.
“Creo que sirvió malamente al presidente. No me gusta lo que hizo y creo
que perjudicó al presidente con sus posturas. Nunca hemos sido muy cercanos en
cualquier caso. Pero hay una falta de humildad, de poder ver lo que piensa el
otro. Al final acabó pagando por ello.
Rumsfeld fue secretario de Defensa entre 2001 y 2006, durante la presidencia
de George W. Bush. Dimitió de su cargo cuando se recrudeció el conflicto en
Irak. También fue jefe de Gabinete del presidente Gerald Ford durante 1974 y
1975 para ser después en el responsable del Pentágono hasta 1977.
Por nuestra parte también
comentar que a estos personajes su permanencia en el poder pareció ser muy
gratificante para sus finanzas personales.
Respecto a Rumsfeld, siempre
tuvo proximidad con el departamento de Defensa, incluso con la presidencia de Bill
Clinton, llegando a estudiar la amenaza de los misiles balísticos por encargo
de dicho presidente.
Sin embargo, un tema que movió
todo tipo de noticias, algunas con razones conspirativas,
vino con la gripe aviar, que
provocó la inquietud mundial ante la gravedad de una hipotética pandemia y la demanda
de antivirales.
La Organización Mundial de la Salud
recomendó dos antivirales, Tamiflu, de la farmacéutica suiza Roche, y Relenza,
de la firma Glaxo Smith Kline.
A finales de mayo de 2005, la
multinacional farmacéutica Roche declaró que la demanda superaba su capacidad
de producción, y para intentar satisfacerla Roche planeó la apertura de una
nueva planta de producción en Estados Unidos durante el segundo semestre de 2oo5.
Sin embargo, los fármacos
vinieron a mostrar algunos efectos adversos que fueron documentados
principalmente en Corea del Sur y Japón, mientras que también se puso en duda
el potencial terapéutico por algunos autores.
Pero, ¿qué tiene que ver esto
con Rumsfeld? El fármaco Tamiflu había sido aprobado para su indicación en la
fiebre aviar en octubre de 1999 por la FDA de Estados Unidos, pero aunque Roche
lo fabricaba y comercializaba, el desarrollo del fármaco y los derechos de
patente se correspondían con un proyecto conjunto entre Roche y Gilead Sciences Inc., compañía de biotecnología que tuvo desde su creación y como miembro de su junta a Donald Rumsfeld y que en
1997 adoptaría el cargo de presidente de la compañía hasta que en 2001 aceptó la vicepresidencia de Estados Unidos con la
Administración Bush. En dicho momento según la revista Money le calculaban acciones por un valor de entre 5-25 mill. $, y cuyo valor se incrementaría notablemente por
el éxito del fármaco.
En cuanto a Dick Cheney, sin duda es el vicepresidente que más recoge
nuestro interés. Cheney era consejero delegado desde 1995 de Halliburton, actualmente
la segunda compañía más grande del mundo de servicios petroleros y la primera
en servicios de fracking, y abandonó
la empresa durante las presidenciales del año 2000, con un indemnización de 36
mill $. Sin embargo, ya en 2004, habría recibido casi 400.000 $ en
compensaciones por parte de la empresa y siendo ya vicepresidente de Estados
Unidos.
Al año siguiente, el presidente George W. Bush firmó la Ley de
Política Energética de 2005. El gigantesco proyecto de ley de la energía que
incluía aspectos ventajosos para el combustible fósil, la industria nuclear y el etanol y
proporcionaba unos incentivos simbólicos para las energías renovables y la
mejora de la eficiencia energética.
Pero la parte más famosa de la
ley era lo que hoy se conoce comúnmente como la
"escapatoria Halliburton
", una exención regulatoria que liberaba al fracking del cumplimiento de algunas de las leyes medioambientales
más exigentes de los Estados Unidos.
Sin aquella relajación de las leyes para la
fracturación hidráulica de alto volumen parecería improbable la realidad actual
de Halliburton en su papel de la mayor empresa del mundo en servicios de fracking
Y volviendo ahora a España y a nuestra
realidad, queda por contestar una pregunta. Si Shale Gas España defiende la
inocuidad del fracking y así parece
entenderlo D. Baudilio, representante de la Junta de Castilla y León en Burgos
e incluso el presidente Rajoy, con unas
declaraciones a la gallega que hizo
en dicha comunidad.
Si el fracking es seguro e inocuo, ¿por qué la Administración Bush le liberó de semejante grado legal de cumplimiento
medioambiental?
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