Publicado en The
American Interest
29 de octubre de 2015
Uno por uno, los sueños de
esquisto en Europa se han evaporado. Polonia,
Lituania, Ucrania, e incluso el Reino
Unido, todos han visto a las grandes
petroleras tirar la toalla en los proyectos de fracking que una vez que fueron
vistos como el camino hacia un renacimiento europeo de la energía. El Financial
Times informa sobre cómo la mala gestión y las condiciones
desfavorables, tanto en los mercados de energía y el ambientalismo han influído
en tantos países en su intento de seguir el ejemplo de los Estados Unidos:
Las razones en la región son
muy variadas: a veces,los regímenes regulatorios y fiscales desfavorables, así
como las prohibiciones o moratorias temporales para la fracturación hidráulica
como en Bulgaria, Rumanía y la República Checa, a menudo tras las protestas ambientales. Algunos
funcionarios occidentales de alto rango, incluyendo a Anders Fogh Rasmussen, cuando
el año pasado era secretario general de la OTAN, han acusado a Rusia de suscitar
en secreto este tipo de protestas, que niega Moscú.
Los precios del petróleo
más bajos también han cambiado la ecuación financiera, en una región donde los
costos de la perforación son altos y que carece de la infraestructura que
impulsó el desarrollo con costos bajos en los Estados Unidos.
Además de todo eso, en palabras
de un ejecutivo de una importante petrolera estadounidense, “las rocas no están allí". Las
formaciones geológicas que parecían prometedoras en países como Polonia han
resultado ser más difíciles de fracturar con la tecnología existente para las
reservas en América del Norte. Algunos expertos de la industria dicen que la
geología ha sido el factor más
importante que frena el desarrollo de la pizarra de la Europa central.
La experiencia de Europa
frustrará a los gobiernos que habían afianzado la esperanza de reforzar la
producción nacional de energía (y por lo tanto, la diversificación fuera de los
suministros rusos y todas las condiciones que vienen con ellos) en la
fracturación hidráulica.
Pero también sirve como hoja de
demostración de la extraordinaria experiencia de Estados Unidos en estos últimos
siete u ocho años. La producción de petróleo es de hasta 75 por ciento mayor
desde 2008, y desde 2005 la producción de gas natural se ha incrementado un 44
por ciento. La fórmula de este auge implica una larga lista de variables,
incluyendo (pero no limitado a): los derechos mineros que incentiven a los
propietarios a arrendar tierras para la perforación, la distribución uniforme de
las capas geológicas, un "pastel de bodas" favorable para la
perforación horizontal de pozos, un depósito profundo de disponibles de
capital, wildcatters dispuestos a
asumir riesgos en una industria incipiente, una ya robusta industria de
servicios de petróleo y gas, una preexistente infraestructura de oleoductos,
baja densidad de población, y una relativa abundancia de agua. Todas estas condiciones
han demostrado ser vitales para la revolución del esquisto, y son las que han
sido difíciles de replicar en Europa.
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