De izquierda a derecha,
Humberto Calderón, Álvarez del Manzano y Javier Cremades. / NEL ACEBAL
Publicado en El Comercio
Por Noelia A.
Erausquin
8 de noviembre de 2015
El
expresidente de la OPEP Humberto Calderón defiende una actitud liberal en la
busca de fuentes de energía, en los III Diálogos Cremades &
Calvo-Sotelo-Palacio de Luces
A la mesa se sentaron desde un
exministro del Interior como Jaime Mayor Oreja al presidente de Petronor,
Emiliano López Atxurra, pasando por el nuevo director general de la Dirección
General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja, o el
exalcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano, entre otros. El viernes y
el sábado tuvo lugar la III edición de los diálogos organizados por el bufete
Cremades & Calvo-Sotelo y el Club Palacio de Luces, que se desarrollan en
el hotel del mismo nombre, un encuentro que gana peso cada año y que se
consolida como una cita indiscutible para analizar la situación política y
económica nacional e internacional.
Uno de los ponentes fue el
presidente de Vetra Energía, Humberto Calderón, expresidente de la Organización
Nacional de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y ministro de Energía y
Minas de Venezuela entre 1979 y 1983. Con un largo bagaje en el sector,
desgranó los cambios geopolíticos y la presión que está ejerciendo en los
países productores de petróleo y gas el aprovechamiento de yacimientos no
convencionales -sobre todo el fracking- que está realizando Estados Unidos.
Estos recursos lo están convirtiendo en un país autosuficiente, a la vez que
ponen contra las cuerdas a los productores tradicionales. «En zonas con carbón
debería haber rocas con posibilidad de generar gases», defendió sobre Asturias
y también la conveniencia de utilizar estas técnicas en Europa, aunque
reconoció que «aquí hay mucha exquisitez con los efectos en el medio ambiente. En Estados Unidos han hecho miles de pozos
y no ha habido ningún terremoto ni se han contaminado pozos».
A su término, el presidente de
Cremades & Calvo-Sotelo, Javier Cremades, valoró los diálogos, de los que
extrajo dos conclusiones principales: la necesidad de un pacto por la educación
en España que dé estabilidad al sistema y el problema de la globalidad y la
necesidad de fomentar la unidad del país. Así, criticó que se intenten abordar
procesos de secesión fuera de la Constitución y calificó de «anacronismo» el
intento de independencia de Cataluña, «cuando se necesitan estados fuertes en
un mundo cada vez más global».
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