Esta
semana, los productores repartieron manzanas en protesta en Plaza de Mayo.
Foto: David Fernández.
Publicado en Clarín
Por Claudio Andrade
25 de agosto de 2016
"Manzana libre de
fracking", la estrategia publicitaria chilena que espanta en el Alto Valle
Sería la campaña
que estarían planeando los empresarios trasandinos para conquistar el mercado
local.
Las manzanas chilenas van ganando
cada vez más espacio en el mercado nacional. Según confirman fuentes de las
cámaras de Río Negro y Neuquén ahora podrían comenzar a entrar con una
denominación de origen que indicaría: “Manzana libre de fracking”. La estrategia
publicitaria ya fue anticipada a algunos de los productores del Alto Valle y
temen que una acción de marketing de este tipo resulte un golpe letal para su
negocio. “Podría fin a nuestra manzana”, reconoce un productor de General Roca.
“Etiquetar con eso sería jaque mate”, concluye el trader de una multinacional que opera en el
Alto Valle.
En la región hay un fuerte
debate en torno al uso del fraking en las chacras. El bajo precio de la fruta
obligó a los chacareros a alquilar sus tierras a empresas de gas y petróleo en
valores que rondan los 135 mil pesos por año. Una cifra que puede duplicar lo
que saca un productor en 10 hectáreas cultivadas. En Europa y Oriente, donde
abundan los sectores premium, los consumidores empiezan a rechazar la fruta
cultivada en las cercanías de los pozos petroleros por miedo a su contaminación.
En las chacras del Valle es común observar cigüeñas entre los frutales. En la
última década el avance de la industria petrolera en zonas de producción se ha
vuelto innegable. La senadora Magdalena Odarda (ARI), junto a organizaciones
anti Fracking de Allen, General Roca y Cipolletti, denuncian el reemplazo de
una matriz productiva por otra. “Los productores se encuentran solos, sin
ayuda, padecen graves problemas económicos y están siendo olvidados”, dice
Odarda.
Pozo
de fracking entre chacras (fincas) de frutales en producción en Allen, Río
Negro
Según la consultora Gabinete
MAG en lo que va del 2016 ingresaron 700 mil kilos de manzanas
trasandinas. Pero la tendencia continúa en ascenso por lo que
se espera que de aquí a diciembre el total supere las dos toneladas. El mercado
nacional es muy apetecido por los chilenos -por volumen y precio- quienes
estarían diseñando campañas de alto impacto para imponer sus
productos. “Fruta Libre de Fracking” y “Manzana Libre de
Fracking”, serían las dos denominaciones de origen que traerían los cajones de
19 kilos, informan.
El precio mayorista de la caja
de 19 kilos de manzana chilena cuesta 300 pesos. Es decir, 15,7 pesos el kilo.
El mismo que se paga por el kilo nacional de calidad alta en el Mercado
Central. Sin embargo, la industria chilena desde el 2001 hasta hoy, ha
impulsado el cultivo de variedades destinadas a ofrecer un mayor impacto en las
góndolas como las Jazz, Honeycrisp y SweeTang. Estas comienzan a ganarle
terreno a las tradicionales galas que ocupan unas 13 mil hectáreas de las cerca
de 40 mil que tienen en producción. Se las define como manzanas luminosas, de
colores intensos y textura crocante que trasladan al consumidor una experiencia
más “caramelo” que frutal.
“Nos ganan con el color, es una
manzana linda de ver. Pero en sabores somos mejores, más dulces, nuestro sabor
es más entero. Las manzanas chilenas son más agrias”, explica Sebastián
Hernández, presidente de la Cámara de Productores de Allen, que estuvo el
martes repartiendo fruta en Plaza de Mayo. “Son los mismos supermercados y
hasta grandes empresas frutícolas las que están comprando en Chile”, detalla
Hernández.
La Argentina tiene una
superficie de cultivo de 60 mil hectáreas. Pero todavía se encuentra atada a
variedades menos atractivas desde lo visual. “Chile tiene una aptitud
edafoclimatica (suelo y clima) muy difícil de igualar en otras partes del
mundo. El clima, cálido de día y frío de noche, hace que cualquier manzana
adquiera mucho más fácilmente color. Es la cordillera la que provoca este fenómeno.
En la Argentina las manzanas tienden a tener menos
color pues se
desarrollan en un desierto plano, que no tiene mucha diferencia térmica. Allí
deben elegir variedades nuevas que coloreen fácilmente para seguir en el
mercado”, explica un ejecutivo italiano.
En Chile el proceso de
producción de manzana es completamente industrial y los “robots” y maquinarias
de recolección predominan por sobre el trabajo hecho a mano. En el Alto Valle
producir manzanas representa un estilo de vida. Unas 70 mil personas viven
gracias a su cultivos. “He estado en Chile varias veces observando su
desarrollo y es excelente. Pero su sistema no es como el nuestro. Bajaron sus
costos laborales, su proceso es industrial, es muy distinto”, explica Edgardo
Kristensen, productor de Cipolletti.
En la actualidad la Argentina
produce unos 900 mil toneladas de manzana, contra el 1,3 millones de toneladas
de Chile.
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