lunes, 15 de agosto de 2016

El informe de la EPA sobre el fracking se presenta fuertemente influenciado por la presión de la industria


© AP Photo/ Jose Luis Magana



Entrada publicada en el Blog el 09 de marzo de 2015




Publicado en Spuntnik News
4 de marzo de 2015




El estudio de los riesgos de la perforación del gas natural por parte de la Agencia de Protección de Ambiental de Estados Unidos se suponía que era una investigación exhaustiva del impacto de la industria en el medio ambiente. 

Sin embargo el estudio fue influenciado por las mismas empresas que se suponía debían investigar.


Los activistas ambientales fueron cautelosamente optimistas cuando el Congreso encargó a la EPA una investigación ambiciosa de la fracturación hidráulica o fracking.

"Esta investigación se basa en la utilización de la mejor ciencia posible que el pueblo estadounidense espera por parte de la EPA – para garantizar la protección de la salud de sus comunidades y familias,"  dijo en 2011, Paul Anastas, un administrador adjunto para la Oficina de Investigación y Desarrollo de la EPA.

Sin embargo, el estudio se basó en gran medida en la cooperación de la industria del gas natural. Que empresas fueran habilitadas, como Chesapeake Energy y Range Resources, para asegurar las promesas de la EPA, mientras que su influencia aumentaba a medida que otras empresas del sector se negaron a participar.

En 2011, después de que las compañías de energía realizaran una serie de demandas irrealizables, la EPA dejo caer uno de los objetivos clave del estudio: medir los niveles de contaminación, antes y después del fracking en dos enclaves, de acuerdo con documentos obtenidos por DeSmogBlog.

Los documentos muestran que personal de las empresas de energía redactaron documentos e insistieron en vetar al personal contratado de la EPA a la vez que exigieron las notas científicas, fotografías y resultados de laboratorio antes de su publicación.

Y al parecer, la EPA consintió.

"Aquí, estos chicos son parte del equipo", escribió un representante de la EPA a Chesapeake Energy, ya que juntos redactaron los documentos de planificación del estudio en octubre de 2013, "por favor escribid las cosas como mejor os parezca".

A pesar de que la EPA había anunciado que el estudio se centraría en todas las etapas del proceso (perforación, eliminación de las aguas residuales y otros), los funcionarios de Chesapeake presionaron repetidamente a la agencia de centrarse únicamente en la etapa de la fracturación.

"Parece que el EPA ha ampliado el alcance del estudio para incluir todas las actividades del desarrollo", escribió un representante de la compañía, oponiéndose a la redacción utilizada en los planes de estudio en octubre de 2013. "CHK [Chesapeake Energy] recomienda que la EPA se centre sólo en la fracturación hidráulica "

En otro caso, Chesapeake comenzó a perforar las operaciones antes de que la EPA pudiera realizar las pruebas de referencia.

Chesapeake también uso su habilidad para realizar documentos que formularan objeciones adiciones que finalmente llevaron a la EPA a cancelar su plan completo sobre las pruebas.

"Teniendo en cuenta el calendario actual, no parece que haya tiempo suficiente para captar la variación estacional de la características de la muestra, sin embargo, esto es fundamental para determinar si hay un cambio significativo," advirtió la EPA a Chesapeake en octubre de 2013.

Más tarde, los funcionarios federales de medio ambientes citan este tema en la explicación de por qué no habían podido encontrar ningún sitio adecuado para llevar a cabo sus pruebas.

En un correo electrónico en junio 2014 para Claudia Meza-Cuadra de Greenpeace, la Oficina de Política Científica de la EPA, escribió que "es necesario reunir, al menos durante un año, los datos de caracterización de las aguas subterráneas y de la superficie antes y después de las actividades de exploración no convencional en el área de estudio ".

Range Resources llegó a un acuerdo confidencial con la EPA, que llevó a una serie de concesiones por parte de los funcionarios federales, incluyendo un aviso de tres días de antes de visitar el sitio de perforación, permitiendo de forma repetida a Range acompañar a los científicos de la EPA, y el acceso, entre otros resultados,  a las pruebas que mostraban una posible contaminación.



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