Publicado en El País
Por Miguel Ángel Criado
24 de mayo de
2015
El
sur de la península antártica, hasta ahora estable, se deshiela de forma
acelerada
Desde
que en 1979 los primeros satélites artificiales pusieran sus ojos en ella, la
Antártida nunca fue tan grande. Según la NASA, en diciembre de 2013, el hielo
marino que rodea el continente antártico alcanzó su mayor extensión. Sin
embargo, también nunca como ahora, se está derritiendo a un ritmo tan
acelerado. Por primera vez desde el fin de la última glaciación, la Antártida
pierde más hielo del que gana. De nuevo, ya sea en forma de cambio
climático o deterioro de la capa de ozono, la acción humana está detrás.
La
ciencia tiene tan claro que el Ártico se deshiela como que la Tierra gira
alrededor del Sol. Con la Antártida no existe el mismo consenso científico. Por
cada estudio sobre un glaciar que se resquebraja, hay otro que destaca la
acumulación de nueva nieve en la meseta antártica. Y es que todo en la
Antártida es grande, también el debate científico. Con una extensión casi 28
veces la de España, la Antártida acumula entre el 80% y el 90% del agua dulce
que hay en el planeta. La altura media de la capa de hielo es de unos 2.500
metros, aunque hay zonas de casi 5.000. Si se derritiera de repente, el nivel
del mar ascendería decenas de metros.
Pero
la Antártida no es tan uniforme e inmutable como puede parecer en la distancia.
El cambio climático y el deterioro de la capa de ozono están afectando de forma
diferente a unas zonas y otras del continente. Mientras en lugares de la costa
oeste, los glaciares que mueren en el Mar de Amundsen están adelgazando, en el
este, el hielo avanza y se eleva. A comienzos de siglo, el balance neto entre
pérdidas y ganancias tendía a ser cero, pero en el último lustro el equilibrio
se está rompiendo a favor del deshielo en zonas hasta ahora estables.
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