viernes, 15 de mayo de 2015

El fracking también se acerca por el mar







Blog No Fracking Valles Pasiegos
Esta entrada fue publicada en el blog el 6 de Octubre de 2014

Hace poco más de un año, en el mes de agosto de 2013, publicamos en el blog sobre la utilización de técnicas de fracking en los pozos petrolíferos marinos en la costa de California (EE.UU). En base a la ley de transparencia se accedió a correos electrónicos que indicaban sobre esta práctica para estimular antiguos pozos convencionales. Según informó The Associated Press esta experiencia se habría producido por lo menos en 12 ocasiones en pozos situados en el Canal de Santa Bárbara.

El tema intranquilizó a los legisladores del estado de California que pidieron explicaciones a las autoridades federales, dentro de un intercambio de escritos y declaraciones.

En principio, California no permite nuevas concesiones petrolíferas en sus costas desde el desastroso derrame de 1969 y si bien existe actividad en los pozos antiguos no se permite la realización de pozos nuevos. El fracking se habría realizado para aumentar el rendimiento de estos pozos y tal vez para experimentar nueva tecnología en condiciones marinas.

En el mes de noviembre Ecowatch recogía que una entidad ambiental, Center of Biological Diversity, denunciaba que las operaciones de fracking incluían el vertido directo de las aguas residuales al mar, que incluyen metales pesados, componentes radiactivos y componentes tóxicos del coctel de químicos.

Un documento enviado a las autoridades costeras por esta entidad hacía mención también a la peligrosidad de la arena, entre otros elementos, que utilizada en la fractura hidráulica y con su vertido directo al mar, suponía un peligro elevado para algunas especies marinas protegidas..

También se indicaba que el fracking, además de ser protagonista en el canal de Santa Bárbara, se habría realizado en  aguas de Long Beach, Seal Beach y Huntington Beach. Y se habría utilizado en más de 200 ocasiones.

En febrero de 2014, The Huffington Post, recogía una noticia que sorprendía a los ambientalistas y en teoría a la propia industria del petróleo. La Oficina de Administración de Energía Oceánica de EE.UU (BOEM) daba a conocer una revisión final de impacto ambiental para prospecciones gasísticas y petrolíferas en la costa este del país. Desde la costa de Delaware hasta el centro de la costa de Florida. Esta aprobación terminaba con una prohibición de más de 30 años y de la mano de la  Administración Obama, que después del desastre del Golfo de México en 2010, protagonizado por BP, había insistido en el mantenimiento de las prohibiciones.

Una noticia que pasó bastante desapercibida en otros medios de comunicación se recogía nuevamente en The Huffington Post, en el pasado mes de agosto, y reproducía un artículo de DeSmogBlog.

La Oficina de Gestión de Energía Oceánica del Departamento de Interior de Estados Unidos habría abierto un proceso de arrendamiento de “parcelas marinas” en el Golfo de México para la exploración y búsqueda de hidrocarburos mediante la técnica de fracking.

La Administración Obama habría subastado 21,6 millones de hectáreas y tendría 433.822 acres disponibles y en espera de recibir ofertas. Según el artículo la compañía más beneficiada con estos arrendamientos podría ser BP América. De confirmarse esta información empresas de servicios de petróleo y gas y especializadas en fracking como Halliburton, Baker Hughes y Schlumberger, serían las siguientes beneficiadas.



El día de la subasta, celebrada en el Superdone de Nueva Orleans en Lousiana, Associated Press explicaba que las parcelas subastadas se asientan en la cuenca del Terciario Inferior y para muchos analistas supone la última frontera en la exploración de petróleo en el Golfo de México.

"El Terciario inferior es una capa antigua de la corteza de la tierra compuesta de roca densa", explicó AP . "Para acceder a los recursos mineros atrapados en esta capa, se proyecta la actividad de la fracturación hidráulica que podría crecer en el oeste del Golfo de México en más de un 10 por ciento este año, según la empresa de servicios petroleros con sede en Houston Baker Hughes Inc., que opera cerca de un tercio de las plataformas marinas de fracking del mundo."



A diferencia de otros yacimientos, el Terciario Inferior se encuentra en aguas super profundas, según el lenguaje de la industria petrolera, más o menos a 1,5 Km de profundidad. Este hecho hace que la técnica solo sea asequible para las grandes compañías, dado el elevado coste de cada pozo, más de 100 mill $ y la dificultad tecnológica. Es decir, una fractura hidráulica solo para las compañiás que juegan en la Champion League.



Una semana antes de producirse los contratos de arrendamiento, el gobierno de México aprobó la Ley de Reforma energética que posibilita a la formación de empresas mixtas entre multinacionales extranjeras y la estatal Pemex. En este nuevo formato se incluían las aguas territoriales del país azteca en el Golfo de México.

Baker Hughes estaría ultimando la tecnología marina del fracking y ya habría ayudado a la compañía brasileña Petrobras a desarrollar pruebas en pozos en las costa de Cascade. La compañía cree que la reciente venta de derechos en el Golfo de México por parte de la Administración Obama servirá de gran ayuda para desarrollar el fracking en alta mar que está por venir en los próximos meses y años. 

Aquí, en Europa la compañía Nebula Resources anunciaba en el mes de Febrero una novedosa aventura en la búsqueda de gas en el fondo marino del Mar de Irlanda mediante fractura hidráulica y con la concesión de tres licencias que cubrirían distintas áreas a menos de 100 millas de Dundalk.

En plena campaña sobre la independencia de Escocia, un informe empresarial calculaba unos ingresos adicionales de 300.000 mill £ con la explotación de hidrocarburos en el Mar del Norte y con la ayuda de la fractura hidráulica. El gobierno británico que prevee grandes ingresos en tierra con el fracking se mostraba más reticente a reconocer estos hipotéticos ingresos en las aguas de Escocia. 

Un informe de la entidad ambientalista Mother Jones defiende un creciente interés del Departamento de Estado de los Estados Unidos en introducir el fracking en Europa que se traduciría en una fuerte presión sobre autoridades de la UE. Algún analista relaciona este interés con la búsqueda de una mayor influencia en Europa coincidiendo con el alejamiento energético de Rusia, además de buscar una cercanía en el acceso a los hidrocarburos no convencionales de China y en encontrar soluciones a medio plazo para algunos estados gamberros en América latina. 

Sin embargo, la fractura hidráulica, incluso en tierra, no está del todo clara en Europa. Si bien, la operaciones de exploración son una realidad en la Europa del este, los países con mayores reservas estimadas de gas no convencional en la Europa occidental, Francia y Alemania, son reticentes. Francia basa su producción eléctrica en una red importante de centrales nucleares y Alemania presenta una población con una de las mayores conciencias ambientales de Europa.

En el camino hacia el fracking, sea por tierra o por mar, el máximo entusiasmo vendría de la mano del Reino Unido, que ya ha iniciado tareas de exploración y de España, que aún con reservas calculadas discretas, mostraría su entusiasmo con el número elevado de licencias de exploración concedidas.



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