Publicado
en The Independent
Por
Andy Rowell
28
de diciembre de 2014
Es un “claro
conflicto de intereses” que la Agencia de Medio Ambiente invierta fondos de
pensiones en industrias que ella misma regula
La
Agencia de Medio Ambiente (EA) ha sido acusada de un "claro conflicto de
intereses", después de que una investigación del Independent y del Sunday
encontraran que millones de libras de los fondos de pensiones del regulador del
Reino Unido están invertidas en industrias polémicas que después tiene que
regular. En el
Reino Unido el fondo de pensiones de la EA – maneja un enorme monto £ 2.300 millones que dispone en empresas que
invierten en fracking, en incineración y en energía nuclear, actividades en las
que Agencia tiene que participar en la regulación.
A nivel mundial, el fondo también
invierte millones en empresas químicas y mineras, incluyendo la extracción de diamantes; compañías
de tabaco y alcohol; fabricantes de armas;
una
empresa de juegos de azar, así como Starbucks, que ha sido acusado en repetidas
ocasiones de evasión fiscal.
Los detalles del fondo de pensiones están
contenidos en respuesta a una solicitud de Libertad de Información a la Agencia
Ambiental, donde figuran las empresas en las que tiene participación a partir
de marzo de este año, la más reciente información auditada disponible. Sus
inversiones están en marcado contraste con la imagen pública de la Agencia de
ser un inversor líder "responsable" que integre "consideraciones
ambientales, sociales y de gobierno en toda la toma de decisiones."
Los
responsables de la Agencia han dado su compromiso de que en 2015 "el 25
por ciento del fondo se invertirá en la economía verde y sostenible".
A pesar de estas audaces afirmaciones, la lista
revela que la AE, que fue muy criticada el año pasado por su respuesta a las
inundaciones, tiene 50 millones de libras en inversiones directas en empresas
de petróleo y gas, como Shell, BP y BG Group, así como inversiones indirectas
de millones en fondos de petróleo y gas. Este
año, la AE encargó un informe sobre el riesgo de que sus inversiones en
combustibles fósiles pudieran convertirse en "activos bloqueados",
pero se le aconsejó no desinvertir. "Reducir la exposición
de la inversión a la industria fósil no precipita una reducción en la
prevalencia de esta industria", argumentaron sus consultores.
Pero los ecologistas no están de acuerdo. Los
combustibles fósiles son ya "una inversión de riesgo y sin duda lo serán
en el futuro. El inversionista realmente" responsable "es el que lo
reconoce ahora, antes de que sea demasiado tarde", afirma Charlie Kronick,
asesor de mercados energéticos de Greenpeace en UK.
Es con temas como el fracking, la
incineración y la energía nuclear donde la AE tiene probablemente su punto más
vulnerable.
Sus
inversiones podrían potencialmente llevarla a conflictos legales si tuviese que
conceder los permisos a las empresas en las que su bote de pensiones tiene un
interés financiero.
El fondo invierte en dos empresas entrelazadas
financieramente con el gigante del fracking Cuadrilla,
la empresa que ha sido objeto de fuertes protestas en Lancashire y West Sussex. La
primera es Centrica, que está
invirtiendo 60 millones de libras en las operaciones de Cuadrilla en Lancashire y el segundo es Riverstone Energy, que posee el 44 por ciento de Cuadrilla.
La relación con Cuadrilla se complica aún más con Lord Browne de Madingley, que está sentado en Cuadrilla
y en el directorio de Riverstone, y ha
sido acusado de tener acceso privilegiado a Lord Chris Smith, el jefe de la AE. Browne, ex jefe de
BP, se reunió con Smith en numerosas
ocasiones cuando Cuadrilla estaba tratando de conseguir un permiso para frackear.
Las actas de una reunión telefónica entre Browne, Smith y otros ministros
del gobierno revelan que la AE se
ofreció a "acortar el proceso de consulta previa para la determinación
de los permisos", aunque esto fue
rechazado por Cuadrilla, que
estaba preocupada por la acción legal.
La AE también está invirtiendo en Barclays, el
banco detrás de los intentos de Third
Energy's para perforar convencionalmente y frackear en el Valle de Ryedale de North
Yorkshire, y en la francesa Total,
que anunció sus planes de invertir 50 millones de dólares (32 millones de
libras) en licencias respaldadas por las empresas fracking IGAS, Dart Energy y socia
de Egdon Resource, a principios de este
año.
Las revelaciones llegan después de que el canciller,
George Osborne, prometiera millones
de libras en el Discurso de otoño para mostrar a un público escéptico sobre la
"solidez del régimen normativo existente" para la fractura hidráulica.
Los grupos anti-fracking están indignados: "Es asombroso descubrir que el órgano
de gobierno que toma las decisiones sobre los permisos ambientales para las
empresas de fracking esté invirtiendo tan fuertemente en las mismas empresas
que solicitan estos permisos", sostiene Chris Redston de Frack Free Ryedale. "Esto
parece ser la definición pura de un conflicto de intereses."
Caroline
Lucas, parlamentaria de los Verdes declaró: "La noticia de que la Agencia de Medio
Ambiente tiene inversiones en algunas de las mismas industrias que tiene que
regular es profundamente impactante. Aquí hay un conflicto claro, lo que socava
la credibilidad de la Agencia de Medio Ambiente y pone en tela de juicio su independencia
y su autoridad ".
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