Protesta
contra la ley de medios, el 9 de enero en Varsovia. WOJTEK RADWANSKI AFP
….
ya eres un sospechoso en la Polonia de la ultraconservadora Beata
Szydlo
Publicado en El País
Por Iñigo Domínguez
20 de enero de 2016
Cruzada en Polonia contra los medios ‘traidores de la
patria’
En Polonia uno puede empezar el
día siendo un patriota o un traidor según lo que desayune o cómo salga de casa.
Si comes salchichas y coges el coche, bien. Si optas por los cereales y la
bici, muy mal. Según el ministro de Asuntos Exteriores, Witold Waszczykowski,
su misión es acabar con esa Europa podrida de “vegetarianos y ciclistas”.
Añadió la mezcla de razas y culturas y las energías limpias. Preservar la
identidad nacional polaca, entendida como los valores de la tradición
cristiana, es una prioridad del Ejecutivo ultraconservador de Ley y Justicia
(PiS), presidido por Beata
Szydlo y dirigido políticamente por Jaroslaw
Kaczynski, el líder del partido. Y es el primero de la historia moderna de
Polonia que ha logrado una mayoría absoluta, en las pasadas elecciones de
octubre. En esa cruzada es esencial controlar los medios de comunicación para
separar a los polacos “buenos” de los “malos”.
“El Gobierno quiere un Estado
fascista, corporativo, de partido único”, sentencia Piotr Stasinski,
vicedirector de Gazeta Wyborcza,
diario líder de Polonia, fundado en 1989 y referente progresista de la
democracia. La última señal de alarma es una ley de policía que amplía su poder
de vigilancia de Internet, correos electrónicos y móviles. Stasinski,
preocupado, fumaba sin parar el lunes en la ventana de su despacho, aunque
fuera hacía menos siete grados. El periódico, junto a otros medios de
oposición, encabeza la lista de los traidores de la patria.
Tras el ataque contra el
tribunal constitucional, con una reforma que lo neutraliza, la prensa ha sido
el otro gran objetivo. “Los medios públicos ignoran su misión, en vez de defender
el interés nacional, sus periodistas a menudo simpatizan con las opiniones
negativas contra nuestro país”, argumentó una diputada del PiS, Elzbieta Kruk.
Las formas impresionan: una ley aprobada en tiempo récord a las cuatro de la
madrugada del 24 de diciembre impuso una limpieza de la televisión y radio
públicas. Al día siguiente de su ratificación despidieron, por ejemplo, a Kamil
Dabrowa, director de Radio 1. “Por infracción de las nuevas normas éticas, por
ir contra el espíritu nacional”, explicaba este martes en su casa. Lo que hizo
contra ese espíritu fue sonado: poner cada hora el himno nacional, alternándolo
con el de la UE, como protesta ante la nueva ley.
Como él, numerosos dirigentes,
redactores y rostros muy conocidos de la televisión han sido despedidos. Es
normal que a cada cambio de Gobierno siga un relevo en los medios públicos,
pero esta vez se ha traducido en una oleada de despidos, una ley que permite
saltar el filtro del consejo nacional de radio y televisión, y el nombramiento
a dedo, sin concurso, de periodistas conservadores y de medios católicos. Y es
solo el principio. “Esta
es la llamada pequeña ley de medios, la grande será en primavera, y prevé
transformar los medios públicos en Sociedades de Cultura Nacional. Se despedirá
a todos los empleados, 3.000 personas, y se volverán a contratar. Hasta
entonces es un periodo de verificación de obediencia. Están limpiando el campo
de maniobra para hacerse con el control del Estado”, comenta Dabrowa. Las dos
teles públicas son las más vistas de Polonia.
Su nuevo presidente, Jacek
Kurski, rechazó este martes hablar con este periódico.
Una de las primeras en caer fue
Ewa Wanat, locutora de la radio pública RDC despedida en septiembre, un mes
antes de las elecciones. “Se veía que el PiS iba a ganar y fue una señal de
colaboración para salvar a otros”, contaba este martes en un café. Wanat, muy
popular, simboliza lo que el PiS odia. Tenía un programa con mucho humor
dirigido a la comunidad de gais y transexuales que empezaba así: “¡Hola
maricas!”. Y un consultorio sexual, algo insólito en Polonia. “Era muy
atrevido. Aquí hasta los partidos progresistas son conservadores en lo social,
por miedo a la Iglesia”, explica. En su opinión el país ha vuelto a la
propaganda de las leyes marciales de los ochenta. Ella ha pedido un boicot a
los medios públicos, también de participación, “para no legitimar esa farsa”....
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