SANTANDER, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
La exministra de Medio Ambiente y
actual consejera del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Cristina Narbona, ha
considerado este jueves que es "muy discutible" que la Comisión
Europea (CE) asocie la fracturación hidráulica o 'fracking' a la reducción de
gases de efecto invernadero porque en algunos pozos de Estados Unidos (EE.UU.)
se ha llegado a emitir "un 12% de gas metano" frente al 1,5% aceptado
por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
"Esa es una de las críticas que
existen por la experiencia de Estados Unidos", ha comentado Narbona, que a
este respecto advierte de que el 'fracking' "puede producir emisiones de
metano muy altas". Por lo tanto, ha afirmado que la CE incluye este método
para cumplir los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero y mayor eficiencia energética de cara al año 2030 "con no
mucho principio de precaución".
Durante su intervención en el
encuentro 'Quo Vadis Europa? II', que se celebra esta semana en la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Narbona también ha comentado que
"incluso hay una línea de subvención prevista para la actividad del
'fracking' en aquellos países que quieran hacerlo", aunque ha recordado,
por ejemplo, que Francia o Bulgaria "lo han prohibido". A lo que se
une la oposición de regiones españolas como Cantabria.
Igualmente, ha comentado el énfasis
de la CE en sus últimos informes sobre eficiencia energética y el cambio
climático "en el impacto sobre Europa" del 'fracking', haciéndose una
lectura "matizada" de los efectos sobre la competitividad que está
teniendo la producción de gas no convencional en EE.UU., que se está
convirtiendo "en un país autosuficiente" con respecto a la producción
de gas.
"La CE, en su informe
(presentado en enero de este año), entiende que la incidencia en la competencia
solamente se produce en algunos sectores muy intensivos en el consumo de gas,
pero que es incierto cuál va a ser el futuro porque dependerá mucho de los
precios de la energía en el mercado internacional y de los costes que pueden ir
aflorando en EE.UU. en la utilización de la fracturación hidráulica", ha
manifestado.
Asimismo, ha incidido en que la
Unión Europea (UE) pretende con estos informes, "fundamentalmente,
reforzar la seguridad jurídica, es decir, que los marcos que establezcan los
planes nacionales permitan a los inversores llevar a cabo su compromiso con la
seguridad de obtener la rentabilidad que se le otorga"; que los sistemas
nacionales "sean coherentes" con las orientaciones europeas; o que se
mejore la competencia en el mercado de la energía.
"Es decir, que se permita la
entrada y el desarrollo de nuevos actores. Y que se permita a los consumidores
elegir de verdad entre las empresas proveedoras y producir su propia energía.
Es verdad que a eso le dedica tres líneas, pero como principio está ahí el
apoyo a lo que llamamos autoconsumo, autoproducción o descentralización",
ha relatado.
EUROPA TIENE UNA "DEBILIDAD
TREMENDA" PARA QUE SE CUMPLA KYOTO
En esta charla, Narbona también ha
recordado que para el año 2020, como parte de la Estrategia 20/20/20, se prevé
que la UE haya reducido sus emisiones un 24% con respecto a 1990, es decir, por
encima de los objetivos de esta estrategia; que el uso de las renovables
alcance un 21% y que también se logre un mayor incremento porcentual en
términos de eficiencia energética, aunque en este aspecto "hay bastantes
más dudas".
Asimismo, ha explicado que de cara
al año 2030 se ha planteado una reducción de un 40% de las emisiones, un peso
de las renovables de un 27% del consumo de energía y ganar otro 30% más de
eficiencia energética. Aunque ha advertido de que hacen falta "políticas
adicionales" porque "no basta con lo que tenemos".
De esta forma, ha indicado que lo
que pretende la UE con este panorama es "que haya compromisos a nivel
internacional" en relación con el cumplimiento del Protocolo de Kyoto para
la Cumbre del Clima de París (COP21) en 2015. Pero ha advertido de que la UE
tiene "una tremenda debilidad", y es que "sólo produce un 11% de
las emisiones de CO2" a nivel mundial y su poder "es menguante",
por ejemplo, con respecto a China (29% de emisiones), a lo que suma que Europa
ha "deslocalizado" su producción.
ACUERDOS ENTRE CHINA Y EE.UU. EN
PARÍS 2015
Con respecto a China, ha mencionado
que tiene un "gravísimo problema" de contaminación por carbón porque
"cada año mueren un millón de personas por la mala calidad del aire en las
ciudades", pero ha añadido "las contradicciones" del país
asiático, que "va a seguir utilizando el carbón", mientras intenta
implantar tecnologías de "secuestro y almacenamiento de CO2" o
fomenta la energía nuclear.
"De cara a la cumbre de París,
es muy importante que el principal emisor del mundo (China) llegue habiendo
proclamado su voluntad de limitar sus emisiones de CO2 porque hasta hace muy
poco EE.UU (cuya tasa de emisiones es de un 16%), decía que hasta que no se
comprometiera China, no se iban a comprometer", ha comentado, por lo que
considera que es "clave" que estos dos países lleguen a acuerdos para
reducir sus emisiones.
"Los acuerdos internacionales,
si llegan a producirse, tendrán que dar una señal clara de equidad social. De
alguna manera, hay que ir convergiendo hacia un nivel de emisiones per cápita
más parecido entre todos los países del mundo, hacia un techo máximo", ha
comentado, por lo que pide corregir la desigualdad de las emisiones entre los
países avanzados y, por otro lado, los africanos, que son "lo más
perjudicados" por las consecuencias del cambio climático cuando son los
que menos emiten.
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