Publicado en M15
Bizcaia
02 de noviembre de 2016
El tratado de libre comercio e
inversión entre la UE y Canadá fue firmado el domingo 30 de octubre en Bruselas
por la Comisión Europea y Canadá. Aunque ha sido una victoria frente a
sindicatos, organizaciones sociales o ecologistas y sobre Valonia, no podemos
tirar la toalla, no vamos a bajar la
guardia, tenemos por delante la votación en el Parlamento Europeo y hay que
seguir en las calle.
Han sido quince días de “presiones increíbles” sufridas por Valonia,
la pequeña región de apenas el 1% de la población de la UE, donde se han
concentrado todos los poderes políticos (y económicos) hasta conseguir torcer
el brazo de su gobierno. Las presiones se han librado también en los grandes
medios para intentar justificar la necesaria apertura a las inversiones
extranjeras que se promueve con el CETA.
La
resistencia de la pequeña Valonia representaba en realidad el esfuerzo de miles
de activistas que llevan años de campaña contra el CETA y el TTIP. Tras
la firma quedan numerosos pasos por dar para que el acuerdo con Canadá entre en
vigor, de manera provisional primero y de manera total posteriormente.
El
primer reto del CETA será conseguir el apoyo de la mayoría simple de las y los
diputados del Parlamento Europeo, en una votación que, si no se
celebra en diciembre, deberá esperar a febrero y que no debería dar problemas a
las partes firmantes ya que los conservadores del PP Europeo y el grupo de los
‘Socialistas y Demócratas’, a la que se unirán los liberales del ALDE, el cuarto
grupo de la Cámara son la mayoría de la cámara….
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