Publicado en eldiario.es
Por José Luis Gallego
25 de diciembre del 2015
La
política ambiental debe adquirir el rango administrativo que exige el tiempo
que nos toca vivir
La protección del medio
ambiente es una de las principales responsabilidades que debe asumir todo
partido y todo líder que aspire a gobernar. Nadie en su sano juicio (político)
puede afirmar que el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, la
gestión ambientalmente responsable de nuestros residuos, la lucha contra el
cambio climático, la mejora de la calidad del aire o la custodia de nuestro
patrimonio natural son temas secundarios en la acción de gobierno.
La política ambiental debe
adquirir el rango administrativo que exige el tiempo que nos toca vivir. Nunca
más un gobierno que la ningunee relegándola a una secretaría dependiente del
Ministerio de Agricultura. Nunca más una ministra responsable del área que
renuncie a serlo, que luzca su desdén por la ecología hasta el punto de ser
capaz de afirmar en un programa de radio de máxima audiencia que el atropello
de linces es una buena señal porque “eso significa que cada vez hay más”
Nunca
más una ministra responsable del área que renuncie a serlo
Nunca más un gobierno que
retire competencias a los agentes medioambientales y forestales para
quitárselos del medio y de en medio, que reconvierta los parques nacionales en
fincas privadas de caza o que acuda a Bruselas a promover la matanza de lobos
en lugar de proteger a la especie.
Nunca más un gobierno al que el
Tribunal Constitucional le tenga que parar los pies por aprobar una ley contra
las costas y a favor de la especulación urbanística, que le ponga un impuesto
al sol o que castigue con la inseguridad jurídica a quienes, animados por el
propio Estado, decidieron aportar todos sus ahorros al desarrollo de las
energías renovables. Nunca más un gobierno que pase del medio ambiente y se
jacte de ello.
En este tiempo de pactos y
negociaciones para alcanzar una mayoría de gobierno uno de los principales
acuerdos debe ser la recuperación del Ministerio de Medio Ambiente. Una cartera
fuerte, influyente y vinculante que sea temida y respetada por todo el Consejo
de Ministros. Trazado de carreteras: no sin la aprobación de medio ambiente.
Política pesquera: siempre con la supervisión de medio ambiente. Modelo
energético: háblenlo primero con los responsables de medio ambiente.
Defensa, economía, industria,
comercio, educación, fomento, turismo: toda acción del ejecutivo, venga de
donde venga, debe ser coherente con la política ambiental del gobierno. Una
política seria y responsable, cumplidora de los mandatos de la Unión Europea y
los compromisos adquiridos por España en la lucha contra el cambio climático.
Basta ya de esquivar normativas y desatender responsabilidades en materia de
medio ambiente. Basta ya de creer que esto no va con nosotros.
Cualquier pacto político que no
exija un mayor compromiso en materia de medio ambiente será un pacto contra
natura. Una burla a la sociedad, a las generaciones futuras y hacia el planeta.
Por todo ello: pactad lo que sea preciso, pero no sin Ministerio de Medio
Ambiente.
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