Publicado en Periodista Digital
29 de diciembre de 2015
EEUU
prevé un recorte récord de la producción de 570.000 barriles en 2016
La
estrategia de la OPEP funciona y varios productores han quebrado
Durante este año, la
industria del fracking ha logrado resistir con el petróleo revoloteando en los
50 dólares por barril. Para hacer frente a un desplome de los precios del 50%,
se despidieron a miles de trabajadores y centraron las actividades de sus plataformas
en los pozos más importantes y productivos, aprovechando la tecnología más
avanzada. Sin embargo, en 2016 y con el precio del petróleo a la baja, está por
ver si esta industria resistirá o se 'secará' su producción de barriles.
Para un sector que ya ha
recortado todo lo que podía, la nueva caída del precio del petróleo es un golpe
devastador. Las perforadoras "no están preparadas para sobrevivir con un
petróleo a 30 dólares", según R.T. Dukes, analista jefe de Wood Mackenzie
en Houston.
La Agencia de la Energía
de EEUU prevé un recorte récord de la producción de 570.000 barriles de media
al día en 2016. Esto es precisamente lo que está buscando la OPEP al inundar el
mercado de petróleo, lo que provoca una caída de los precios y presiona a los
productores mundiales que incurren en costes elevados. Es una estrategia de
alto riesgo, cuyo éxito depende de la retirada de los productores de shale
antes de que las dificultades financieras lleguen a los países más fuertes de
la OPEP.
De momento, empresas perforadoras
de EEUU como Samson Resources y Magnum Hunter Resources ya se han declarado en
quiebra.
Los bonos del sector
energético de mayor riesgo se negocian a unos precios demasiado bajos, según
Spencer Cutter, analista de Bloomberg Intelligence. El índice energético BofA
Merrill Lynch U.S. High Yield Energy ha perdido casi todo lo ganado desde 2001.
"Vamos a ver un
aumento de quiebras, así como de ventas de activos y las crisis de deuda",
dijo Jeff Jones, director de Blackhill Parnters. "Un petróleo a 35 dólares
sin duda acelerará la crisis" de estas compañías.
Elemento
desestabilizador
Para entender por qué la
producción está a punto de colapsar tenemos que remontarnos a sus orígenes. Los
geólogos conocían la existencia del shale, o petróleo no convencional, desde
hacía mucho tiempo. Sin embargo, los elevados costes y la tecnología aún no
permitían que su extracción fuese rentable.
En 2008 comenzó la
historia de un cambio radical. Cerca de un pueblo llamado Cotulla, entre San
Antonio y la frontera con México, fue donde se perforó el primer pozo en la
gran formación conocida como Eagle Ford Shale. Es una formación de roca
sedimentaria muy rica en esquisto y shale oil. Desde entonces, los pozos y la
inversión se han multiplicado en esta formación hasta el punto de que a día de
hoy emplea a unas 100.000 personas.
El cambio ha sido
radical, ya que en julio de 2014 las exportaciones de crudo desde Nigeria a
EEUU se habían reducido a cero. El fracking se ha extendido y las importaciones
americanas de crudo han caído en picado en un país que siempre ha sido un gran
cliente para muchos exportadores. Nigeria ha tenido que buscar nuevos clientes
en Asia, reduciendo el margen por barriles y erosionando los ingresos
procedentes del crudo.
Y es que durante años
los precios del petróleo crecieron al calor de la demanda de energía, como
consecuencia del rápido crecimiento económico de los países emergentes
(devoradores de materias primas) a principios del nuevo milenio, lo que hizo
rentable las grandes inversiones de los costes de perforación derivados del
fracking. La producción ha aumentado más del 60% desde finales de 2010.
El incremento de la
producción coincidió con una desaceleración del ritmo de crecimiento de la
demanda. Con el desequilibrio de la oferta y la demanda, los precios cayeron
desde los 100 dólares el barril a los 50 dólares y, tras la decisión de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo de mantener la producción a
niveles casi récord, el crudo ha caído hasta los 35 dólares por cada barril de
oro negro. Estos precios pueden hacer 'saltar por los aires' a parte de la
producción mundial de crudo que ha dejado de ser rentable.
"El petróleo no
convencional es un elemento desestabilizador", dijo Dukes. "Ha
crecido la oferta en períodos cortos de tiempo y ha eclipsado el incremento de
la demanda. La perspectiva del mercado de petróleo empeora cada vez más"
para los productores.
Para acceder a la
noticia,
No hay comentarios:
Publicar un comentario