Dos
trabajadores conectan mangueras a una tubería en Dakota del Norte. / A. CULLEN (REUTERS)
Publicado en El País
Por Sandro Pozzi
19 de noviembre de 2015
Las
empresas afrontan grandes dificultades para financiar su deuda
El nuevo normal en el mercado
del petróleo está en los 50 dólares el barril. Es
un precio muy bajo, a mitad de camino de lo que se pagaba en el verano de 2014,
antes del desplome, y no se espera que suba mucho más. Eso está metiendo
presión a las empresas que emergieron en Dakota del Norte y Texas con el
renacer energético de EE UU gracias a las nuevas técnicas de extracción como la
fracturación hidráulica.
El bautizado como el “milagro
del fracking” se desmorona. El número de firmas que se están viendo forzadas a
reorganizar sus estructuras o suspender pagos no para de crecer porque no
logran efectivo para refinanciar la deuda. El caso más sonado es el de Samson
Resources. La compañía fue adquirida hace cuatro años por KKR tras desembolsar
7.200 millones de dólares (6.640 millones de euros), 4.000 de ellos en deuda.
Entonces pareció una operación redonda.
De ser una de las petroleras
privadas —no cotizadas— más importantes del país, a no poder sostener sus
finanzas en una coyuntura en la que caen los ingresos, el beneficio se evapora
y las reservas pierden valor. Pero no es la única que lucha por su
supervivencia con el barril en el entorno de los 35 dólares. El número de
compañías a riesgo de desaparece crece conforme se prolonga la situación. Las
más afectadas son pequeñas empresas que hace una década no existían.
La historia se repite en la
texana Pro-Stim Services, que nació con la ambición de pegar bocado a la tarta
que se repartían gigantes como Halliburton o Schlumberger. Ya tenía dificultad para
mantener el margen de beneficio cuando el barril estaba a 100 dólares hace año
y medio. Ahora fracturar es menos rentable y el medio centenar de compañías
especializadas en esta técnica cierran los pozos más costosos. Eso está
provocando los primeros descensos en producción.
Energy Transfer y The Williams,
las dos cotizadas, usaron acciones para financiar deuda pasada. Necesitan un
repunte en el valor del crudo conforme se equilibre el mercado del lado de la
producción y la demanda. Es una situación similar a la que tienen compañías
como SandRige Energy, Goodrich Petroleum, Swift Energy, Energy XXI, Halcon
Resourcers, Hercules Offshore, Key Energy Services, Basic Energy Services o
Seventy Seven Energy.
“El impago de la deuda en áreas
relacionadas con las materias primas es inevitable en este ciclo”, advierten
desde Deutsche Bank en las presentaciones de 2016. Es algo de lo que advirtió
UBS el pasado julio, con el barril a 60 dólares. Standard & Poor's calcula
que tres de cada cinco compañías que en EE. UU. incumplen sus obligaciones con
los acreedores son empresas del sector energético, como Patriot Coal.
Wells Fargo acaba de emitir,
por su parte, una nota a los inversores en la que alerta de la
"tensión" que sufren los valores energéticos por la persistencia del
desplome que se está mostrando más profundo, extenso y prologando que los
vividos en los últimos 30 años. "Algunas tienen liquidez para sobrevivir
el ciclo pero otras se verán forzadas a vender activos o a
recapitalizarse", advierte la entidad.
Esta compleja situación está
obligando desde hace meses a los grandes bancos como JPMorgan Chase, Citigroup
y Bank of America a discutir con sus clientes del sector energético cómo
preserva efectivo y les está llevando de paso a recortar los límites del dinero
que tanto las compañías de servicios como los productores pueden pedir
prestado. El riesgo de impago es cinco veces mayor que hace un año.
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