El Cabildo Majorero denuncia
que así se desprende de la documentación incorporada por la compañía petrolera
al expediente de prospecciones.
Las simulaciones de un
posible derrame de petróleo encargadas por Repsol a un laboratorio han dado
como resultado que, en caso de que se produjera un accidente durante el verano
mientras se extraen unos 3.000 barriles de crudo al día, la marea negra
llegaría en un 85% de los casos a Fuerteventura en un tiempo estimado inferior a
las 48 horas. Una probabilidad que en invierno se sitúa en el 71% y en poco más
de dos días.
Así se desprende de los 50
nuevos documentos incorporados durante los últimos meses al expediente de las
prospecciones petrolíferas en Canarias, según advierte el Cabildo de
Fuerteventura en un comunicado. La Administración majorera denuncia que el
Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno de España no ha dejado
alegar ni ha sometido a información pública dichos documentos, que el pasado 28
de mayo "aparecieron" en el expediente.
Asimismo, pone de relieve la
circunstancia de que el propio Ministerio anunció la tarde del pasado 29 de
mayo, víspera del Día de Canarias, que la Declaración de Impacto Ambiental
realizada tomando en consideración estos documentos era positiva.
Tras la lectura de los textos
incorporados durante los últimos meses al expediente, pese a que el periodo de
consulta ciudadana acabó en septiembre de 2013, el Cabildo reivindica que
Fuerteventura sería por lo tanto la Isla más directamente afectada en la
simulación de Repsol, que para Lanzarote indica una probabilidad de llegada a
la costa del 28% (y 3,5 días) en verano y del 2,6% (y 37 días) en invierno.
El resto de islas y la costa
africana, añade, no se librarían de los efectos de la marea negra, ya que
"antes o después su extensión alcanzaría prácticamente todos los
rincones", señala.
El presidente insular, Mario
Cabrera, manifiesta que los informes encargados por Repsol se han realizado con
"técnicas y con datos con los que no estamos de acuerdo, obviando además
información relevante sobre desaladoras y espacios naturales". Para
Cabrera, el grado de peligro es "tan relevante que ni en los informes
cocinados a su gusto pueden obviarlos. Por eso no nos han dejado alegar sobre
ellos y los han tenido ocultos hasta ahora".
La información se puede
extraer de los documentos Adenda al EIA del proyecto Sondeos exploratorios
marinos en Canarias. Evaluación de riesgos derivados de un blowout de
3000bbl/díafechado en febrero de 2014 y Adenda al EIA del proyecto Sondeos
exploratorios marinos en Canarias. Actualización de la sección 13, sección 14 y
sección 16 de abril de este año.
La compañía petrolera tuvo
que encargar la redacción de estos nuevos documentos a comienzos de 2014,
después de que en las más de 11.000 alegaciones presentadas en Canarias en
agosto y septiembre de 2013 se denunciara que los originales
eran absolutamente irreales. La denuncia llevó a que el propio Ministerio
indicara a Repsol que la simulación de riesgos calculada inicialmente para un
escenario de derrame accidental de 1.000 barriles diarios, debía ser. "Los
especialistas internacionales recomendaron al Gobierno, sin embargo, que la
simulación se hiciera para 30.000 barriles diarios. No les hizo caso",
apostilla la Administración majorera.
Escenario insuficiente
El Cabildo afirma que el
escenario de los 3.000 barriles diarios no es suficiente y recuerda que en las
alegaciones presentadas en septiembre desde Canarias se incluía el informe de
Rick Steiner, profesor de la Universidad de Alaska hasta 2010, especialista en
conservación marina y asesor de una decena de países en materia de
perforaciones en mar abierto. Steiner puntualizó que "el EIA no reconoce
ni recoge las normas de seguridad más estrictas que se impusieron en Estados
Unidos tras la catástrofe de la Deepwater Horizon en 2010".
Las prospecciones de Repsol
pueden alcanzar una profundidad total de 6.370 m. "Por lo tanto, la
presión, la temperatura y los riesgos de los pozos de las Islas Canarias serían
comparables, por no decir significativamente mayores, que los del pozo Macondo,
que registró un fallo de consecuencias catastróficas", resume Steiner.
En vista de que la
profundidad, la presión y la complejidad operativa que de algunos de los pozos
de aguas profundas pueden ser iguales o mayores que el de Macondo (derrame del
Golfo de México, 2010), "un peor supuesto posible de derrame más verosímil
para el proyecto de prospección en las Islas Canarias sería 30.000 barriles/día
durante 60 días, es decir, 1,8 millones de barriles en total". Esta cifra
es muy superior al "peor supuesto" previsto en el EIA" que
Repsol y el Ministerio tramitaron.
Metodología errónea
Por su parte, el doctor en
Oceanografía Física, profesor de Contaminación Marina y Oceanografía Costera en
la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria, Jesús Cisneros, advirtió que la metodología del cálculo de riesgo
utilizada por la multinacional Repsol "es muy fácil utilizarla
sesgadamente para hacer tolerable cualquier actuación o explotación industrial
en cualquier lugar, por muy protegido que esté". Cisneros elaboró también
un informe que formó parte de las más de 11.000 alegaciones ciudadanas al
Estudio de Impacto Ambiental.
Sobre las medidas preventivas
y correctoras, señala en su informe que en el caso de blowout no hay manera
"...de contener el derrame en la menor área posible, como dice el EsIA.
Incremento
del daño en espacios naturales
A la
Administración majorera le resulta también significativo el uso
"interesadamente restrictivo" que se hace en los documentos de la
información ya conocida, como el caso de los espacios naturales protegidos. Al
respecto, señala que los nuevos informes encargados por Repsol y sobre los que
el Ministerio no ha permitido hacer alegaciones, indican sobre posibles
afecciones a espacios naturales protegidos que "las consecuencias o daños
ambientales sobre la Red Natura 2000 de Fuerteventura han aumentado un nivel en
la categoría de daños, pasando de serio o muy serio en el caso
de 1.000 barriles día a muy serio y desastroso en el caso de
los 3.000 barriles días".
No obstante, la
calificación de daños serios o muy serios sobre los espacios
protegidos de Fuerteventura se hace sin estudiar, calcular o valorar la
propuesta de nuevo Lugar de Interés Comunitario (LIC) marino del Oriente y Sur
de Fuerteventura y Lanzarote, cuya superficie coincide en un 80% con las nueve
cuadrículas y 616.000 hectáreas autorizadas a Repsol en 2012 frente a las costa
de las dos islas orientales.
Durante estos
últimos meses se ha constatado que Repsol sí que tenía toda la información
sobre el LIC marino que, por otra parte, promueve, supervisa, coordina y
tramita el Ministerio de Medio Ambiente. "Es decir, el mismo organismo
gubernamental que acaba de dar su visto bueno al Estudio de Impacto Ambiental
de las prospecciones sin incluir los cálculos sobre la superficie propuesta
como LIC marino", apunto el Cabildo de Fuerteventura en el comunicado.
Potencial
afección a las desaladoras
Como capítulo
aparte, menciona el análisis aportado sobre el posible riesgo a las desaladoras
de Fuerteventura, que abastecen el 100% del consumo insular de agua potable
(108.000 residentes y 2,5 millones de turistas anuales). El informe costeado
por la multinacional y ahora incorporado reconoce un "peor caso"
referido a los riesgos sobre la "potencial afección a las
desaladoras" ya que se podrían acumular concentraciones de hidrocarburos
en la costa mayores a 10.000 g/m2. Por otro lado, reconoce en su detalle de
medida preventivas que "no tiene prevista ni una sola respuesta en tierra
para el caso de que las desaladoras tengan que parar".
Los técnicos del
Consorcio de Aguas de Fuerteventura y del Consejo Insular de Aguas subrayaron
en un informe el desconocimiento que demuestra Repsol de las desaladoras
canarias, ya que en las islas siguen funcionando con tomas directas a la marea,
y por lo tanto de paralización inmediata en caso de contaminación por
hidrocarburos.
Además,
advirtieron de que los componentes de los hidrocarburos acaban filtrándose
junto al agua en los pozos playeros de captación de las desaladoras, y por lo
tanto sus daños sobre las membranas y en general sobre el funcionamiento de las
plantas "puede ser inmediato, obligando a paralizar la producción de agua
de abasto público", concluye.
Para leer
más,
"Incidencia
de las prospecciones petrolíferas en las islas orientales de archipiélago
canario" Informe
del Consejo científico del Comite MaB.
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