Publicado
en The Argus
Como diputada, estoy en una posición privilegiada de poder
expresarme en contra de la fractura hidráulica en el Parlamento.
He presentado mociones, defendido debates, he realizado
preguntas al primer ministro - y voy a seguir haciéndolo.
Pero el Gobierno ignora la evidencia, y se encuentra en un
nuevo impulso imprudente e irresponsable para con el gas, ofreciendo a las
compañías de combustibles fósiles generosas exenciones impositivas, así como
puestos de alto rango dentro de su propio Gobierno.
Balcombe, en una zona de gran belleza natural de Sussex, ha
sido uno de los primeros lugares en el Reino Unido para ser destinados como un
sitio potencial para realizar fracking.
Sin embargo, el fracking acelerará el cambio climático,
contamina nuestro medio ambiente y nos encierra aún más en la dependencia de
los combustibles fósiles y en el preciso momento en que necesitamos estar
moviéndonos en la dirección opuesta.
Por eso, y con muchos otros, participé en las protestas
pacíficas contra la compañía Cuadrilla en agosto del año pasado.
Mi absolución y la de los otros cuatro acusados el viernes
pasado es un gran alivio, pero de ninguna manera es un motivo de celebración.
Eso sólo sucederá cuando David Cameron anuncie el fin de la
fractura hidráulica, como se ha logrado en otros países, como en Francia, y
ponga, en su lugar, la inversión en fuentes de energía verdes más
limpias.
El caso en la Corte de Magistrados de Brighton planteó
preguntas no sólo sobre fracking, también sobre las tácticas de la policía.
Aprecio el trabajo enormemente difícil que la policía tiene
que hacer, y los desafíos en facilitar la protesta pacífica, y con frecuencia la Policía de Sussex consigo el equilibrio en la actuación.
Sin embargo, el 19 de agosto, el día de nuestra detención,
la dirección de la policía actuó claramente mal.
En la entrega de su veredicto, el juez dijo que las
condiciones impuestas a las personas en la protesta de Balcombe ese día,
eran ilegales, ya que el alto oficial de policía no estaba autorizado a emitir
las condiciones, y eran tan vagas y poco claras que no tenían sentido.
Por otra parte, la actuación de la policía pareció
arbitraria y desproporcionada.
El hecho de que, durante las protestas de verano en
Balcombe, alrededor de 126 personas fueran detenidas, y 114 acusadas y sólo
haya habido alrededor de 27 condenas, sugiere que muchos de los arrestos
fueron innecesarios.
No hay evidencia de interés público en la actuación, y se
destinó una enorme cantidad de dinero y recursos, cuando ambos son escasos.
La campaña contra el fracking continuará hasta que
finalmente el Gobierno escuche.
Caroline Lucas es parlamentaria británica y miembro del Partido Verde de Inglaterra y País de Gales
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