La
propuesta puede resultar insuficiente y poco clara para los detractores más
críticos
Dentro del documento de acuerdo
entre el PSOE y Ciudadanos para un hipotético pacto de gobierno se propone una
moratoria para las prospecciones que impliquen la fracturación hidráulica o “fracking”.
Asimismo, se propone restringir las futuras exploraciones de gas o
hidrocarburos.
Respecto a estas últimas se entendería
que afectaría a exploraciones convencionales sin aclarar si implicarían sondeos
terrestres o marinos y entendiéndose que las exploraciones convencionales ya
planteadas no estarían afectadas por esta propuesta.
Sin duda, la corta extensión
del texto propuesto por ambos partidos políticos podría dejar más interrogantes
que respuestas. De modo formal, se entiende por “fracking”, la fracturación
hidráulica de alto volumen y la misma técnica, pero con el empleo de un menor
volumen de agua y por tanto menos invasiva, se considera como perforación
convencional.
Así, mientras que el PSOE
regional en Castilla La Mancha vendría trabajando sobre un documento que
contemplaría fuertes regulaciones al fracking, en la Andalucia de Susana Díaz,
los socialistas han sido acusados por grupos de activistas de oscurantismo y de
intentar pasar lo que podría ser “fracking” como una perforación convencional
en algunos de los permisos que afectan a esta comunidad autónoma.
Ciudadanos nunca se ha
manifestado contrario al fracking en términos absolutos, definiéndose desde un equilibrio
entre los costes y los beneficios. Planteamiento que podría llevar en última
instancia a rechazar las prospecciones más inseguras y ver bien las mismas en
las zonas con mayor potencial.
De hecho, en la zona con más potencial,
la cuenca vasco-cantábrica que implica también al norte de Burgos, los principales
actores políticos no se han destacado por su oposición.
El PNV, la derecha
nacionalista, ha venido haciendo una clara defensa del fracking en contra de los
grupos políticos opositores. El PP de Juan Vicente Herrera, apoyado en su gobierno
por Ciudadanos, lleva el mandato del frackinista
Mariano Rajoy de facilitar los primeros pozos de fracking en España. Y por
último en Cantabria, a Miguel Angel Revilla, líder del PRC, la derecha
regionalista, nadie le ha podido sacar una palabra sobre el fracking en
declaración oficial.
La única propuesta de
prohibición ha venido de Podemos e IU, en cuanto a partidos con entidad en el
juego político nacional.
Si una moratoria se
materializara en un futuro cercano tampoco sería una garantía a largo plazo.
Con el exceso actual de petróleo en el mercado y la entrada de nuevos
perforadores convencionales en el panorama internacional, el fracking se ha
resentido y en este último año se han sucedido las quiebras de compañías de
fracking con una diminución dramática de las plataformas de perforación activas
en EEUU.
Tal vez, el único interés de
los perforadores en España sea saber lo que hay debajo de su suelo y dejarlo ahí
hasta que vengan tiempos mejores.
Tiempos que acompañen el barril
de petróleo con 60-70 dólares.
Para ACCEDER al documento “Acuerdo para un gobierno reformista y de
progreso”,
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