jueves, 11 de febrero de 2016

Miguel Angel Revilla tiene que hablar del fracking







(Entrada publicada en el blog el 17 de agosto de 2015)




La última noticia importante sobre el fracking en España ha sido la aprobación en el Parlamento autonómico del País Vasco de una ley semejante a la aprobada por la Generalitat de Cataluña en la que sin prohibir expresamente la práctica de la fracturación hidráulica, la regulan en cuanto a aspectos de suelo, agua y otras consideraciones medioambientales. Así, la modificación de la normativa urbanística aprobada por la Generalitat dice: 

"En la explotación de recursos naturales en suelo no urbanizable, en el caso de aprovechamiento de hidrocarburos, no está permitida la utilización de la tecnología de la fractura hidráulica cuando pueda tener efectos negativos sobre las características geológicas, ambientales, paisajísticas o socioeconómicas de la zona, o en relación con otros ámbitos competenciales de la Generalitat".

Poco tardó el gobierno del popular Rajoy en salir a recurrir la ley, como cualquier otra iniciativa que pudiera ser contraria a la polémica técnica de extracción de hidrocarburos.

En el pasado fue Cantabria la primera comunidad en intentar prohibir el fracking mediante una ley en el marco de la comunidad autónoma. Después la seguirían otras autonomías en la actuación legislativa. Sin embargo, el recurso del Gobierno central ante el Tribunal Constitucional fue positivo al considerar éste que la ley invadía competencias estatales. No ha sido así con la ley catalana, la Generalitat no propuso ninguna ley que prohibiera el fracking sino que cambió su normativa urbanística y por lo tanto no crea ninguna prohibición genérica. Y aquí, está la “madre del cordero” ya que al recurrir el Gobierno central pudiera parecer que quisiera invadir competencias autonómicas. La vuelta a la tortilla.

En el caso de Cantabria, fue el anterior presidente, Ignacio Diego el impulsor de la malograda prohibición. Antes de las pasadas elecciones dejó el legado de anular el permiso Arquetu, de naturaleza autonómica y concedido en el último tramo de la legislatura de Miguel Angel Revilla y los socialistas. Si bien es cierto, que a Ignacio Diego y a su consejero Javier Férnandez no les dolieron prendas en oponerse públicamente al fracking y en contra de su partido y hacer que los alcaldes lo manifestaran por escrito, acabó la legislatura con sólo algunos esbozos sobre un hipotético cambio en la ley del suelo de Cantabria, a semejanza de Cataluña. 

Personalmente en esto soy comprensible en parte. Esta democracia no es la de EE.UU, sirva de ejemplo, donde los candidatos a senadores y congresistas, son elegidos de forma directa, y se enfrentan frecuentemente a su propio partido en la defensa de los intereses de sus representados, o de algún otro inconfesable. Teniendo en cuenta que las “primarias” para Ignacio Diego en las últimas elecciones consistían en la “imposición de manos” por parte del presidente de su partido, pues…. algo se entiende.

Aunque con el verano se hable poco de fracking, pudiera estar más cerca que nunca. Sólo queda esperar a las elecciones. Las encuestas dan por finalizadas las mayorías absolutas y contemplan dos bloques donde se agruparán la mayoría de los votos. Por un lado conservadores y liberales y en el otro socialistas y el resto de la izquierda. 

De los socialistas es difícil hablar, no existe acuerdo entre lo que dicen y lo que han hecho como para saber donde estarían finalmente en esto del fracking. La confianza en un respuesta contraria a la fracturación vendría del resto de la izquierda,  más ambientalista y de renovables.

Si algo tiene de bueno el PP es que en lo del fracking es claro. Por ellos las exploraciones están aseguradas. Ciudadanos con un discurso que se estira, al igual que el de Podemos, seguramente estaría a favor de las mismas. Al fin y al cabo, Luis Garicano, liberal, de los de verdad, y profesor y Jefe de Departamento en la Escuela de Economía de Londres, no le haría ascos a esa actividad económica a cambio de algunos riesgos medioambientales y la incomodidad para unos miles de personas.

Así, en el fondo, esto del fracking tiene casi todas las papeletas para que toque. ¿Y por donde empezaría?. No es fácil saberlo pero algo se puede intuir. En principio, por donde menos conflicto social ocasione parecería lo más acertado. Sin embargo, hay parámetros económicos a considerar. La bajada del precio del precio del petróleo y el gas ha hecho que sea una extracción cara y especialmente en Europa, respecto a EE.UU. La falta de empresas auxiliares de servicios y el traslado de equipos hacen que la perforación de un pozo sea aquí considerablemente más costosa. ¿Donde propondría el inicio de la perforación una empresa de fracking?, pues lógicamente donde más posibilidades hubiera de tener éxito para la explotación. ¿Y donde están las mayores reservas calculadas? En la cuenca vasco-cantábrica.

Es de imaginar que Rajoy dejara fuera al País Vasco, a pesar del interés del PNV, y a Cataluña ni te cuento. Rajoy tendría miedo de encontrarse como Cameron ante Gales y Escocia, que al final les ha tenido que ceder los poderes sobre las exploraciones de fracking,  porque lo de la extracción se lió con la independencia y así casi se lía  la de San Quintín. Todo ello, sin contar las leyes aprobadas en ambas comunidades, que le podría complicar hasta el punto de tener sacar leyes nacionales que anularan algunos derechos autónomicos sobre el suelo. 

Con este razonamiento, en el caso de ser acertado, nos queda Cantabria, inicialmente en su versión más castellana y el norte de Burgos, en las Merindades.

Si en el pasado Diego se explicó sobre el fracking hasta donde pudo, ¿cómo se explica en el presente Revilla? Después de declarar desconocimiento en el “Arquetu”, sin ser todavía otra vez presidente dijo que si lo fuera no dudaría en “ponerse delante de las máquinas de fracking que llegaran a Cantabria”. La verdad es que tampoco parecería necesario que el presidente se pusiera en esa tesitura, que entre la edad y los nervios, al intentar detener algún camión no estaría exento del suceso de alguna desgracia.

Más bien, el presidente Revilla y los socialistas nos deberían explicar que piensan y como actuarán ante el fracking. Que algo tendrán que decir antes de sentarse a ver los camiones llegar.

Miguel Angel Revilla tiene que hablar del fracking y los cántabros escuchar.




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