(Entrada
publicada en el blog el 17 de agosto de 2015)
La última noticia importante sobre el fracking en
España ha sido la aprobación en el Parlamento autonómico del País Vasco de una
ley semejante a la aprobada por la Generalitat de Cataluña en la que sin
prohibir expresamente la práctica de la fracturación hidráulica, la regulan en
cuanto a aspectos de suelo, agua y otras consideraciones medioambientales. Así,
la modificación de la normativa urbanística aprobada por la Generalitat
dice:
"En la explotación de recursos naturales en suelo no urbanizable, en
el caso de aprovechamiento de hidrocarburos, no está permitida la utilización
de la tecnología de la fractura hidráulica cuando pueda tener efectos negativos
sobre las características geológicas, ambientales, paisajísticas o
socioeconómicas de la zona, o en relación con otros ámbitos competenciales de
la Generalitat".
Poco tardó el gobierno del popular Rajoy en salir a
recurrir la ley, como cualquier otra iniciativa que pudiera ser contraria a la
polémica técnica de extracción de hidrocarburos.
En el pasado fue Cantabria la primera comunidad en
intentar prohibir el fracking mediante una ley en el marco de la comunidad
autónoma. Después la seguirían otras autonomías en la actuación legislativa.
Sin embargo, el recurso del Gobierno central ante el Tribunal Constitucional
fue positivo al considerar éste que la ley invadía competencias estatales. No
ha sido así con la ley catalana, la Generalitat no propuso ninguna ley que
prohibiera el fracking sino que cambió su normativa urbanística y por lo tanto
no crea ninguna prohibición genérica. Y aquí, está la “madre del cordero” ya que al recurrir el Gobierno central pudiera
parecer que quisiera invadir competencias autonómicas. La vuelta a la tortilla.
En el caso de Cantabria, fue el anterior presidente,
Ignacio Diego el impulsor de la malograda prohibición. Antes de las pasadas
elecciones dejó el legado de anular el permiso Arquetu, de naturaleza autonómica y concedido en el último tramo de
la legislatura de Miguel Angel Revilla y los socialistas. Si bien es cierto,
que a Ignacio Diego y a su consejero Javier Férnandez no les dolieron prendas
en oponerse públicamente al fracking y en contra de su partido y hacer que los
alcaldes lo manifestaran por escrito, acabó la legislatura con sólo algunos
esbozos sobre un hipotético cambio en la ley del suelo de Cantabria, a
semejanza de Cataluña.
Personalmente en esto soy comprensible en parte. Esta
democracia no es la de EE.UU, sirva de ejemplo, donde los candidatos a
senadores y congresistas, son elegidos de forma directa, y se enfrentan
frecuentemente a su propio partido en la defensa de los intereses de sus
representados, o de algún otro inconfesable. Teniendo en cuenta que las
“primarias” para Ignacio Diego en las últimas elecciones consistían en la
“imposición de manos” por parte del presidente de su partido, pues….
algo se entiende.
Aunque con el verano se hable poco de fracking,
pudiera estar más cerca que nunca. Sólo queda esperar a las elecciones. Las
encuestas dan por finalizadas las mayorías absolutas y contemplan dos bloques
donde se agruparán la mayoría de los votos. Por un lado conservadores y
liberales y en el otro socialistas y el resto de la izquierda.
De los socialistas es difícil hablar, no existe
acuerdo entre lo que dicen y lo que han hecho como para saber donde estarían
finalmente en esto del fracking. La confianza en un respuesta contraria a la
fracturación vendría del resto de la izquierda,
más ambientalista y de renovables.
Si algo tiene de bueno el PP es que en lo del fracking
es claro. Por ellos las exploraciones están aseguradas. Ciudadanos con un
discurso que se estira, al igual que el de Podemos, seguramente estaría a favor
de las mismas. Al fin y al cabo, Luis Garicano, liberal, de los de verdad, y
profesor y Jefe de Departamento en la Escuela de Economía de Londres, no le
haría ascos a esa actividad económica a cambio de algunos riesgos
medioambientales y la incomodidad para unos miles de personas.
Así, en el fondo, esto del fracking tiene casi todas
las papeletas para que toque. ¿Y por donde empezaría?. No es fácil saberlo pero
algo se puede intuir. En principio, por donde menos conflicto social ocasione
parecería lo más acertado. Sin embargo, hay parámetros económicos a considerar.
La bajada del precio del precio del petróleo y el gas ha hecho que sea una
extracción cara y especialmente en Europa, respecto a EE.UU. La falta de
empresas auxiliares de servicios y el traslado de equipos hacen que la
perforación de un pozo sea aquí considerablemente más costosa. ¿Donde
propondría el inicio de la perforación una empresa de fracking?, pues
lógicamente donde más posibilidades hubiera de tener éxito para la explotación.
¿Y donde están las mayores reservas calculadas? En la cuenca vasco-cantábrica.
Es de imaginar que Rajoy dejara fuera al País Vasco, a
pesar del interés del PNV, y a Cataluña ni te cuento. Rajoy tendría miedo de
encontrarse como Cameron ante Gales y Escocia, que al final les ha tenido que
ceder los poderes sobre las exploraciones de fracking, porque lo de la extracción se lió con la
independencia y así casi se lía la de
San Quintín. Todo ello, sin contar las leyes aprobadas en ambas comunidades,
que le podría complicar hasta el punto de tener sacar leyes nacionales que
anularan algunos derechos autónomicos sobre el suelo.
Con este razonamiento, en el caso de ser
acertado, nos queda Cantabria, inicialmente en su versión más castellana y
el norte de Burgos, en las Merindades.
Si en el pasado Diego se explicó sobre el fracking
hasta donde pudo, ¿cómo se explica en el presente Revilla? Después de declarar
desconocimiento en el “Arquetu”, sin ser todavía otra vez presidente dijo que
si lo fuera no dudaría en “ponerse delante de las máquinas de fracking que
llegaran a Cantabria”. La verdad es que tampoco parecería necesario que el
presidente se pusiera en esa tesitura, que entre la edad y los nervios, al
intentar detener algún camión no estaría exento del suceso de alguna desgracia.
Más bien, el presidente Revilla y los socialistas nos
deberían explicar que piensan y como actuarán ante el fracking. Que algo
tendrán que decir antes de sentarse a ver los camiones llegar.
Miguel Angel Revilla tiene que hablar del fracking y
los cántabros escuchar.
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