(Entrada
publicada en el blob el 5 de octubre de 2015)
Las inexistentes regulaciones del fracking en España
Con el inicio de una nueva semana, al repasar las últimas noticias sucedidas
respecto al fracking, destacan dos sucesos separados por miles de kilómetros
pero que guardan entre sí una relación interesante.
El primero de ellos afectaría a la propia Casa Blanca
en Estados Unidos y recoge la sentencia de un Juzgado Federal de Distrito por
la que dejaría en suspenso las regulaciones propuestas por Obama para realizar
la fracturación hidráulica en tierra federales y tribales del país. La
Administración Obama habría propuesto una serie de medidas para ganar seguridad
en la extracción de gas y petróleo, que si bien en principio nada más
afectarían a suelo público (federal y no válido para terreno propiedad de los
estados) podría haber servido de referencia para una regulación posterior en
los terrenos de propiedad estatal o incluso privados.
Estas medidas afectarían en primer lugar a la
integridad de los pozos. Los pozos de fracking
están sometidos a grandes presiones a causa del proceso de inyectado y con el
tiempo pueden presentar fallas en el cementado producto de la fatiga
experimentada. Para ganar en seguridad se recurre a un entubado de acero que
busca imposibilitar la migración del gas desde el pozo a las fuentes de agua
subterráneas.
La industria viene defendiendo la seguridad de la
construcción y el hecho de que nuevas medidas regulatorias serían innecesarias
y nada más tendrían utilidad en encarecer el proceso. La industria cuenta con
la ayuda de un número considerable de gobernadores de los estados productores
que no quisieran ver mermados sus ingresos por las tasas estatales a la
extracción.
Sin embargo, estudios documentados vienen mostrando
una falla en el cementado de muchos pozos, encapsulados de acero de menor
longitud que la deseada y seguramente asociado a la reducción de costos y
prácticas de realizar la fractura horizontal más superficial que la reconocida
y por tanto más cercana a las fuentes de aguas subterráneas.
A estos hechos hay que sumar parámetros nuevos como el
re-fracking que propone la utilización de pozos ya agotados. Con el inyectado
de bolas de polímeros se busca sellar las
fracturas ya existentes de forma que un nuevo golpe de presión con la
fracturación lograría abrir fisuras nuevas en la roca respetando las antiguas.
Sin embargo, esta técnica plantearía aumentar la fatiga del pozo sin saber
todavía sobre las consecuencias finales.
También es de destacar la utilización de antiguos
pozos convencionales para volver a hacerlos productivos con las labores de
fracturación horizontal, sin saber claramente como se comportarán estos pozos
que nunca fueron diseñados para este fin. Este reutilización se estaría incluso
realizando con pozos marinos, frente a la costa de California, y con un volcado
directo de las aguas residuales a las aguas marinas.
El resto de las medidas regulatorias afectaría a los
químicos utilizados en la fractura hidráulica y al origen y consumo de agua,
así como a la gestión de las aguas residuales tóxicas consecuencia del proceso.
Pero, ¿Por qué está tomando tanto protagonismo el fracking en EE.UU. en los últimos años?
Como a la industria le gusta decir, la técnica se práctica desde hace muchos años.
Con esta afirmación la industria se muestra tramposa haciendo uso de la palabra
fracking (acción de fracturar) y
metiendo en el mismo saco técnicas antiguas que buscan la fracturación, con la
fracturación hidraúlica de alto volumen, nuestra protagonista y con una
aplicación industrial de una decena de años.
En sus primeros años, los propietarios de tierras,
inminentemente agricultores, se las prometieron felices con las regalías que
obtenían por ceder la explotación de sus derechos mineros. Los derechos mineros
en Estados Unidos son privados y no de naturaleza estatal como en la mayoría de
los países del mundo. Todo fue felicidad, las empresas ganaban, los
propietarios de tierras ganaban, el país generaba más energía y abarataba los
costes con el agrado de los ciudadanos.
Sin embargo, con el tiempo se empezaron a mostrar los
indeseables efectos secundarios, que durante mucho tiempo han sido difuminados
gracias a los contratos de confidencialidad que firmaban los propietarios con las empresas y que
así evitaban futuras demandas por estos efectos indeseables.
Mientras tanto, del fracking se hablaba cada vez más
pero no se le veía, Los pozos se realizaban en los grandes campos de Shale y en
zonas desoladas donde la población esa muy escasa.
Sin embargo, la técnica es extraordinariamente
invasiva sobre el territorio y los pozos fueron acercándose rápidamente hacia
zonas más densamente pobladas y ahí empezó el gran rechazo actual de parte de
la población. Los temblores sísmicos, los derrames de agua residuales, las
grandes piscinas con aguas tóxicas, el consumo de agua, las explosiones y los
accidentes en las plataformas, la contaminación de aguas superficiales, los
miles de viajes de transporte pesado…
Todos los efectos indeseables sucedieron desde el
principio y algunos aumentados en la actualidad, como los terremotos asociados al proceso de desecho de las aguas
tóxicas en pozos profundos. La diferencia radica en que inicialmente la gente
no los veía y solo percibía los beneficios en la bajada del precio de la
energía. Piense el lector que hasta los temblores que son inherentes al
fracking, son sucesos locales. Cuanto los pozos son más cercanos a la gente más
perceptibles son sus efectos.
Simplemente, el problema radica en que pueblos y
poblaciones están construidos encima de un subsuelo que las empresas ambicionan
para la extracción de gas o petróleo.
Para que el lector tenga una idea del grado de desregulación y de la exención del cumplimiento de leyes
ambientales que consiguió el fracking con
la administración Bush, en la ciudad de Denton en Texas, que ha sido
protagonista en muchas entradas de nuestro blog, si usted quisiera poner un
horno de pan en el centro de la ciudad no se lo autorizarían por las emisiones
que implica la actividad y sin embargo sí podría perforar un pozo de fracking.
Tal vez, con este ejemplo, usted pueda valorar la
capacidad de influencia en los políticos del oligopolio del petróleo y del gas
en Estados Unidos y como en España “nos venden” la actividad en este país como
una práctica inocua y de absoluta normalidad.
En la actualidad, miles de escuelas en EE.UU, están
cercanas a los pozos de fracking y con padres preocupados por la seguridad y la
salud de sus hijos. Esta preocupación también se extiende a los servicios de
emergencia, que ve cada vez más reducida la distancia entre los pozos y las
casas de la gente y lo que implicaría en caso de una explosión u otro
accidente.
Estos hechos han ocasionado que cada vez más
poblaciones busquen prohibir el fracking en sus términos municipales mientras
que se enfrentan a a las empresas y a los propios gobernadores de los estados.
Se espera con interés una futura sentencia en el
Tribunal Supremo de Colorado sobre esta capacidad de prohibir y que podría
generar jurisprudencia en el resto del país.
¿Qué problema tiene Europa? Pues mire usted un mapa.
Es muy pequeña y está mucho más densamente poblada que Estados Unidos. Es
decir, si el primer pozo lo puede perforar en un sitio apartado, a los pocos
que se perforen, el siguiente ya estará en la puerta de algún paisano.
Shale Gas España, en esto los políticos prefieren
hacer el “Tancredo”, les dirá que la posibilidad de un accidente son remotas y
les sacará una cifra con un cero, coma y
otros ceros. No deja de ser curioso que una de las empresas que representa esta
organización y con intereses en Burgos, sea una empresa de “medio pelo” y para
cuatro pozos que perfora, le explota uno en Albania, se lleva por delante unas
cuantas casas y deja un baño de barro en el pueblo que necesitó varios meses de
limpieza.
Pero analicemos este punto con un ejemplo. Un fin de
semana se puente se pueden producir en España 20 accidentes graves de
automoción que impliquen muertos. Los desplazamientos por carreteras pueden
llegar a suponer en un caso extremo 2-3 millones. Y se contamos con los
desplazamientos locales y habituales por ciudades o pueblos, la suma puede
superar 30-40 millones. La situación podría llegar a ser de un 0.75 muertos por
millón.
Ante una cifra tan exigua un fabricante de automóviles
podría decir que la inclusión de un airbag
podría ser injustificada ya que la necesidad sería tan infrecuente que los
costos de fabricación no estarían justificados.
¿Qué diría usted ó el político de turno? Pues dirían
que el gasto está justificado, por la seguridad que supone incluirlo aunque la
mayoría de conductores no lo llegaran a necesitar en toda su vida de
conducción.
Es decir, usted y los políticos de turno abogarían por
la REGULACION del sector exigiendo
la inclusión del airbag en la construcción del automóvil.
¿Y por qué un airbag SÍ y la proximidad de un pozo de fracking NO? Piénselo, también se podría pensar por qué se permitiría en
cercanía o incluso atravesando grandes volúmenes de agua subterránea, ¿Por qué
arriesgar?, como en el permiso LUENA y que está enfrentando a una denuncia al
ministro de Energía, José Manuel Soria.
Podríamos seguir escribiendo por horas, pero todo es
más sencillo de entender. El fracking es una técnica extrema de obtención de
energía y con la REGULACIONES
propias de cualquier otro sector simplemente NI sería RENTABLE, NI sería POSIBLE.
Veamos otro ejemplo, aquí en España. Ante la
posibilidad de realizar pozos de fracking por parte de la compañía BNK
Petroleum en la provincia de Burgos y pendiente del informe medioambiental de
la Comunidad del Castilla y León, los grupos ecologistas asociaron las
consecuencias de los posibles temblores del fracking con la existencia de la
central nuclear de Garoña, inoperativa pero con un depósito de residuos
nucleares.
El grupo de presión Shale Gas se lanzó a minimizar
cualquier consecuencia y la ausencia de medidas adicionales.
Al poco el Consejo de Seguridad Nuclear, en nota en
prensa, aseguró que exigiría una red de detección sísmica para prevenir efectos
adversos.
El tema es sencillo, para que exista una red de
detección sísmica eficiente es necesario que la empresa responsable de la
perforación suministre datos de la perforación como por ejemplo las presiones y
los tiempos de duración de los inyectados de agua en el proceso de fracturación
y así poder entender científicamente los acontecimientos que pudieran suceder.
Sin embargo, esto pudiera ser lo que Shale Gas
quisiera evitar, la entrega de cualquier dato que le pueda comprometer en el
futuro. Aún así, el tema sería para “enrojecer”. Significa que dejando de lado
la exigencia del CSN, ¿ El Ejecutivo español pudiera llegar a tal grado de DESREGULACION que no la exigiera en
otras zonas interesadas? ¿Pedirá registros previos de la composición del agua
subterránea, del aire, o de aspectos geológicos o localización de las fuentes
de agua?.
Shale Gas podría ser como una ama de casa que presume
de tener la casa limpia y perfectamente
organizada pero cada vez que uno intentara mirar dentro, ¡te cierra la puerta!.
El tema no es menor, ya que si nos fuéramos el segundo
hecho nombrado al inicio de este escrito y esta vez en España, se
correspondería con las noticias de la semana sobre la comunidad de Castilla-La
Mancha.
Así, los responsables políticos de esta comunidad
declaran poder frenar la llegada del fracking, simplemente con …………. ¡ MEDIDAS REGULATORIAS!.
Es decir, este razonamiento simplemente es un reconocimiento
de que su comunidad vecina, Castilla y
León, otorgaría licencias de fracking a base de ser MENOS exigente con las normas de seguridad exigibles a esta
industria, y por tanto se inclinaría por DESREGULAR
la actividad.
Veamos otro ejemplo de lo polémico que puede llegar a
ser el fracking con la opinión de dos responsables políticos de permitirlo a
ambos lados del Atlántico.
El primero es el Comisionado de Salud del Estado de
Nueva York en EE.UU. Después de analizar un informe que se correspondía con años de seguimiento y estudio del fracking,
vino a resumir su conclusión en la siguiente frase: “Tenía claro que no iba a dejar que su familia viviera en una población
donde se hiciera fracking”.
Además de las críticas de la industria en el momento,
poco más sería necesario comentar para que la frase le quedara clara al lector.
El segundo es D. Baudilio
Fernández Mardomingo, Delegado de la Junta de Castilla y León en Burgos y
que en declaraciones recientes decía que “Yo no he estudiado profundamente el
fracking, pero no conozco ninguna opinión técnica autorizada que esté en
contra”.
¿Qué quiere decir el Sr
Fernández con esa frase? Si reconoce que no lo ha estudiado profundamente,
¿significa que su opinión se basa en conversaciones de despacho?. Actualmente y
a largo del blog hemos referenciado numerosos papers de revistas
científicas, con publicaciones revisadas por pares, y con alto índice de
impacto, mayormente en el primer cuartil que refieren aspectos inciertos
del fracking y que incluyen referencias desde campos tan diversos como la
geología, la medicina, la sismología, la bioquímica o la biología entre otros.
De dónde extrae sus
conclusiones el Sr Baudilio Fernández. ¿No tiene asesores que le traduzcan
artículos científicos sólidos sobre el tema e incluso que se los faciliten
resumidos y ordenados temáticamente?
Sería de interés que D.
Baudillo Fernández se explicara con mayor claridad.
En cualquier caso y
respecto a las opiniones técnicas vamos a aclarar una cosa. Una opinión nunca
es un hecho demostrado. Y la opinión se puede dar con muchas formas y colores.
Veamos un ejemplo, la mayoría de las opiniones técnicas sobre el fracking en
España y visibles en prensa vienen de ingenieros y geólogos relacionados de
alguna u otra forma con la plataforma Shale Gas España. Es decir, de una de las
partes interesadas. Hasta el extremo que hace dos años con las declaraciones de
unos respetables ingenieros que defendían la técnica se confirmó que eran
propietarios de un paquete de acciones de una empresa relacionada con los
permisos de fracking.
Es decir sí durante la
declaración de un Sr. Ingeniero, de éstos,
nos dice que el fracking es bueno para la sociedad española, haga la
siguiente prueba. Ponga en un lado de la balanza lo bueno que es para la
sociedad y en el otro extremo lo bueno que es para él.
¿Para qué lado se inclina la balanza?
En cualquier caso la
polémica estás servida. Dos comunidades autónomas. Castilla-La Mancha y
Castilla y León afrontan la llegada del fracking con exigencias diferenciadas.
¿Se entenderá que Castilla y León apuesta abiertamente por explorar las
riquezas mineras de su subsuelo o que Castilla-La Mancha muestra preferencia
por la seguridad y bienestar de sus ciudadanos?.
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