Manifestantes protestan en Baltimore contra la técnica de fracturación
hidráulica, en febrero del 2014. Amanda Salvucci - MCT
Publicado en El Nuevo
Herald
Por JUNTA EDITORIAL
28 de febrero de 2016
El Comité de
Asignaciones del Senado de la Florida rechazó el jueves pasado una medida para
regular y autorizar la técnica de extracción de petróleo y gas conocida como
fracturación hidráulica (fracking).
El fracking
consiste en bombear agua y productos químicos en pozos a gran profundidad para
liberar ambas sustancias de formaciones rocosas. En la Florida, el peligro es
evidente: la técnica puede poner en peligro los mantos freáticos, es decir,
nuestro suministro de agua potable.
No obstante, la
votación en contra en el Comité de Asignaciones fue muy reñida: 10 a 9. Y aun
así, la medida podría volver a la consideración del comité este martes si su
proponente, el senador Garrett Richter, republicano por Naples, logra un
acuerdo. La senadora Lisbeth Benacquisto, republicana por Fort Myers, que votó
en contra del proyecto, dijo que quizá reconsideraría su decisión, con lo cual
Richter tiene la posibilidad de revivir la medida.
La propuesta de
Richter impediría a los gobiernos locales prohibir el fracking dentro de
sus fronteras. En esencia, las municipalidades estarían atadas de pies y manos,
y el público sin voz ni voto, porque el estado quiere emitir los permisos y
regular el fracking por su cuenta.
El daño ecológico,
en un estado que usa sus recursos naturales para atraer turismo, podría ser
terrible.
No hace falta
decir que los grupos ambientalistas y docenas de gobiernos locales se han
opuesto a la técnica de extracción.
Más de 30
condados de la Florida han aprobado ordenanzas contra el fracking, entre
ellos Miami-Dade y Broward.
Y las opiniones
a favor o en contra traspasan los límites entre los partidos. La senadora
republicana Anitere Flores y el representante demócrata José Javier Rodríguez,
ambos de Miami, se han manifestado en contra del fracking.
El
procedimiento de extracción no es apto para la Florida, ya que el terreno de
piedra caliza del estado causa que las fuentes de suministro de agua corran
peligro de contaminación por el bombeo a alta presión.
Y este problema
se agrava porque no contamos con una agencia estatal que proteja a los
ciudadanos vigilando posibles focos de contaminación del agua potable.
El Departamento
de Protección Ambiental no tiene el mejor historial en ese tipo de labor, a
pesar de su nombre.
Y no contar con
un mecanismo para notificar al público de un posible accidente ambiental nos
recuerda lo que sucedió en la ciudad de Flint, en Michigan, donde una serie de
problemas que comenzó en abril del 2014 dio lugar a una contaminación con plomo
en el agua potable que ha generado un grave peligro para la salud pública.
Ni la ciencia
ni la economía justifican las presiones actuales para traer la controversial
técnica del fracking a la Florida.
Aunque la
derrotada medida vuelva a considerarse en Tallahassee, los senadores deben
detener esta amenaza a nuestros recursos acuíferos. Deben evitar lo que podría
convertirse en una pesadilla ecológica.
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