viernes, 4 de marzo de 2016

NUESTRA OPINIÓN: La batalla del fracking en la Florida, EEUU.


Manifestantes protestan en Baltimore contra la técnica de fracturación hidráulica, en febrero del 2014. Amanda Salvucci - MCT






Publicado en El Nuevo Herald
Por JUNTA EDITORIAL
28 de febrero de 2016 


El Comité de Asignaciones del Senado de la Florida rechazó el jueves pasado una medida para regular y autorizar la técnica de extracción de petróleo y gas conocida como fracturación hidráulica (fracking).

El fracking consiste en bombear agua y productos químicos en pozos a gran profundidad para liberar ambas sustancias de formaciones rocosas. En la Florida, el peligro es evidente: la técnica puede poner en peligro los mantos freáticos, es decir, nuestro suministro de agua potable.

No obstante, la votación en contra en el Comité de Asignaciones fue muy reñida: 10 a 9. Y aun así, la medida podría volver a la consideración del comité este martes si su proponente, el senador Garrett Richter, republicano por Naples, logra un acuerdo. La senadora Lisbeth Benacquisto, republicana por Fort Myers, que votó en contra del proyecto, dijo que quizá reconsideraría su decisión, con lo cual Richter tiene la posibilidad de revivir la medida.

La propuesta de Richter impediría a los gobiernos locales prohibir el fracking dentro de sus fronteras. En esencia, las municipalidades estarían atadas de pies y manos, y el público sin voz ni voto, porque el estado quiere emitir los permisos y regular el fracking por su cuenta.

El daño ecológico, en un estado que usa sus recursos naturales para atraer turismo, podría ser terrible.

No hace falta decir que los grupos ambientalistas y docenas de gobiernos locales se han opuesto a la técnica de extracción.

Más de 30 condados de la Florida han aprobado ordenanzas contra el fracking, entre ellos Miami-Dade y Broward.

Y las opiniones a favor o en contra traspasan los límites entre los partidos. La senadora republicana Anitere Flores y el representante demócrata José Javier Rodríguez, ambos de Miami, se han manifestado en contra del fracking.

El procedimiento de extracción no es apto para la Florida, ya que el terreno de piedra caliza del estado causa que las fuentes de suministro de agua corran peligro de contaminación por el bombeo a alta presión.

Y este problema se agrava porque no contamos con una agencia estatal que proteja a los ciudadanos vigilando posibles focos de contaminación del agua potable.

El Departamento de Protección Ambiental no tiene el mejor historial en ese tipo de labor, a pesar de su nombre.

Y no contar con un mecanismo para notificar al público de un posible accidente ambiental nos recuerda lo que sucedió en la ciudad de Flint, en Michigan, donde una serie de problemas que comenzó en abril del 2014 dio lugar a una contaminación con plomo en el agua potable que ha generado un grave peligro para la salud pública.

Ni la ciencia ni la economía justifican las presiones actuales para traer la controversial técnica del fracking a la Florida.

Aunque la derrotada medida vuelva a considerarse en Tallahassee, los senadores deben detener esta amenaza a nuestros recursos acuíferos. Deben evitar lo que podría convertirse en una pesadilla ecológica.




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