La
industria del petróleo FR esquisto no está en su mejor momento. Foto: DREAMSTIME / END
Publicado en El Nuevo
Diario
The
Economist
22 de marzo de 2016
Dificultades.
La baja en los precios del crudo, el incremento de las reservas de EE.UU. y la
poca oferta de créditos mantienen estancada esta industria.
Nadie puede negar que la
industria del petróleo de esquisto en Estados Unidos está pasando tiempos
difíciles. En las últimas semanas, ha sufrido el encausamiento judicial y la
subsecuente muerte en un accidente automovilístico de uno de sus pioneros, Aubrey
McClendon, una paliza de parte de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton,
quien pudiera convertirse en la próxima presidenta de Estados Unidos; y una
advertencia del ministro del Petróleo de Arabia Saudita, Alí al-Naimi, de
reducir costos, pedir prestado dinero o enfrentar la liquidación.
Los datos ilustran el grado que
han alcanzado sus males. La Agencia de Información Energética del gobierno de
Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) dice que la producción petrolera
en diciembre, de 9.3 millones de barriles diarios, fue menor a la de un año
antes por primera vez desde principios de 2011, agobiando a Texas y Dakota del
Norte, el corazón de la fracturación hidráulica, alias “fracking”. El 8 de
marzo, la EIA dijo que espera que la producción de crudo estadounidense cayera
a 8 millones de barriles diarios antes de que toque fondo en la segunda parte
del año próximo.
Contra ese sombrío telón de
fondo, la mera insinuación esta semana de que los precios petroleros
estadounidenses se estaban recuperando a 40 dólares por barril, respecto de
menos de 30 dólares por barril hace un mes, debe haberse sentido como una
tarjeta de “sal de la cárcel gratis”.
Las
reservas de EE.UU.
Con una desfachatez típica de
la industria, algunos ejecutivos del esquisto ven al petróleo de 40 dólares
como el umbral tras el cual pueden reanudar la perforación y ganar dinero de
nuevo; aún cuando Estados Unidos siga ahogado en cantidades récord de crudo en
almacenamiento.
Si tiene razón sobre eso,
pudiera cambiar toda la dinámica del mercado petrolero, suavizando rápidamente
cualquier aumento o caída en los precios.
Sin embargo, no está del todo
claro que la tengan.
En teoría, no es difícil para
los fracturadores incrementar la producción rápidamente, una vez que se vuelva
económicamente sensato. Los costos de la construcción de plataformas y de la
perforación han caído tan rápidamente que algunos pozos pudieran generar dinero
con precios de alrededor de 40 o 45 dólares por barril, según Rystad Energy,
una firma consultora. Las compañías han despedido a muchos trabajadores, pero
como es difícil encontrar empleos bien pagados en otra parte, sería
relativamente fácil atraerlos de nuevo.
En preparación para precios
petroleros más altos, los productores desde el campo Bakken en Dakota del Norte
hasta Permian y Eagle Ford en Texas han reportado que tienen cientos de pozos
“perforados pero incompletos” (DUC, por sus siglas en inglés). Los DUC
deberían ser un anatema para un hombre del esquisto que se respete: inyectan
dinero en el suelo en forma de pozos, pero difieren la tan importante
fracturación que rompe la roca de esquisto y produce el petróleo. Sin embargo,
pudieran ser una forma rápida de reanudar la producción. A fines de febrero,
Continental Resources y Whiting Petroleum, dos grandes operadoras en el Bakken,
dijeron que por encima de 40 dólares por barril podrían empezar a fracturar su
creciente inventario de DUC.
·
Petroleras de EE.UU. y Canadá gastaron US$20,000
millones, mientras que generaron solo US$13,000 millones en flujo de efectivo.
Pero, para la mayor parte de la
industria, el problema no es encontrar petrolero sino encontrar dinero.
“Nadie está sentado sobre un
exceso de capital”, dijo Ron Hulme de Parallel Resource Partners, un fondo de
capital privado enfocado en la energía.
Las
deudas
Durante años, la industria
pidió prestado fuertemente para financiar su expansión, porque no estaba
generando suficiente dinero para cubrir la inversión en pozos nuevos. La oferta
de crédito, ya fuera de los bancos o de los mercados de deuda de alto
rendimiento, se ha agotado o es mucho más cara que antes.
El gasto de capital ha caído
como resultado, pero no lo suficiente para equilibrar los libros. En el cuarto
trimestre de 2015, las compañías petroleras estadounidenses y canadienses
gastaron 20,000 millones de dólares, mientras que generaron solo 13,000
millones de dólares en flujo de efectivo, según Bloomberg, un proveedor de
información.
Solo las compañías más fuertes
pueden compensar el déficit recaudando dinero vía los mercados de capital.
Incluso ellas podrían encontrar esto más difícil, porque los inversionistas se
dan cuenta de que las compañías de esquisto son menos rentables de lo que
parecía anteriormente.
Las compañías más débiles están
poco dispuestas a vender activos para recaudar dinero porque las utilidades
irían directamente a sus acreedores.
“Uno tendría que arrancarles
esos activos de sus manos de moribundos”, dijo Hulme.
Señaló que incluso las
compañías que técnicamente son insolventes podrían tener suficiente liquidez
para evitar que tengan que realizar esas ventas de liquidación.
No todas ellas, sin embargo. El
8 de marzo, Goodrich Petroleum, una compañía de petróleo y gas de esquisto,
anunció que postergaría pagar intereses sobre su deuda, mientras ejerce presión
sobre los acreedores para que acepten intercambiar deuda por capital para
evitar un incumplimiento de pagos. Otras tres compañías petroleras, Chaparral
Energy, Energy XXI y Sandridge Energy, también han dejado de hacer pagos de
deuda recientemente.
Brian Gibbons de Creditsights,
una firma de investigación de deuda, dijo que 26 emisores de bonos relacionados
con petróleo se declararon en bancarrota según el Capítulo 11 o habían
intercambiado deuda en problemas el año pasado. Espera que la cifra aumente a
73 para fines de 2017.
Aquellas compañías aún cargadas
de préstamos bancarios revolventes están preparándose para la próxima
reevaluación semestral de sus límites de endeudamiento, que debe ser en
abril. Estas dependen de los avalúos de las reservas de las compañías de
esquisto, y pudieran conducir a más tensión en el flujo de efectivo.
Un
asunto de precios
A la espera. Para ofrecer un
margen de confort suficiente, los precios tendrían que recuperarse a mucho más
que 40 dólares por barril para atraer capital de vuelta. Bobby Tudor de Tudor,
Pickering, Holt, un banco de inversión enfocado en la energía, cree que a 40
dólares por barril la producción seguirá declinando, a 50 dólares se mantendría
sin cambios y solo a 60 dólares aumentaría.
“Perforar pozos a los precios
actuales de las materias primas sigue siendo destructivo para el capital”,
dijo.
Un dato más: Conforme aumentan
los precios del petróleo, también pueden subir los costos. Entonces, aquellos
que esperan que los productores de esquisto ágiles puedan hacer subir y bajar
el precio mundial del petróleo simplemente abriendo y cerrando los grifos
podrían sentirse decepcionados. Sus patrocinadores financieros serán los que
realmente tomen las riendas.
Para acceder a la noticia,
No hay comentarios:
Publicar un comentario