A principios de semana publicamos
una noticia de la agencia Reuters en
la que se explicaba sobre la decisión gubernamental en Alemania de seguir manteniendo las condiciones
técnicas sobre el fracking, propuestas con anterioridad y que dificultarían tanto la posibilidad de realizarlo que prácticamente equivaldría a una prohibición de facto.
En Alemania se han venido
realizando desde hace años algunas operaciones para“tight gas”, proceso que necesita de un solo proceso de fractura y
de un pozo vertical de más de 3.000 metros de profundidad.
Mientras que los ministros han
estado estudiando una nueva normativa que recogiera las operaciones de fracturamiento
hidráulico o fracking, se ha mantenido una moratoria en espera de unas reglas
finales que establecieran de forma clara las condiciones para la
perforación.
Así, en este tiempo se ha mantenido como referencia un mínimo de
3.000 metros de profundidad de perforación, aplicado al “tight gas”, para asegurar la
ausencia de daño al agua cercana a la superficie.
Los procesos para extraer gas
no convencional necesitan una perforación menor por lo que de hecho se
invalidaba cualquier proceso de fractura hidráulica o fracking para gas no
convencional.
El lunes Reuters refería a una variación de la profundidad
de perforación para el gas no convencional, recogido por Der Spiegel que,
sin aún clarificar las normas de actuación, abría la posibilidad a que el
fracturamiento hidráulico fuera posible.
Sin
embargo, en el mismo artículo se decía que un portavoz del Ministerio de Medio
Ambiente negaba esta información por lo que el mantenimiento de esa profundidad
de perforación seguía teniendo la misma eficacia que una prohibición.
Dos
días más tarde, Investing.com recogía en España la noticia de Reuters como “una
puerta entreabierta al fracking”, según el título.
Bloomberg realiza un artículo en el que reconoce el acceso al
borrador del ministerio y a la modificación de la baliza de los 3000 metros que podría hacer la fractura hidráulica posible
a profundidades menores, sin extenderse en explicaciones.
En
España, la noticia es también recogida por El
Economista y el diario El Mundo.
El Economista se limita a engordar
el gusano informativo iniciado por Reuters al igual que otros medios internacionales
y el Mundo documenta su noticia con información del Frankfurter Allgemeine, que sigue
hablando de la modificación de los 3.000 metros
y aporta más datos incluyendo un relato sobre los futuros aspectos en la aplicación
Por lo demás, en el conjunto
de los artículos se reflejan hechos ya sabidos, el interés de Merkel y el
sector industrial químico de Alemania por el fracking que se ve condicionado
por un gobierno de coalición, los deseos de Exxon Mobil por la penetración en
Alemania y seguramente comprendidos por el Departamento de Estado de EE.UU y la
dura oposición de Barbara Hendriks y otros ministros a los deseos de los
agentes anteriormente mencionados.
Aún, en espera de información definitiva
del gobierno alemán, el artículo de Frankfurter
Allgemeine hace intuir un fracking limitado en expansión y de condiciones
muy estrictas en la aplicación.
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