miércoles, 26 de noviembre de 2014

Comentario: El impacto del fracking se nos escapa









Publicado en Times Union
Por Wes Gillingham 
Director del programa Catskill Mountainkeeper
9 de noviembre de 2014



Mientras que la industria del gas continúa induciendo al público a error sobre los perjuicios en la salud y los impactos ambientales de la explotación de gas natural no convencional (también llamada fracturación hidráulica o fracking), la evidencia de sus peligros destaca el montaje.
 
La última revelación viene con la publicación, la semana pasada, de un informe sobre el impacto en la calidad del aire a partir de la extracción de petróleo y gas, el procesamiento y distribución en seis estados, incluyendo el nuestro. El informe, patrocinado por Coming Clean, es una colaboración de más de 200 grupos que trabajan en temas de salud ambiental, y presentan los datos de las muestras de aire recogidas en torno a las estaciones de compresión de gas natural y otras instalaciones en Nueva York, Arkansas, Colorado, Pennsylvania, Ohio y Wyoming, utilizando el mismo equipo y los mismo métodos que utilizan las agencias federales y estatales. Los resultados documentan una serie de productos químicos peligrosos en el aire alrededor de estos sitios, a menudo con niveles muy superiores a los estándares tradicionales de seguridad federal para la salud, y en algunos casos en concentraciones que plantean una amenaza inmediata para la salud de cualquier persona expuesta.
 
Los datos recopilados en torno a una estación de compresión en Hancock, Nueva York, mostraron niveles elevados de benceno, un carcinógeno, y varios gases derivados del petróleo. Las muestras recogidas en torno a las estaciones de compresión en Pennsylvania contenían formaldehído con más de 7.000 por ciento por encima de los niveles aceptables para riesgo de cáncer que propone la Agencia de Protección Ambiental.
 
Estos hallazgos pueden ser sólo la punta del iceberg. Las muestras de aire fueron tomadas sólo en días en que las fugas eran sospechosas o cuando los residentes de la zona mostraron posibles síntomas de la exposición. Sería útil, como estos datos, requerir un muestreo más amplio para evaluar completamente las emisiones de estas instalaciones.
 
No obstante, el estudio muestra que los organismos gubernamentales no logran controlar las emisiones importantes en las operaciones y en la infraestructura del gas y petróleo. La industria propone y obtiene la aprobación de nuevos proyectos sin demostrar la ausencia de impactos en la salud y el medio ambiente, y sin una supervisión real por parte de las autoridades responsables. El resultado es que simplemente no sabemos la magnitud de la amenaza a la salud pública impuesta a nuestras comunidades.
 
Estos resultados son una llamada de atención para Nueva York. En la actualidad, existen varias estaciones de compresión, gasoductos e instalaciones de almacenamiento en Nueva York para el transporte de gas natural, y se proponen más. Todavía no podemos estar experimentando la gravedad de los impactos que se están sintiendo en Pennsylvania y en otros estados donde el fracking está en marcha, pero a un ritmo rápido con el que estamos construyendo este tipo de infraestructura en Nueva York, el informe claramente sirve como una advertencia.
 
En Nueva York, el Departamento de Salud que tiene en curso una revisión de  los impactos en la salud de la perforación de gas,  carece de transparencia, y no hay ninguna indicación de que se considere que tipos de problemas serios en la calidad del aire se destacan en este nuevo informe. Ni siquiera sabemos si los impactos del fracking en nuestro aire y en la salud con la infraestructura relacionada con el gas se está considerando.
 
En un momento en que el bienestar de nuestras comunidades y nuestro clima requiere que rompamos nuestra adicción a los combustibles fósiles, las compañías de gas y petróleo están aumentando en todos los sectores posibles - desde plataformas de perforación de tuberías a instalaciones de estaciones de compresión para exportar. Informes independientes y las investigaciones de expertos sugieren cada vez más que esta embestida de la actividad está teniendo un impacto directo y peligroso en nuestro aire y agua. Sin embargo, las agencias estatales y federales - aquí en Nueva York, y en todo el país - están demostrando que carecen de la capacidad o voluntad para proteger nuestras comunidades. Y no se puede confiar en que la industria se autorregule.
 
A diferencia de otros estados, Nueva York todavía tiene una opción sobre qué energía quiere escoger para el camino. La ciencia es cada vez más clara. Ir por el camino del fracking y la continua dependencia de los combustibles fósiles es hipotecar nuestro aire y agua - y la salud de nuestras comunidades - para obtener beneficios a corto plazo.
 
Debemos elegir sabiamente, y respirar tranquilos.

 



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