Por Blog
nofrackingvallespaseigos
Con el traslado de los heridos
de Greenpeace y la retirada las embarcaciones afectadas, la ultima oposición a
un sondeo petrolífero propuesto por la multinacional REPSOL en aguas profundas
cercanas a Canarias ha desaparecido, quedando como eco mediático la denuncia del Ministerio de Defensa ante la
Abogacía del Estado contra la organización ambientalista al asociar la acción
de protesta con un “acto de piratería”.
La petición de estas
prospecciones viene de antiguo y han pasado por diferentes vaivenes ambientales
ante la Administración española y europea. Han sido abundantes las informaciones
lanzadas por defensores y detractores en un intento de ganar a la opinión
pública, si bien ha sido una contienda desequilibrada al no contar los
detractores con el poderío informativo del gobierno central, aún manteniendo en
contra del proyecto al gobierno insular.
Sin embargo, con el taladro de
REPSOL ya perforando, resultaría adecuado comentar algunas informaciones y
desinformaciones que se han producido durante
este tiempo.
Por parte de los defensores se
exhibió las prospecciones en aguas de Marruecos como una necesidad de acelerar
las prospecciones en Canarias. Se consiguió generar en la imaginación de una
parte del público, la idea de un petróleo en grandes bolsas que podía ser extraído
por el primero que llegara a perforarlo, algo así como sorber una coca-cola en
un vaso con dos pajitas, el que más rápido sorbiera tomaría la mayor cantidad
de refresco.
Este concepto se cimentó con
noticias confusas de perforaciones exitosas, hasta el punto de poder haber
llegado a colaborar en ello las propias empresas interesadas. El propio Gobierno
marroquí tuvo que salir al paso y negar una información exitosa de perforación
y confirmar una veta de “petróleo pesado”, difícil de explotar y de escaso
valor comercial.
Si un observador crítico repasara
la hemeroteca audiovisual a “toro pasado” tendría trabajo para discernir sobre donde
podía estar el trabajo apresurado y poco experimentado del “becario” y donde la
pluma o la voz sesgada e intencionada.
La imaginación popular siguió siendo
alimentada, esta vez por el ministerio de Industria, con la todavía existencia
de una mítica CAMPSA, el “petróleo canario” ayudaría a bajar las facturas del
país y la dependencia energética, pareciendo obviar que REPSOL, una multinacional
privada, después de pagar los impuestos
correspondientes, pondría ese petróleo en el mercado global y a precios
internacionales.
El último esfuerzo mediático
de oposición tuvo las razones medioambientales como causa primera. La zona de
prospección es una zona de paso de grandes cetáceos y en excentes condiciones de conservación,
en un mar que se degrada día a día a nivel mundial. Sin embargo, para muchos
canarios existen otras razones económicas, y totalmente legítimas. La presencia
de una industria petrolera cercana a uno de los mayores polos turísticos
europeos es lógico que inquiete. A pesar del porcentaje de paro de las islas,
remarcado en varias ocasiones por el ministro de industria, y la posibilidad
de llegada de centenares de millones de euros de los impuestos de REPSOL, resulta
compresible que tenga cabida el “más vale pájaro en mano que ciento volando”.
Queda también por dilucidar informaciones que se produjeron en el momento
de la aprobación de las prospecciones en aguas canarias. El presidente canario,
Paulino Rivero, según recogieron algunos
medios, llegó a decir, después de una reunión con Antonio Brufau, CEO de
Repsol, que las prisas venían por parte del ministerio y no de la empresa.
No es una afirmación baladí. La
reunión tuvo lugar a finales de julio. En ese tiempo en el mercado
internacional ya se consideraba una bajada del precio del petróleo consecuencia
de un exceso de producción y la ausencia global de aceleración económica.
Hoy, con un barril de
petróleo, rozando los 80$, se empieza a producir una desinversión en las exploraciones
más costosas, arenas bituminosas, fracking
o exploración en aguas profundas. Si bien, para REPSOL, no parece suponer una
inversión demasiado onerosa, tal vez de haber podido elegir tiempos hubiera preferido,
por el momento, poner su taladro en otro objetivo.
Sin embargo, para el gobierno
esta prospección abre el libreto de un guión más extenso.
El ejecutivo del Partido
Popular ha apostado abiertamente por las energías fósiles y con un mercado de los hidrocarburos
inestable la ansiedad por pasar páginas del libreto parecería aumentar.
En el libreto, además de las
prospecciones canarias, se reconocen prospecciones también en el mediterráneo,
desde Cádiz hasta las costas catalanas, incluyendo polémicas actuaciones en las
islas Baleares. Para el mar cantábrico contaría con la colaboración del también
conservador Partido Nacionalista Vasco.
Paralelamente, se contemplan
las prospecciones en tierra para la búsqueda de hidrocarburos no convencionales,
aplicando la polémica técnica de “fracturación hidráulica”, donde el gobierno
español junto al británico parecen ser los máximos entusiastas de
la técnica en la Europa occidental.
Y todo ello con unas
elecciones generales no lejanas y unas encuestas electorales que empiezan a mostrar
las primeras fisuras en la cimentación del partido del Gobierno.
Esperemos que de tanto mirar para abajo no nos demos con el pico de la ventana al levantar la cabeza.
Esperemos que de tanto mirar para abajo no nos demos con el pico de la ventana al levantar la cabeza.
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