Elementos de Protección Civil del estado de Nuevo León muestran equipos
para atender una posible tragedia, el pasado viernes en Montemorelos Foto Sanjuana Martínez.
Causados por el fracking o no, se multiplican los sismos en
Nuevo León (México)
Por Sanjuana Martínez
La Jornada (México)
24 de Marzo de 2014
24 de Marzo de 2014
Durante
los 10 años recientes, el sismólogo Juan Carlos Montalvo Arrieta había llevado
una vida apacible, serena y sin sobresaltos, centrada particularmente en la
investigación y en el recuento de movimientos telúricos insignificantes y
naturales.
Jamás
imaginó que el estado que eligió para vivir, después de graduarse en Instituto
de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se
convertiría en una zona sísmica activa.
Pero
desde octubre, en esta región citrícola, donde el perfume de azahar que emanan
los miles de naranjos en flor, anuncia la primavera; la quietud se convirtió en
desasosiego y nerviosismo, en estremecimiento. Y de los 13 sismos
imperceptibles registrados en 25 años, se pasó a más de 110 en cinco meses,
nueve de ellos muy significativos, particularmente el reciente del pasado
martes, que alcanzó una intensidad de 4.2 grados en la escala de Richter.
Antecedente de 173 años
Desde
el Observatorio Sismológico de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), ubicado en la carretera a Cerro
Prieto, en la Ex Hacienda Guadalupe, a unos 150 kilómetros de Monterrey,
Montalvo Arrieta camina por la habitación donde tiene los dos censores que
miden la velocidad del movimiento del sol y la aceleración del movimiento del
suelo, advierte que con base en estudios de un sismo ocurrido en 1841, podemos
prever:
“Ese
sismo nos estaría diciendo cuál es la magnitud del terremoto que viene. Podemos
esperar uno de 5 a 6.5 grados y lo estamos monitoreando
por una simple y sencilla razón: no estamos preparados para un
terremoto de esa magnitud.”
El
apercibimiento del sismólogo no ha sido escuchado por las autoridades de Nuevo
León ni por las federales. De hecho, el pasado viernes, lo dijo durante la
primera reunión del Comité de Contingencias Geológicas para Sismos, celebrada
en Montemorelos, con el coordinador general de Protección Civil de la
Secretaría de Gobernación, Luis Felipe Puente Espinosa, y el director general
del Centro Nacional de Prevención de Desastres, Carlos Valdés González. Ambos
minimizaron, frente a una veintena de asistentes y siete alcaldes de la región
citrícola y sus directores de Protección Civil, los recientes terremotos y sus
consecuencias. Incluso el segundo, dijo que de suceder ese sismo sería benéfico
para sus habitantes.
Un sismo grande no se puede dar en Nuevo León; además, estos movimientos telúricos ayudarían, porque dan una movida a los árboles de naranjas, caen solas y les resultaría mejor, comentó Valdés Gonzalez en plan chistoso, aunque sin conseguir ninguna sonrisa.
A la
reunión no fueron convocados representantes de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la
Comisión Nacional del Agua (Conagua), a pesar de las recientes revelaciones
sobre la perforación de pozos que Pemex está realizando para extraer gas shale, utilizando el método de
fractura hidráulica o fracking,
con la inyección de 15 mil litros de agua, arena y 85 elementos químicos
contaminantes para romper o fracturar piedras o lutitas a 4 mil 500 metros de
profundidad, lo cual, estaría provocando las decenas de sismos ocurridos los
meses recientes.
Temblores naturales
Durante
dos horas de reunión nadie pronunció la palabra fracking ni se refirió a la perforación de pozos.
Los funcionarios estatales y federales insistían en decir que los sismos son
naturales, porque la
tierra está viva, hasta que le tocó hablar a Sergio Gómez Castillo, alcalde de Los Ramones, una de las zonas más afectadas con cientos de casas cuarteadas, algunas completamente destruidas.
Con los sismos empezamos a temblar; tanto que ya saqué el escritorio para la plaza. Está Pemex haciendo perforaciones, coincide con un pozo muy cerca donde empezaron los temblores. Es Pemex. Pedimos al gobierno que nos apoyara con un estudio para deslindar responsabilidades, pero nada. Esta reunión para prevenir está muy bien, pero ¿cómo vamos a ayudar a la gente con sus propiedades dañadas? ¿Qué solución vamos a dar a los vecinos? Estamos temblando todos.
Exploración no es extracción
Silencio
en la sala, Puente Espinosa, movía la cabeza en señal de desaprobación; señaló
que es normal que las casas de adobe se cuarteen y descartó que el fracking sea la razón de los
sismos:
La extracción de gas no significa absolutamente nada porque no existe la extracción, se está explorando la posibilidad, y aunque se extrajera, el trabajo siempre se hace mediante estudios profundos que permiten que esto (los sismos) no sucedan aunque se explore, pero en este caso particular no es motivo... esto no está afectando de ninguna manera el subsuelo
El
objetivo de la reunión era restar importancia a lo que está sucediendo y Valdés
González lo dejó claro: “El tema de fracturamiento es común, pero no hay que
dejar que nos cambien el idioma. No es fracking,
es fracturamiento. Las consecuencias son realmente muy locales. La extracción,
los volúmenes de las zonas donde se está extrayendo difícilmente pueden generar
o tener que ver con esta actividad sísmica”.
Algunos
salieron de la reunión desconcertados. El alcalde de Los Ramones fue directo:
Éstos vinieron a tapar, no a solucionar, expresó mientras Protección Civil mostraba sus equipos para atender una posible tragedia. El campesino Alfredo Segovia, de 65 años, vecino de Montemorelos, donde ocurrió el reciente sacudimiento fuerte, aseguró:
Es por los pozos. Están abriendo muchos. Aquí nunca se habían sentido estos temblores. Algo está pasando abajo de la tierra. Pero estos señores le van a dar hasta que truene todo.
Evidencia documental
De
regreso a Linares, el doctor Montalvo Arrieta se muestra nervioso. En el sismo
ocurrido en 1841 –actual referente para las lecturas del nuevo fenómeno
sísmico– murieron seis personas:
Ahorita la localización epicentral, a partir de la reconstrucción de los datos, cae en el límite estatal entre Nuevo León y Coahuila, a 30 kilómetros al sur de la ciudad de Saltillo. Cerca de la que consideramos área epicentral: un techo se colapsó y seis personas perdieron la vida. El sismo se sintió en Coahuila, en varios municipios de Nuevo León y hasta Ciudad Victoria, Tamaulipas, y también en el norte de San Luis Potosí y cerca de Matehuala. Es el sismo histórico donde hay una evidencia documental de daños y pérdidas humanas.
Cuenta
que durante los primeros meses del nuevo fenómeno sísmico dio aviso oportuno de
lo que estaba sucediendo, pero no le hicieron caso, y peor aún, algunas veces
pensaron que era broma:
Nadie nos creía. Eso ha sido un golpe muy duro, de hecho, ni las autoridades nos creían; decían que solamente estamos alarmando. Y ya no soy yo el que lo dice. Las evidencias están, allí están los temblores.
Los
daños materiales han sorprendido a todos y se muestra inquieto:
Tenemos una responsabilidad muy fuerte. No estamos preparados como otras ciudades. Aquí las construcciones no están preparadas. Hay que empezar a evaluar los efectos e ir un paso más adelante. Noventa por ciento de las encuestas nos dicen que la gente no sabe qué hacer en caso de sismo.
Las
localizaciones epicentralesofrecen información, pero reconoce que en este momento no puede afirmar lo que está provocando la actividad sísmica ni culpar al fracking de Pemex, con cuyos representantes ha hablado pero niegan responsabilidad alguna:
Efectivamente el proceso de romper va a generar algo, pero nosotros no tenemos evidencias y no podemos decir nada. Tampoco nos corresponde pedir que paren las perforaciones.
En
cambio, su compañero de la UANL, Juan Manuel Rodríguez Martínez, responsable de
geohidrología y geofísica del Instituto de Ingeniería Civil, opina lo
contrario y vincula directamente la actividad humana a los
enjambres sísmicos, provocados por el fracking, método utilizado por Pemex para extraer gas shale en la Cuenca de Burgos, donde –dice– se han perforado desde 2004 a la fecha, unos 7 mil pozos.
Categórico,
afirma que, con base en un estudio reciente, las causas que dan lugar a la
sismicidad están asociadas a estructuras paleotectónicas, como acciones humanas
que modifican los esfuerzos en las rocas y las presiones en los fluidos
cercanos a la superficie:
“Estas
acciones incluyen: extracción de agua, gas, petróleo (o su inyección para
almacenamiento o para recuperación secundaria de hidrocarburos), efluentes o
líquidos residuales; explotación minera o de canteras, disolución de domos
salinos, fracturamiento hidráulico (fracking)
y aplicación de sobrecargas en la superficie mediante grandes cuerpos de agua
(reservorios). Este modelo se caracteriza por una concentración de altas tasas
de deformación producto de fallas de crecimiento y basculamiento de la cuenca,
las que generan sismos de baja intensidad como los reportados recientemente en
el estado”.
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