Fotografía de
archivo de una instalación de gas mediante 'fracking'. (Reuters)
Publicado en El
Confidencial
Por Marco Lamelas
06 de octubre de 2016
Todo el sector va de
capa caída, lo que se refleja también en el número de permisos para
prospecciones en vigor y solicitados en España que se recoge en el Ministerio
de Industria
Hace cuatro años llegaron a bombo y platillo y ahora se están
marchando de puntillas. Así de radical ha sido el cambio experimentado por el
sector del 'fracking' en España. En este tiempo, todo
lo que le podía salir mal le ha salido mal a la industria de extracción de gas
y petróleo por fragmentación hidráulica de esquisto y pizarras: los precios se
han hundido, dificultando la rentabilidad, la Administración les ha escamoteado
los permisos para operar, y encima los ecologistas se han opuesto a todas las
prospecciones, ganando importantes batallas políticas, sobre todo en el ámbito
autonómico. Para colmo, el efecto Castor ha paralizado a buena parte de los
técnicos responsables de tutelar los proyectos.
Empresas como la petrolera canadiense BNK, la estadounidense Heyco o la norteamericana San
Leon, que desembarcaron en España hace un lustro, hoy están de
retirada según todas las fuentes del sector consultadas. En cuatro años, ni
estos grupos ni tampoco los españoles que operan en el sector han conseguido ninguna declaración de impacto
ambiental, trámite imprescindible para poder llevar a cabo las
prospecciones. Así que la mayoría de las multinacionales están haciendo las
maletas para una retirada paulatina y lo más discreta posible.
Portavoces de BNK se han negado a comentar sus planes e insisten
en que por ahora siguen en España. Sin embargo, BNK ha renunciado a su proyecto de 'fracking' en Burgos,
el denominado proyecto Sedano.
Todavía se encuentra a la espera de recibir el estudio de impacto ambiental
para la zona de Urraca en Burgos. Mientras que Sedano dependía del Ministerio
de Agricultura, al ocupar dos CCAA —Castilla León y Euskadi—, Urraca solo está
en Burgos, y depende de las autoridades autonómicas, pero las perspectivas
tampoco son buenas en este caso.
El sector tiene comprometidos con la Administración avales por cientos de millones,
ya que para solicitar los permisos hay que cubrir avales casi por el valor de
cada prospección, cerca de cinco millones de euros. Según explica la secretaria
general de la Asociación de Geólogos y Geofísicos Españoles (AGGEP), Margarita Hernando,
"hay empresas que ya están recuperando los avales, que se devuelven por
silencio administativo”. Hernando asegura que de forma oficial ningún grupo ha
reconocido que se va, pero advierte de que “el dinero y la inversión tienen
unos planes y calendarios, y si no se cumplen, es posible que haya empresas que
busquen otros lugares en los que se pueda trabajar”. Hernando advierte de que
todos los proyectos en este momento “se encuentran fuera de plazo”.
La filial de Heyco, Heyco Energy España SL, ya aparece en el
registro mercantil como sociedad en extinción. Y el 'lobby' del sector, Shale Gas España, que hace apenas dos años
era extremadamente activo en los medios de comunicación, hoy no contesta ni a
los correos electrónicos ni al teléfono. Tampoco ha sido posible contactar con David Alameda,
director de esta asociación, de la que formaban parte todos estos grupos
internacionales.
Números de lotería
El consultor especializado en prospecciones geológicas Isaac Álvarez,
vinculado a la Universidad de Oviedo, reconoce que “no se han podido hacer los
sondeos porque no se han dado las declaraciones de impacto ambiental. En
teoría, había gas en España que hubiera podido extraerse gracias al 'fracking'
y cubrir las necesidades del país durante 70 años. Son recursos exploratorios, no
reservas declaradas, pero es como si España tuviera un número de lotería y nos
hubiésemos negado a saber si nos había tocado”.
Álvarez acepta que hay riesgo sísmico y también de contaminación
de acuíferos, tal y como alegan las plataformas 'antifracking', pero explica
que este es muy reducido. “En Estados Unidos, estamos hablando de cuatro casos
sobre 70.000. Es un riesgo bajísimo, mucho menor que conducir un coche, y en
cambio miles de personas se suben a un coche cada día”, detalla Álvarez.
Pero los ecologistas han ganado todas las batallas, las reales y
las simbólicas.
Entre las primeras, consiguieron que Cantabria prohibiera el 'fracking' o que
el plan de energía vasco renunciase a esta técnica no
convencional en su última versión. Entre las segundas, por ejemplo, que el
Parlament declarase Cataluña libre de 'fraking', algo del todo superfluo,
porque el mapa geológico catalán carece del nivel de esquisto necesario para
que tuviese sentido llevar a cabo prospecciones. Para colmo, el Tribunal
Constitucional acabó tumbando esa ley.
La excepción vasca
Mientras los grupos internacionales se retiran, fuentes del sector
explican que la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, controlada por
el Gobierno vasco, tiene otra estrategia. Ir renovando los permisos y mantener
los avales a la espera en que en unos años cambie el clima político. Todo con
un perfil bajo en comunicación. El País Vasco vendría a ser la pequeña aldea
gala del 'fracking', que resistiría una y otra vez al invasor.
En todo caso, las cifras oficiales que ofrece el Ministerio de Industriaresultan
demoledoras. En 2012, había 57 permisos estatales en vigor para prospecciones
en general, sin discriminar el 'fracking' o no 'fracking'. En 2015, la cifra se
recortó a 40. Los permisos solicitados al Gobierno eran en 2012 un total de 48,
mientras que tres años después esta cantidad se rebajaba a solo 30. Por otro
lado, los permisos vigentes en las CCAA a 31 de diciembre de 2012 eran un
total de 18, y estos sí que crecen: en 2015 se situaron en 37, pero sin la
declaración medioambiental correspondiente: esto solo quiere decir que se
han ido acumulando, sin concretarse en proyectos concretos. Por último, en 2012
se habían cursado en las autonomías 28 solicitudes para hacer sondeos. Una
cifra que tres años después se ha recortado a solo 11. Signos, todos, de que el
'fracking' va de baja en España. Las caídas oscilan entre el 30% y el 50%....
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