Una costumbre fundamental en la vida del pasiego es una
determinada forma de trashumancia debido a que la vida pasiega ha estado
siempre muy ligada a la ganadería.
En esta mudanza, o "muda" como se
dice aquí, hasta no hace tantos años, toda la familia se trasladaba de una a
otra cabaña con el objetivo de que el ganado tuviese prados nuevos para pacer.
Y junto al ganado se trasladaban los enseres, y el resto de animales como
gallinas o chones (cerdos). En la primavera, las mudas se hacían hacia los
pastos de altura, las branizas, para volver a las zonas más bajas de los valles
coincidiendo con el otoño.
Esta trashumancia también ayudaba a marcar el carácter pasiego. Permanecer poco tiempo en cada cabaña implicaba una escasa relación vecinal. La estancia más larga se producía en verano, coincidiendo con la epoca de mayor trabajo ya que había que segar la hierba, recogerla,...
Actualmente la muda se limita a trasladar el ganado
únicamente pero es muy común ver como el ganado ocupa la carretera o los caminos, dejando oír sus campanos
Nota. Fotos proporcionadas por G. Pelayo y Posada la Braniza
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