Pues, no se sabe.
En 1971 un equipo de geólogos
soviéticos realizaban sondeos de gas y petróleo en el desierto de Karakum,
Turkmenistán. En una de las perforaciones coincidieron con una caverna subterránea
y los equipos de hundieron en un socavón de unos 20 metros de profundidad y con
un díametro de 50 metros.
Ante la imposibilidad de
rescatar los equipos y la presencia de gas en el
interior del hundimiento, decidieron incendiarlo con la esperanza de que en
unas semanas estaría consumido.
En la actualidad, sigue
ardiendo, después de 42 años y nadie sabe cuando se consumirá el gas. Es el pozo
de Darvaza y se le reconoce por los lugareños como “la Puerta del Infierno”. Ver
el pozo por la noche constituye un auténtico espectáculo dantesto.
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