Este fin de semana, los trabajos
de perforación en West Sussex (Inglaterra) fueron suspendidos ante la afluencia
de manifestantes contrarios al fracking .
Esta suspensión temporal, fue una decisión tomada por la empresa, según un
portavoz autorizado. Sin embargo, la BBC radio comentaba sobre la recomendación
de la policía a la empresa, ante la posibilidad de disturbios importantes. La empresa
aprovechó la pausa para duplicar la altura de la valla del recinto e instalar
alambre de alta seguridad, con diseño de cuchillas.
A pesar de la labor importante,
que ha venido realizando el gobierno de Cameron y las empresas de shale gas, por publicitar una cara amable
de la técnica entre la población, parecen comenzar a surgir dudas. Una encuesta
publicada por The Guardian, la semana pasada, confirmaba la pérdida de
aceptación de la técnica en la población y el aumento de opositores, al ser
preguntados si aceptarían el fracking en
zonas cercanas a su residencia. Asimismo, los grupos activistas han declarado
donaciones de 50.000 libras, algo menos de 60.000 €, en tan solo cuatro días.
Liz Prince-Harding, profesora
de psicología de la Universidad de Kent asocia el fracking con un nuevo tipo de manifestante. Así, una clase media,
tradicionalmente alejada de protestas activas, marcha junto a ecologistas y
grupos verdes de acción más radical. Algunos diputados conservadores
han empezado a manifestar inquietud por la pérdida de apoyo electoral en los condados
afectados por los permisos de exploración.
Para leer más,
http://www.theguardian.com/environment/shale-gas
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http://www.theguardian.com/environment/shale-gas
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