Publicado en El
Economista
Por José Luis de Haro
29 de septiembre de 2016
A medida que el mercado sigue digiriendo el principio de acuerdo
alcanzado por los países de la Organización de Países Exportadores y
Productores de Petróleo (OPEP), un plan del que todavía quedan hilos
sueltos y que no se implantará hasta el próximo noviembre, la debacle que han
sufrido los precios del crudo desde finales de 2014 sigue pasando factura a las
compañías energéticas en EEUU.
Mientras el sector energético y las principales petroleras
estadounidenses acumulan subidas en bolsa de aproximadamente el 13% en lo que
llevamos de año, los productores y exploradores de menor tamaño luchan aún por
su supervivencia. Según los últimos datos recopilados por el bufete de abogados
Haynes and Boone, LLP, al cierre del pasado 13 de septiembre, un total de 102
compañías norteamericanas relacionadas con el petróleo y el gas han cesado
pagos desde comienzos de 2015.
Una cifra significativa que también ha generado tensiones en los
mercados de deuda. Al fin y al cabo el apalancamiento de estas empresas, buena
parte de ellas forjadas tras el boom del esquisto a este lado del Atlántico,
alcanzó los 67.757 millones de dólares. De esta cantidad, alrededor de 40.538
millones de dólares corresponde a deuda no asegurada, por lo que parte de sus
inversores no conseguirán recuperar su inversión en los procesos de
reestructuración y defunción de estas compañías bajo la Ley de Quiebras
estadounidense.
Sólo en lo que llevamos de año, alrededor de 58 compañías
mordieron el polvo pese a que tras los mínimos tocados en los primeros compases
de 2016, el barril de crudo ha subido más de un 66%. Dicho esto, para muchos
productores de esquisto el petróleo entre los 40 y 45 dólares el barril no
resulta todavía rentable, niveles que para las grandes petroleras son más
manejables. Durante los tres primeros trimestres del año, los impagos de las
empresas energéticas que se han acogido a alguno de los capítulos de la Ley de Quiebras
estadounidense acumulaban deudas por valor de 50.379 millones de dólares, de la
que más de la mitad no está asegurada.
Los estados que más cesación de pagos han experimentado durante
los dos últimos años son el de Texas y Delaware. Este último es considerado por
muchas compañías, no todas energéticas, como idóneo para abrir empresas debido
a sus ventajas fiscales. Dicho esto, las economías de estados como Alabama,
Alaska, Dakota del Norte, Wyoming o Luisiana son las más afectadas por los
vaivenes que han experimentado los precios del barril durante los dos últimos
años.
De hecho, según los últimos datos del Buró de
Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés), estados como Oklahoma,
Nuevo México, Luisiana o Alaska sufrieron una contracción de su PIB en el
primer trimestre del año, con un crecimiento negativo del 0,5%, 0,6%, 0,9% y el
1% respectivamente. Otros como Nebraska o Iowa se contrajeron un 1,9% y un
2,6%. En en el caso de Dakota del Norte, el crecimiento negativo alcanzó el
11,4% mientras que Wyoming se contrajo un 4,9%. BEA publicará los datos sobre
la marcha de la economía de todos los estados del país en el segundo trimestre
del año el próximo 7 de diciembre….
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