España de nuevo junto a Inglaterra y también Polonia parecen apostar con entusiasmo por la presencia y extracción de gas no convencional en Europa. Otros países, con posibles reservas destacadas, defienden esta posibilidad pero no parecen tomarse la cosas tan a pecho. Parecerían ser más prudentes y esperar a ver lo que pasa. Polonia ya se ha adelantado y hace poco leíamos que después de 40 pozos perforados no ha salido gas en ninguno de ellos que justifique su explotación comercial. Los técnicos se justifican diciendo que la geología esperada no era la encontrada en E.E.U.U. A Inglaterra se le calculan unas hipotéticas reservas que entusiasman a Camerón. Ya veremos. En el caso de España es diferente, la Agencia de Información sobre la Energía del gobierno de E.E.U.U., nos calcula unas reservas discretas y localizadas. Sin embargo, el Gobierno de España hace caso omiso y se decanta por informes internos, facilitados por la propia industria interesada, para conceder permisos de exploración por media España.
El ministro Soria nos repite insistentemente las mismas frases que parecerían salidas de un manual. Pero por repetir muchas veces lo mismo no se acaba teniendo la razón. Creer en una frase hecha se puede considerar un"acto de fe ". Y resulta propio de necios. Los actos de fe son propios de iglesias y predicadores. A un político hay que exigirle las cosas bien explicadas y las cuentas claras.
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