martes, 11 de febrero de 2014

Sobre fracking, rectángulos y aves de paso en Cantabria





Leyendo sobre una conferencia impartida por Antoni Llardén, presidente de ENAGAS, donde trataba las tendencias del futuro del sector eléctrico y recogía argumentos sobre la necesidad de explotación del gas no convencional, me llamó la atención una parte de la declaración, no por ser información novedosa sino por lo poco habitual a ser expuesta desde el grupo de presión del "Shale Gas".

Por este motivo, Llardén ha considerado que la explotación del 'shale gas' será "inviable" en Europa si no va acompañada de un marco normativo preventivo en materia medioambiental, y que es imprescindible una normativa europea común con criterios claros y estrictos para evitar el rechazo ciudadano.

Y es que, ha repasado, la extracción del 'shale gas' mediante el 'fracking' es intrusiva, ya que requiere de torres de perforación y de tráfico de camiones de gran tonelaje, necesita abundante agua, y presenta riesgos de sismicidad y contaminación de acuíferos, ya que se rompen las rocas que contienen el gas mediante la inyección de agua a presión mezclada con productos químicos.

Y me refería como "poco habitual" por la rareza de leer declaraciones donde, además de frases ya hechas como “oportunidad de futuro”, “lo barato que está el gas en EEUU”, o “lo verde que es el gas”, se mencionen directamente aspectos negativos de la actividad e indirectamente los costes territoriales, ambientales y sociales de la extracción del gas.

Así, pensando en Cantabria, que es el territorio propuesto para realizar fracking que mejor conozco, imagino la afectación territorial en una zona reconocida geográficamente como montañosa. Cantabría dejaría de ser Infinita para ver transformado su entorno paisajístico de forma irreversible. Desmontes, carreteras ocupadas y prácticamente privatizadas, multitud de nuevos caminos de acceso, ríos mermados por la extracción de agua, polución... paisajes reconocidos de gran belleza pasarían a convertirse en zonas industriales con un tráfico ininterrumpido de camiones pesados. Sería una pérdida dolorosa e irremediable, muchas actividades económicas de los habitantes, basadas en el valor añadido del entorno, se desplomarían. 

Pero en los tiempos que vivimos como hablar de otra cosa que no sea el hipotético gas, ¿cómo estimar el valor de actividades que no cotizan en el IBEX 35?

Tal vez la única manera sería preguntarle en un futuro a todas aquellas personas que viven directa o  indirectamente de la actividad turística sobre las oportunidades que obtuvieron con el futuro del gas.

Esta reflexión viene a cuento de plantearme la pregunta de si  sería posible compatibilizar en el mismo enclave,  el fracking con actividades turísticas, y sinceramente creo que no. No sería posible compatibilizar las dos actividades.

Y así, me viene a la cabeza el ministro Soria, Ministro de Industria, Energía y Turismo del Gobierno de España y me surge un primer interrogante. Suponiendo que la obtención de gas mediante fracking fuera incompatible con la actividad turística ¿resulta razonable compatibilizar en el mismo ministerio las dos actividades? Esta pregunta, sin duda, tendría que responderla el propio presidente Rajoy, como máximo responsable de la organización ministerial. Haber planificado un ministerio que agrupe temas de energía con temas de turismo y con el fracking "en puertas" parecería un formato con un difícil equilibrio.

Pero, volviendo al ministro Soria, la pregunta que más me llama a reflexión es si ¿sería posible tomar decisiones objetivas con responsabilidad sobre dos términos enfrentados? Sin duda, una pregunta difícil de responder. Y en este caso, será el ministro Soria el único que podrá dar la respuesta.

Esta pregunta no tendría sentido hacérsela al presidente de una compañía energética interesada en el tema, ya que como es lógico su decisión y sus intenciones se basarían exclusivamente en los resultados empresariales y en el beneficio de sus accionistas. 

Interesado en el ministro Soria,  he seguido sus declaraciones y si bien se repiten las alabanzas ya conocidas al gas de esquisto me son desconocidas las menciones a los aspectos negativos que estamos tratando. En alguna entrevista radiofónica y ante alguna pregunta sobre algún  efecto polémico del fracking pareció evitar el tema como si los efectos indeseables del fracking no entraran en sus competencias. 

Aún asi, no tengo ninguna duda que es un tema que al ministro le preocupa y que los aspectos negativos del fracking están entre sus principales inquietudes en el desempeño del cargo.

Sin embargo, no resulta de más el recordarlo. Al igual que es un ministro de España. Y España significa españoles, y españoles son muchos de los ciudadanos que podrán ver sus vidas irremediablemente afectadas por esta técnica extractiva. Resulta razonable pensar que alguna explicación deberían de recibir.

Lógicamente, esta reflexión tampoco tiene sentido aplicarla a los presidentes de las empresas gasísticas, presidentes de multinacionales que parecerían aves de paso. Hoy están aqui, mañana vuelan por allí y nunca sabes donde terminarán poniendo los huevos.

Y me estoy refiriendo al ministro Soria simplemente porque es al que le toca, ya que sí nos fijamos en las votaciones sobre los permisos de exploración concedidos en España veremos que tienen el color del arco iris. Tanto a nivel nacional como regional abunda el colorido de la mayoría de los partidos políticos. Sin un debate mínimo sobre el fracking pareciera que entre los políticos vaya tomado interés el tema a medida que la técnica se va haciendo visible en la sociedad. Desgraciadamente este interés no se manifiesta en un debate serio, sino en algo tan nuestro como "si tu dices blanco yo negro ó ahora me callo y diré blanco o negro según convenga". 

La verdad sea dicha que con el tema del gas cada vez me siento más africano. Al igual que las potencias europeas se repartieron en el pasado el continente a golpe de tiralíneas sin importar si los que habitaban quedaban en un lado o  en el otro de la línea trazada, con los permisos del gas me imagino el reparto: "haz el cuadrado más grande y que entre ese río" o "auméntale de tamaño, por sí acaso, más vale que sobre que falte". 

Podría parecer un chiste sin gracia pero hay una anécdota que lo ilustra. Durante el trazado de las fronteras en esos países africanos, un belicoso líder europeo tenía puesta la mano sobre un mapa. El delineante trazaba una línea recta divisoria entre lo que serían dos países y al avanzar se encontró con la punta del dedo del jerarca. Al ver que éste no lo retiraba y a no atreverse a decir que lo apartara, trazó una pequeña curva para rodear la punta del dedo y después continuar con el trazado recto. Y así, quedó delimitada la frontera.

Dicen que "el tiempo pone a todos en su sitio". Y en el tema del fracking también. A los que nos oponemos, a los que lo defienden a ultranza, al gobierno y a los partidos políticos e incluso a la patronal y los sindicatos. No tengo ninguna duda de que en el caso de realizarse será un test válido para poner a prueba la calidad de nuestra democracia.

Y que no se nos olvide que en 2013 el número de turistas extranjeros en España superó la cifra de 60 millones de visitantes. Y para España supuso una entrada de 45.000 millones €.  Y repartidos, sin que se acumularan en unos pocos.












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