Fuente: The Money Glory
10Q – BNK Petroleum 2008
“Cash, No Debt” es la característica significativa
del negocio actual de BNK
Petroleum, según la presentación de resultados del octubre de
2013. La compañía, que forma parte del proyecto Shale Gas España y
propone la expansión de la fractura hidráulica en la península, arrastra años
de pérdidas, actividades de perforación entre Estados Unidos y Europa sin rendimientos,
y solo la venta de sus activos sirven para mantenerla en el sector. Frente este
desastre, la pregunta que se deben hacer los inversores es: ¿Que probabilidades
de éxito tienen los “unconventional
players” del sector energético?
El Shale Gas está de
moda. Las expectativas positivas respecto a las nuevas tecnologías de
extracción han permitido a BNK
Petroleum seguir sus actividades sin la presión de los
inversores. A través de la ejecución de operaciones extraordinarias y unas
prácticas contables agresivas, en comparación con otros participantes de la
industria energética, la firma ha incrementado falsamente las perspectivas de
futuro de su negocio.
La venta de las licencias en los campos de Tishomingo fue LA OPERACIÓN del año 2013. La transacción representó un ingreso de 146 millones de dólares a las arcas del grupo y sirvieron para reducir la deuda de la compañía a 100.000 dólares e incrementar el efectivo de caja. Además, BNK sumó 9,16 millones de beneficios en ingresos operativos.
La venta de las licencias en los campos de Tishomingo fue LA OPERACIÓN del año 2013. La transacción representó un ingreso de 146 millones de dólares a las arcas del grupo y sirvieron para reducir la deuda de la compañía a 100.000 dólares e incrementar el efectivo de caja. Además, BNK sumó 9,16 millones de beneficios en ingresos operativos.
Hay
analistas, inversores y aficionados, como un servidor, que se alarman cuando
los ingresos de la actividad diaria, en los estados contables, se le suman
importes que no tocan. ¿Comprar o vender licencias forma parte de la actividad
fundamental de la multinacional? Los ingresos deben proceder de la extracción
de petróleo y de gas. Si esto no es así, algo falla.
Desgraciadamente,
no es la
primera empresa, ni la última, en inflar resultados y maquillar los
ingresos brutos por acción a través de esta vía. Es el tipo de mala praxis contable que
alimenta de razones a los críticos del fracking.
Las plataformas en contra de la fractura hidráulica indican que los
rendimientos son negativos – los costes de perforar son superiores a los
ingresos -, la
especulación inmobiliaria es una de las vías de supervivencia y
sirve a sus participantes para ocultar pérdidas.
Por
este motivo, en la presentación del mes de octubre de BNK Petroleum los
directivos se felicitaban por el éxito de la última operación de venta. La
recepción de dinero fresco permitirá explorar territorios en Alemania, Polonia o España.
A través de 22 páginas de
promoción, la compañía considera que los recursos obtenidos por la
desinversión de las tierras de Tishomingo, las que generaban más ingresos,
impulsará la expansión de las perforaciones hasta ahora paralizadas. En una
partida de ajedrez estaríamos hablando del cambio de una dama por un caballo.
Northern
Oil and Gas es
una empresa de los Estados Unidos con una capitalización en bolsa de 1.000
millones de dólares. Es uno de los participantes con éxito del sector
energético y clasificado en el número 69 de las mejores small-caps
estadounidenses, según la revista Forbes. Es
un negocio digno de admirar, como ejemplo a seguir: en sus cuentas de
resultados el fracking
es parte suplementaria del negocio; lo denominan “unconventional play”. Las operaciones
extraordinarias se excluyen del margen operativo y todos los valores de los
registros del balance están bien especificados.
Un
ejemplo concreto es el apartado de “Propiedades”. Northern Oil and Gas
distingue entre reservas probadas y no probadas. Además, facilita un anexo con
la explicación de los futuros beneficios que generarán estos recursos. Al
contrario de estos procedimientos, BNK
Petroleum es más austero. Ha disminuido los detalles de los
componentes que constituyen las partidas de esta naturaleza – “Activos de Exploración”, “Propiedades”
-, hasta limitarse a distinguir entre equipos propios y licencias de
perforación, que suman un total de 61 millones, según los estados del tercer
trimestre de 2013.
La
curiosidad por conocer el precio de las propiedades no es en vano. A la
práctica, lo que hay bajo tierra es el capital que proveerá de beneficios a la
empresa energética en los próximos años. Es imprescindible para saber si es una
buena inversión y si la cotización en bolsa es coherente con sus perspectivas.
Para calcular el precio de sus reservas BNK utiliza un valor razonable que
clasifica como “Nivel 3″.
Según sus especificaciones, los cálculos de lo que hay bajo tierra se basa en
información que no se puede observar (“Level
3 fair value measurements are based on unobservable information”).
Es cierto que
los datos de esta partida son complicadas de identificar. Incluso dentro de los
estados contables. Con el paso de los años los financieros de la empresa
canadiense se han ocupado de borrar los errores acumulados del pasado. Desde
2008 hasta el año 2010 la empresa era más detallista y contaba al lector como
un equipo consultor externo calculaba las reservas de gas y petróleo de BNK. El
valor de las licencias era la suma de flujos futuros de producción
actualizados, y calculados a partir de la siguiente perspectiva de precios:
Los expertos acertaron,
más o menos, la valoración del petróleo. Pero el precio del gas, el recurso
predominante en las reservas de BNK, ha bajado estrepitosamente. El Henry
Hub cuesta menos de 4 dólares, actualmente. Este declive en 2009 ya era
patente y los expertos redujeron las expectativas en los siguientes informes,
pero la multinacional no registró las pérdidas en su patrimonio derivadas de
esta bajada del mercado. El siguiente año tampoco se retractó. No fue hasta el
año 2011, aprovechando el cambio de normativa contable, cuando la multinacional
consideró oportuno modificar el valor de las reservas. Imputó un “impairment”
de 4 millones en la partida de “Activos de exploración y evaluación”
para el año 2010, así la modificación pasó desapercibida en el parquet.
Actualmente es
un misterio el valor de las reservas de BNK Petroleum y cuáles son sus
perspectivas de futuro, en términos monetarios. También es extraño la falta de
revisiones del valor de estas licencias, así como el peso de los costes de
administración en el total de las cuentas de resultados, que alcanza un 50% de
los gastos totales. En Northern Oil representan sólo un 15%. Tampoco
sabemos cuánto tiempo puede llegar a aguantar el capital que sostiene las
pérdidas de la compañía: más de 191 millones de recursos propios por 103
millones de pérdidas acumuladas.
Lejos de
pronosticar cuál es el futuro del grupo, esta revisión sirve para explicar los
peligros de los sectores emergentes, de los cuales su viabilidad cada vez es
más dudosa. Mientras que la cúpula de BNK Petroleum se congratulan de la
evolución de las acciones en la bolsa – es el tercer tema principal de la
presentación de octubre -, su actividad fundamental cae. No es cuestión de
criminalizar, pero como inversores si que hay que pasar de puntillas ante algún
tipo de inventos que no acaban de funcionar, aunque nos quieran hacer creer
todo lo contrario.
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