Fuente: el plural.com
Las grandes eléctricas, las renovables y los fondos de inversión, indignados con la actitud "chulesca" de Soria.
Bombero pirómano, chulo, arrogante, provocador o, lo más suave: incapaz de dialogar, son los calificativos que empresarios, financieros y también políticos, incluso del Partido Popular, utilizan para definir la personalidad o la forma con la que José Manuel Soria dirige el Ministerio de Industria. Y no es un ministerio cualquiera, porque la cartera de Industria, Turismo y Energía, junto con los de Economía y Hacienda, son los que marcan el presente y el futuro del país. Además tiene un añadido, el energético es un sector estratégico. Y eso son palabras mayores.
Inseguridad jurídica
El Gobierno está indignado con las declaraciones del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en Londres al denunciar la inseguridad jurídica del sector en España, que su empresa dejaría de invertir aquí y que se sentía más americano o mejicano que español. Al margen de las formas -que fue lo que utilizó el Gobierno para replicar indignado- lo cierto es que en los dos años que lleva gobernando el PP se ha montado tal caos regulatorio que es indiscutible que, en este sector, sí hay inseguridad jurídica.
Los hechos lo demuestran, porque al poco de llegar al Gobierno el PP hizo una reforma, que se empeñó en llamar energética, cuando en realidad fue fiscal porque su único contenido y objetivo era subir impuestos a las empresas energéticas. Luego se fue actuando a golpe de decreto, que se publicaban en los Boletines Oficiales de los sábados y de tapadillo, hasta el punto de que alguna medida sobre el sector se incluyó en una regulación sobre las empleadas de hogar. José Manuel Soria no es un ministro fiable, ni para las empresas ni para los fondos de inversión.
Decenas de demandas
Soria pasará a la historia como el ministro que provocó más demandas contra el Estado español, demandas que si se pierden costarán a los ciudadanos miles de millones (porque se pagarán con nuestros impuestos). Todo el sector de las renovables, especialmente el fotovoltaico, ha demando al Gobierno por los decretos que han reducido las primas a las renovables y que según este sector les lleva directamente a la ruina.
Todas las grandes eléctricas (las tradicionales) también han recurrido a los tribunales las decisiones del ministro y, el remate, los grandes fondos de inversión y otro país, Qatar, han denunciado al Reino de España por las medidas de Industria. Nunca en toda nuestra historia democrática se recuerda semejante disparate.
Comunicación apasionada
Al aluvión de críticas nacionales e internacionales, el ministro responde con una estrategia de comunicación apasionada y vehemente. Si antes el PP presumía de llevarse bien con los empresarios españoles porque era un partido con gente preparada y credibilidad, ahora José Manuel Soria presume de enfrentarse a los empresarios, y cuando no le sirve ese argumento le echa la culpa a Zapatero a costa de mentir. Da la impresión de que todo le resbala.
Soria parte de un planteamiento simple: la luz en España es muy cara, las grandes eléctricas están muy mal vistas y él se presenta como el defensor de los débiles. Hasta que llegan las contradicciones, como por ejemplo ocurrió con las subastas que fijaban el precio de la luz.
Nunca el PP o el ministro cuestionaron las subastas, y cuando en julio de 2013 la subasta permitió bajar la luz un 7%, Soria se apropió el mérito. Pero cuando la subasta disparó el precio de la luz el pasado mes de diciembre pasó a ser un sistema malísimo, acusó a las empresas de un delito (manipularla) y las derogó por decreto. José Manuel Soria prometió que a finales del pasado mes de enero se sabría cuál sería el nuevo método para fijar el precio de la luz, a día de hoy no se sabe nada y lo que se ha filtrado es un disparate: contadores digitales que no hay en España y que los españoles estemos todo el día pegados al ordenador mirando el precio de la luz.
“¿Qué países? No lo sé aún”
Este lunes el periódico económico Cinco Días publicaba una entrevista con el ministro de Industria que provoca, cuanto menos, perplejidad. Para empezar da un titular que lleva a pensar que a este ministro le gustan más los modos “chavistas” que los del libre mercado, porque asegura que la central nuclear de Garoña se puede entregar a otro operador si Endesa e Iberdrola no la ponen en marcha. ¿Quiere decir que el Gobierno del PP está dispuesto a expropiar la nuclear? Porque eso sería ya el no va más.
Y en la misma entrevista el ministro Soria se atreve a afirmar que “hay países que están mirando el modelo de estándares de España para intentar resolver el problema que también tienen con las renovables”, ‘¿Qué países?’, le preguntan. Y la respuesta es “no lo sé aún”. Por mucho menos la prensa y la oposición habría pedido la dimisión del ministro si fuera del Gobierno de Zapatero. Muy seguro se tiene que sentir Soria de contar con el apoyo de Rajoy para ir soltando disparates semejantes en entrevistas. Y confianza ciega del ministro en sus asesores de comunicación o viceversa. Un espectáculo.
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