No nos olvidamos ni de las Machorras, ni de la Virgen de
las Nieves, ni de Casa James, ni de
los martes en Espinosa, ni del Crucero, ni de San Tirso, ni de San Bernabé.
Tal vez algún día comprendamos que creer que en esas líneas
divisorias que marcan montañas, riscos y
ríos y, que nadie nunca vio, sea lo mismo que poner puertas al viento o a la lluvia.
¡Tal vez no seamos muchos, pero desde los montes de Pas, os sentimos cerca!
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